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NARRADOR OMNISCIENTE

Luego de la comida, Aoom y Meena siguieron jugando con los niños en el piso, de un momento a otro la pequeña niña rubia que estaba en los brazos de Meena todo el tiempo se quedó dormida, ella la sostuvo y fue directo con alguna de las señoras encargadas de cuidar a esos preciosos niños, le preguntó si podía acostarla y la señora asintió, caminaron hasta el piso de arriba y entraron a un cuarto donde habían bastantes literas, el cuarto de las niñas pequeña era ese, todas dormían juntas. La señora le indicó cual era la cama de la pequeña y Meena la recostó en ella, la rubia se hizo una bolita en la cama boca abajo y metió su dedo pulgar en la boca mientras se aferraba a aquel oso de peluche que no había soltado en toda la tarde. Meena la miraba con cierta tristeza en sus ojos mientras se preguntaba ¿cómo alguien podría dejar sola a una niña tan pequeña y tan hermosa como ella? ¿Cómo su madre fue capaz de abandonarla? Meena, sin darse cuenta, se había enamorado de aquella niña.

Aoom tenía un niño enrollado en cada pierna, otro en su espalda y dos más queriendo subir a su cuerpo, pero jamás perdió la sonrisa. Cuando Meena la miró, rio... Aoom le suplicó ayuda con la mirada, la empresaria se acercó y agarró al niño que tenía en la espalda, éste al ver la cara de Meena se ruborizó de inmediato, al parecer su primer amor platónico llegaba a su vida y ahora lo tenía entre sus brazos, a Meena le pareció totalmente adorable y lo abrazó.

Se despidieron de todos los niños en aquella casa, excepto de los que habían caído en un delicioso sueño, claro qué, Meena no lo dudó dos veces cuando, a hurtadillas, llegó de nuevo al cuarto donde estaba aquella niña dormida. Se agachó al borde de la cama y acaricio su rubio y liso cabello, sonrió.

- Prometo que te traeré la navidad más seguido. - susurró la chica. Le dejó un suave beso en la cien y se levantó saliendo del cuarto. Sin saber qué, aquella inocente niña la buscaría al despertar y al no verla más, lloraría. Ella y Meena habían logrado una conexión que pocas veces pasa en aquellas casas. Cuando llega una pareja en busca de un niño en adopción, pocas veces se enamoran los uno con el otro, pocas veces la conexión es inmediata, pocas veces el niño que es adoptado es feliz desde el primer momento con sus nuevos padres. Pero existen esas pocas veces, esas veces en las que se crea un amor inmediato, un amor sincero, esas pocas veces en las que desde el primer momento se crea un lazo único. Existen almas gemelas de todo tipo, tu alma gemela en tu vida amorosa, tu alma gemela en la amistad... Y esa niña había encontrado su alma gemela en Meena, como figura materna... Y Meena la había encontrado en ella, aunque no lo supo.

Aoom puso el auto en marcha y decidieron ir a comer a un lugar cercano, ambas decían lo bien que la habían pasado con aquellos niños. Meena no podía dejar de pensar en la niña rubia y cuando lo hacía, un brillo especial y una sonrisa hermosa se colaba en su rostro, Aoom lo notó pero no dijo nada. El móvil de Meena sonó sacándolas de su conversación.

Meena: ¿Diga? ... ¿Llamaste a tu jefe y le preguntaste eso? ... No puedo creer que me voy dos días y todos parecen perder los papeles de su trabajo.... Habla con tu jefe y si él tiene un problema, que hable con su jefe, y si su jefe tiene un problema entonces ahí pueden llamarme .... Soy la jefa del jefe de su jefe, y del jefe del jefe de tu jefe, así que no me vengas con tonterías como estas, me importa muy poco si las nuevas sillas traen el diseño en dorado o plateado, que se encargue el departamento decorativo, adiós.

Meena se disculpó mientras Aoom sonreía y negaba con la cabeza.

Meena: ¿Qué?

Aoom: Solo me causa gracia que pierdas la paciencia.

Meena: ¿Escuchaste por lo que me llamaron? Querían saber el color de las letras y el logo de la empresa que van en las sillas ejecutivas, ¿puedes creerlo? ¿Para qué tenemos entonces un equipo encargado en eso? - resopló.

Aoom: La empresa se cae sin la jefa del jefe de todos los jefes. - se burló y Meena rio también.

Al terminar se fueron directamente al hotel, ambas estaban exhaustas. Se ducharon, cada una por separado pero cuando Meena salió envuelta en una diminuta toalla Aoom la sujetó y cayeron las dos a la cama, sus labios se juntaron y la toalla se soltó del cuerpo de la chica. Sus lenguas empezaron esa deliciosa guerra de nunca acabar, las manos de la chica se posaron en las piernas que Meena había enrollado en su cintura, y las manos de la empresaria se enredaron en el mojado y liso cabello de Aoom. Se habían vuelto adictas a besarse, a tocarse, a hacerse el amor. Justo como dos almas gemelas.

A la mañana siguiente, Aoom despertó porque Meena golpeaba su costado, otra vez...

Meena: Cierra la persiana.

Aoom se levantó, completamente desnuda y la cerró de mala manera. Volvió a tumbarse en la cama y abrazó el cuerpo de Meena otra vez, posesivamente. No se dieron cuenta que habían dormido hasta la una de la tarde, pero es que hicieron el amor hasta las cinco de la mañana. Meena se despertó y miró el relajado cuerpo de Aoom abrazado a su cintura, boca abajo y hecha una bolita. Sonrió con ternura, soltó su agarre y se acomodó a su altura. Le dio un pequeño beso en la nariz, otro en la mejilla, otro en la frente, otro en los labios. Escuchó como la chica suspiraba y buscaba con su mano el cuerpo de Meena inconscientemente, lo que la hizo sonreír. La apretó más contra su cuerpo y su rostro quedó más pegado al de ella, así que le dio besos cortos en los labios, muchos, hasta que logró despertarla.

Aoom: Buenos días...- dijo con aquella voz ronca.

Meena: Buenas tardes.

Aoom: ¿Qué hora es?

Meena: La una... - miró el reloj -. La una con veinte.

Aoom volvió a cerrar los ojos y apretó su agarré, escondió su cara en el cuello de Meena haciendo que volviera a sonreír, irremediablemente.

Meena: ¿No tienes hambre? Yo siento que muero.

Aoom: Sí, pero esto está mejor.

Meena rio.

Meena: Está bien. Un ratito más.

Así pasaron ese día, pidieron comida a la habitación, Meena apagó su teléfono, vieron películas, rieron de todas sus bromas, se ducharon juntas e hicieron el amor, repetidas veces.

Sobre Ruedas (MEENBABE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora