Capitulo 28: Clase de frote y más

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Capitulo 28: Clase de frote y más


"—Más rápido, Steve, más rápido—exigió en un gemido suplicante Tony, por tercera vez en el último minuto—. Tienes el maldito suero del súper soldado corriendo por las arterias de tus músculos, puedes hacerlo más rápido—estaba envuelto por una de las enormes piernas de Steve por detrás, con su espalda pegada al amplio, velludo y caliente torso; su cuello, era besado y lamido, al igual que su barbilla, su pene estaba envuelto por la fuerte mano del Capitán y exigía que el movimiento fuera más rápido, porque el roce de la cabeza del miembro de Steve resbalosa chocando contra la parte posterior de sus testículos lo estaba enloqueciendo, el deseo se acumulaba e intensificaba cuando aquella cabeza del pene presionaba con fuerza sobre su perineo, humedeciendo a la vez su ano con los fluidos.

Steve, decidió ignorar la exigencia, porque ya había contestado con anterioridad que iba tan rápido como podía, que iba coordinado con las embestidas de su pelvis, pero Tony no parecía entender sus respuestas, se oía irracional, sumido en el placer y deseo. Por su parte, Steve, no creía estar mucho mejor, mantener la mano rodeando el pene de Tony y moviéndola era una tarea difícil de mantener cuando solo quería disfrutar de la sensaciones en su pene a cada embestida introduciéndolo entre los muslos fuertemente cerrados de Tony. Cuando su mano fue hecha a un lado con desesperación, debido a que Tony se hizo cargo del trabajo, se dejó perder en deseo, aferró el agarre de su pierna sobre la cadera del hombre, llevó su mano libre, pero húmeda de fluidos, hacia el torso, abrazándolo con fuerza, hundió su rostro en el cuello, gruño y gimió con Tony mientras que aceleraba las embestidas y la cama se balanceaba con sus cuerpos".

Fin del Flash Back

Tony, no recordaba más allá después de llegar a su orgasmo, solo sabía que no cambiaron la posición hasta mediado de la madrugada que se volteo boca arriba y Steve se alejó un poco dándole espacio.

—Tony, se enfriará el café, ¿Qué tanto haces?—llamó Steve a la puerta, mientras Tony se miraba al espejo, pasando una maquinilla descartable con extremo cuidado formando su barba.

—Steve, si no te molesta, necesito mi tiempo...—miró de reojo al mencionado observándolo algo sorprendido —mi tiempo incluye privacidad, ¿no puedo tenerla?

—De alguna manera, nunca te imaginé afeitándote—llevaba una bata de toalla del hotel puesta, su peludo pecho desnudo unos bóxer azul oscuro cubriendo su intimidad.

—Tengo un diseño que exige extremo cuidado—señaló con tono de obviedad.

—Sí, solo, pensé que quizás tenías alguien que lo hacía, ¿la señorita Potts?

—Steve, soy un hombre grande—bajó la maquinilla ofendido—claro que afeito yo mismo mi rostro, no soy uno de esos millonarios estúpidos e inservibles.

—Bueno, tienes a JARVIS, si fuera humano...creo que lo haría.

—El verdadero Jarvis me enseñó a afeitarme y la señora Jarvis tendría un problema conmigo si hubiera llamado a su esposo cada vez que mi rostro necesitaba ser afeitado.

— ¿Hubo una señora Jarvis?

—La hubo, pero no creo sentirme cómodo hablando de ella desnudo, en un baño, con la mitad de mi rostro afeitado—bufó—. ¿Dónde quedó su pudor, Capitán Rogers?

—Creo que disminuyó entre la clase de la masturbación y el sexo oral—se alejó, Tony pensó tener su privacidad y continuó, pero se detuvo al verlo regresar con una taza de café en las manos y recargándose en el marco de la puerta—. Continúa.

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