Capitulo:20

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En el camino, Yuri volteaba a verme, podía sentir su mirada en mí. Más sin embargo, no me digné a verla a los ojos. Solo miraba por la ventanilla. En realidad estaba dolida por todo lo que había pasado, pero la esperanza de que todo se arreglara aún estaba en mi corazón.

Después de un largo y silencioso camino, Yuri se estacionó en una playa al parecer privada, ya que estaba un gran portón con candado. Bajó del auto y rodeo para abrirme. Me ofreció su mano la cual acepte.

_¿Qué hacemos aquí?.--Pregunté curiosa.

_Ya lo verás.--Cerró la puerta y luego activó la alarma.

Uno de sus brazos se posó en mi cintura, mientras me dirigía a la entrada del gran portón. Sacó unas llaves y abrió el candado. Al abrir el portón, este rechinó, haciendo que tapara mis oídos. Entramos y Yuri volvió a poner el candado cerrándolo. Miró a los lados y luego sin decir nada me abrazó por atrás. Respiró el aroma de mi cabello y luego comenzamos a caminar.

_Te extrañé tanto estos días.--Murmuró en mi cuello mientras me daba un leve beso.

_¿De verdad?.

_Si.--Me dijo sonriendo, caminamos unos pasos y me di cuenta de que había una cabaña algo grande, luego miré hacía el frente y me di cuenta de que era un mar no tan grande, miré a mis pies y me encontré con la arena.--¿Te gusta?.--Preguntó, la miré sonriente.

_¡Me encanta!.--Dije sin dejar de sonreír.

Quité mis tacones y los aventé cerca de la cabaña. Comencé a jugar con la arena, dejando que esta tocara mis pies descalzos.

_Mi pedicura se arruinará, pero no importa.--Dije y ella río. El cielo comenzó a nublarse y el sol poco a poco desapareció.

_Ven, vamos a hablar.--Dijo y me dio su mano y la seguí.

Nos sentamos en la arena, justamente frente al mar. Yuri quitó sus tenis y suspiró. Me miró unos segundos y quitó uno de mis mechones que el aire había puesto en mi cara. Lo llevó atrás de mi oído y sonrió.

_Eres tan hermosa Valeria.--Le sonreí.--No tengo un discurso o algo así, Dios, Valeria perdóname por cómo te traté el lunes. Yo no quería hacerlo, pero me sentía tan dolida que no pensé en las cosas que dije.

_¿Dolida?

_Si, Valeria heriste mi orgullo. Y heriste mi corazón. Yo te declaré mi amor y tu lo que hiciste fue huir.

_Lo lamento.--Agaché mi cabeza.--Yo no sabía lo que sentía por ti en esos momentos.

_¿Ahora lo sabes?l

_Si.--Volví a mirarla a los ojos.--Ahora lo se.

-¿Me lo dirás?.--Asentí sin dejar de mirarla.--Bien, te escucho.

''¿Le dirás Valeria? ¿Le dirás? ¡No puedes hacerlo!''.--Esta vez no escuché a la culpable y orgullosa vocecita de mi cabeza.

La miré sonriendo.

_Siento qué.--Miré sus ojos.--Qué cada que veo esos tus ojos tan penetrantes, siento qué estoy perdida, qué cada que esos labios hacen contacto con cualquier parte de mi piel muere, qué cada qué toco ese cuerpo, ¡Dios!, creo que me vuelvo loca. En realidad, que cada qué te veo, mi corazón da brinquitos y mi estómago se revuelve. Siento que yo.--Suspiré.--Estoy enamorada de ti...

Ella sonrió.

_Dios, Valeria. Te amo.--Dicho esto, se acercó a mí y me besó.

_También te amor.--Dije separándome de ella, la felicidad invadió cada parte de mi ser, una gran sonrisa apareció en mi rostro y en mi corazón.

¿Cosa más feliz que esta? ¡Ninguna! Nos habíamos declarado nuestro amor y podía ver en sus ojos qué era real.

_Tenemos que celebrar esto.--Dije y ella frunció ceño.

Me levanté y comencé a quitar cada prenda de mi cuerpo.

Yuri sonrió y siguió mis pasos. Quitó su camisa y luego su short. Yo quité cada uno de mis accesorios, luego mi vestido quedándome solo en ropa interior.

_¡Vamos mi amor, alcánzame!.--Le dije y comencé a correr al agua. Cuándo las olas tocaron mis piernas, me quede helada. Y esa fue mi siguiente palabra.

_¡Helada! ¡Dios esta helada!.--Yuri se hecho a reír y camino hasta mí, me tomó por la cintura y me dio una vuelta, mientras me daba besos cosquillosos en mi cuello.

_Vamos a helarnos juntas.--Dijo, la miré confundida y luego se dejó caer conmigo en sus brazos al agua. Grité al sentir toda el agua helada en mi cuerpo.

_¡Yuri!.--Dije abriendo mi boca.

_¿Quieres calor?.--Dijo e inmediato capté el doble sentido de su palabra.

_Si.--Murmuré acercándome a ella, mis brazos rodearon su cuello y los suyos mi cadera, pegándome a ella.

Nuestros labios se juntaron en un beso tierno, que poco a poco se fue volviendo caliente.

Buenos días por las tardes 😉

SEX,SECRET-adaptación-(YULERIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora