Era el día del Rito del Descenso, una festividad importante en Liyue donde el Arconte Geo, Morax, descendía para sar instrucciones a sus fieles. La ciudad estaba llena de una atmósfera solemne, pero también festiva, y las calles se llenaban de visitantes, mercaderes y fieles, todos ansiosos por presenciar el evento. Entre ellos, TN había recibido una tarea especial ese día: guiar a su amigo Aether y a Paimon desde la Posada Wangshu hasta el puerto, para ayudarlos a encontrar una respuesta sobre la hermana perdida de Aether. Aunque su destino final era encontrarse con el Arconte Geo, primero tenían que pasar por las ceremonias que se llevaban a cabo en la ciudad.
La Posada Wangshu se alzaba sobre el Pantano Dihua, su estructura imponente destacando contra el paisaje sereno. El viento fresco soplaba a través de los árboles mientras TN subía los escalones de la posada, su mirada enfocada en la entrada. Sabía que Aether y Paimon lo estarían esperando arriba, probablemente algo ansiosos por lo que les esperaba en Liyue.
Cuando llegó a la terraza, encontró a Aether apoyado en la barandilla, mirando pensativo hacia el horizonte, mientras Paimon flotaba a su lado, entretenida con alguna conversación trivial.
Paimon: ¡Oh, mira, es TN! -exclamó con su usual tono entusiasta, agitando las manos en su dirección- ¡Ya era hora de que llegaras! Estábamos empezando a pensar que te habías olvidado de nosotros.
TN sonrió al escucharla, y se acercó con paso tranquilo, notando el aire de preocupación en el rostro de Aether.
TN: No es fácil olvidarse de alguien tan ruidosa como tú, Paimon. -bromeó, lo que inmediatamente provocó que Paimon se inflara de indignación.
Paimon: ¡Oye! ¡Paimon no es ruidosa! ¡Es solo que siempre tiene cosas importantes que decir!
Aether, acostumbrado a las bromas de TN y los exabruptos de Paimon, soltó una pequeña risa, aunque su mente claramente estaba en otro lugar.
Aether: Gracias por venir, TN. Hoy es un día importante para mí. -comentó con un tono más serio, su mirada desviándose hacia el paisaje de Liyue en la distancia- Si el Arconte Geo sabe algo sobre mi hermana, tengo que averiguarlo.
TN asintió, comprendiendo la gravedad de la situación. Conocía la búsqueda incansable de Aether por su hermana, y si alguien en todo Teyvat podía tener respuestas, era Morax, el Arconte Geo.
TN: Lo sé, Aether. Vamos a hacer todo lo posible para que hables con Rex lapis. -dijo con confianza, dándole una palmada en el hombro- El Rito del Descenso es una de las pocas oportunidades en que el Arconte Geo se manifiesta en público. Será difícil, pero no imposible.
Paimon, aún flotando a su lado, cruzó los brazos con determinación.
Paimon: ¡Exacto! Paimon también cree que todo saldrá bien. ¡Vamos a encontrar esas respuestas, Aether!
Con una sonrisa de gratitud, Aether se enderezó, sintiendo el apoyo de sus amigos. Sabía que no estaba solo en esta búsqueda.
Aether: Gracias, chicos. -respondió, su tono más ligero, aunque la seriedad aún persistía en su mirada.
El grupo se puso en marcha, descendiendo por los caminos que llevaban desde la Posada Wangshu hasta el puerto de Liyue. A lo lejos, ya se podía ver la ciudad decorada para la ocasión, con los colores dorados y rojos típicos del Rito del Descenso. Las calles estarían llenas, los altares listos, y el ambiente estaría cargado de reverencia.
A medida que caminaban, TN decidió romper el silencio, notando la tensión que aún persistía en Aether.
TN: Así que, Aether... ¿has pensado en qué le preguntarás exactamente a Rex lapis? Dicen que es un dios muy sabio, pero también es conocido por ser... algo enigmático. -comentó, mirando de reojo al Viajero.
