Ángel

28 10 22
                                    


Primera parte

perseguime de nuevo,

amame, besame.

así tengo excusa

para volver a dejarte.

así tengo excusa

para volver a quemarme.

ya no puedo mostrar las quemaduras como una causa por defecto que me derrumba por dentro, ya no puedo mostrar mis manos laceradas como una venganza perfecta, ya no puedo someterme al delirio perpendicular de tus estímulos. ya no puedo, ahora ya no puedo.

tan solo queda avanzar con estos pies tan pesados

y esperar que el camino no sea empinado.

ahora solo queda caminar hacia el frente,

deseando caer de rodillas

y quedarme estático

una vez más

una vez más

una vez más

ya no quiero caminar pero mis pies avanzan.

ya no quiero continuar pero no hay más lágrimas

que me consuelen.

solo queda dar un paso hacia el frente

un paso hacia el frente

un paso y ya.

***

Segunda parte

Nunca he mostrado mi rostro,
solo sobresalen mis colmillos
dispuestos
a devorarlos.

No soy insignificante,
soy el monstruo que te espía
abajo de la cama.

Puedo compararnos
con el blanco y el negro,
el otoño y la primavera,
religión y ateísmo,
bondad y misantropía.

Puedo usar metáforas rebuscadas
en cambio
he pasado horas buscando
espina que me desangre
para plasmarte con dolor

pero no existe esa espina. No hay tal dolor.
Convertís mi acidez en voluntad agridulce.

¿Qué más querés que te diga?
Odio mucho dedicarme a la poesía
porque me tenés en la palma
de tus manos.

Soy hipócrita por rezarle al nihilismo, teniéndote a vos. Soy hipócrita por mostrar con sorna mis obras más oscuras, teniéndote a vos.

Y la hipocresía que me invade
no es rabia. Es alivio

y cuando digo que te odio
es en serio, porque perdí el control.

Nunca ha existido un rumbo fijo.
Me salen palabras cutres de las manos.
No quiero renunciar a mis viejos trazos

pero, supongo,
que a veces
es necesario
un cambio.

Quizás no sea hipocresía, quizás deba dejar de lado mi propia inmundicia. Quizás deba dedicarme a volverte arte pero me da hueva, así que no.

Sigo siendo incapaz de tomarme en serio en este estado

pero me prometí dejar un recuerdo

de algo

no tan malo.

Cuando mis manos se marchiten, quedará estoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora