agradecimientos.

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Ha pasado mucho tiempo desde que encontramos esos pequeños momentos en los que el mundo parecía detenerse a nuestro alrededor, cuando éramos jóvenes, invencibles e inconscientes del peso que vendría después. En aquellos días, fuiste más que un mejor amigo para mí, fuiste la brújula que me mantuvo enfocado cuando yo solo veía la superficie de las cosas.

Todavía recuerdo cómo, sin importar cuán caótico o confuso me sintiera, siempre supiste exactamente qué decir para calmar mi alma, para hacerme reír cuando lo necesitaba, o simplemente para acompañarme en silencio. No sé si alguna vez te lo dije de verdad, pero te estoy agradecido por eso.

Agradecido por haber estado ahí, por haber creído en mí incluso cuando yo no podía hacerlo por mí mismo. No todos pueden decir que han tenido a alguien como tú a su lado, y sé que sin ti, muchas de las decisiones que tomé habrían sido distintas… quizás más equivocadas.

Gracias, Suguru, por haber sido mi ancla en esos tiempos inciertos. A veces, pienso que si no hubieras estado conmigo en esa juventud, con tu forma de ver el mundo tan profunda y distinta, podría haberme perdido por completo en mi propio poder y arrogancia. En parte, me hiciste ser quien soy ahora.

El tiempo nos llevó por caminos diferentes, pero lo que vivimos no lo olvido. Siempre serás una parte fundamental de mi historia, por más que hayamos elegido distintos rumbos.

Gracias por todo lo que has hecho por mí, por cada momento compartido, por las risas y las lágrimas. No sé si alguna vez encontraré las palabras exactas para expresar lo que significas para mí, porque lo que siento va más allá de cualquier lenguaje que conozca. Desde el primer momento en que nuestras vidas se cruzaron, supe que habías llegado para cambiarlo todo, para marcarme de una manera que nadie más podría hacerlo.

Te amo de una forma que trasciende el tiempo y el espacio. Te amé en aquellos instantes donde las palabras no eran necesarias, donde una mirada lo decía todo, donde compartíamos silencios que eran más significativos que cualquier conversación. Y sé, con absoluta certeza, que te amaré siempre, incluso cuando nuestros cuerpos ya no estén aquí, incluso después de la muerte, cuando lo único que quede de nosotros sea el eco de lo que alguna vez fuimos.

El amor que siento por ti es inmortal, vive más allá de esta vida, de esta realidad. En cada amanecer, en cada susurro del viento, en cada estrella que brilla en el cielo nocturno, ahí estaré, amándote. No importa lo que el destino nos depare, lo que las circunstancias puedan cambiar; mi amor por ti es eterno y seguirá resonando en cada rincón de mi ser, aún cuando todo lo demás haya desaparecido.

Gracias, por cada risa compartida, por cada abrazo, por cada pequeña muestra de cariño que, sin que lo supieras, hizo de mi vida algo mejor. Gracias por haber sido, y seguir siendo, la persona que más he amado y que amaré por siempre.

Gracias también por haberme visto como un igual, por no haberme visto como el más fuerte —al menos por un tiempo—, gracias por no haberme visto como un arma sino como un amigo.

Nunca viste lo superficial, vos llegaste a ver y tocar mi alma. No me importa lo que haya pasado después, en mis tiempos... Todo fue perfecto en mi mundo, solo porque estabas conmigo.

Cuidate, donde sea que estes.

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⏰ Última actualización: Oct 11 ⏰

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