Obsesión enfermiza 🔞 (RESUBIDA)

Capítulo 1

Aviso

La mayoría del capítulo estará escrito en flashback para conocer un poco el origen de todo y la personalidad del asesino.

🔞Historia con contenido adulto y no apta para menores de edad, cada uno se hace responsable a la hora de leerla.

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▪︎Pov Sakura

Han pasado cinco años desde aquel macabro suceso que conmocionó la ciudad de Louisville, todavía puedo sentir sus oscuros y penetrantes ojos clavados en mí junto a esa sonrisa macabra y diabólica al momento de llevárselo esposado. Nunca en todos mis años ejerciendo como policía, había visto a un ser tan despiadado y maquiavélico como él.

Sasuke Uchiha...

Todavía recuerdo todo el tiempo que estuvimos tras su pista y las víctimas que dejó por el camino, sin duda fue un caso para recordar y que a día de hoy todavía me atormenta.

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Flashback

Cinco años atrás

Llevábamos varios días recibiendo llamadas de gente anónima informando de desapariciones de chicas en la ciudad. Temari y yo fuimos las encargadas de llevar el caso junto a Gaara, su hermano y mi actual pareja. Al principio, pensamos que se trataban de simples casos aislados, jóvenes adolescentes que se escapan de sus casas por problemas familiares, pero a partir de la tercera desaparición, pusimos en alerta todos nuestros sentidos. Fueron varios días buscando pistas, indicios que nos llevaran a algun lugar, pero el responsable era muy astuto y lo tenía todo muy bien calculado, y yo, me desesperaba al ver que los días se convertían en meses y el caso cada vez empeoraba más, por lo que no fue hasta la cuarta chica desaparecida, que pudimos empezar a tirar del hilo. Buscamos en una conocida discoteca de la ciudad, un antro de mala muerte, que a parte de servir como tapadera para el tráfico de drogas, también servía para llevar a cabo un negocio de trata de blancas, allí, un tal Hidan, el dueño del local, fue interrogado, pero se desentendió del tema y se nos quitó de encima, pero no nos rendimos y al poco tiempo fuimos con una orden judicial y pudimos desmantelarle el sucio negocio. Nos llevamos una enorme sorpresa al descubrir los cadáveres de cuatro de las chicas desparecidas, los cuales se hallaban en el sótano del edificio, todas ellas presentaban lesiones de carácter severo y habían sido abusadas sexualmente. Al pedirle explicaciones a Hidan, éste se quitó el muerto de encima y nos habló de su ex socio en el negocio de la discoteca, un tal Sasuke Uchiha, al parecer un tipo agresivo y con fuertes transtornos de personalidad, con el que Hidan dejó de hacer negocios al enterarse de que se había cargado a las cuatro chicas, explicado en pelos y señales por él mismo.
Lo que Hidan no sabía, es que el tal Sasuke había ocultado los cuerpos en el sótano del local para encolomarle el muerto a él, pues seguramente, el muy cabrón tenía una copia de las llaves y aprovechó para esconderlos cuando la discoteca estaba cerrada.

Aunque habían pasado varios meses desde que las chicas habían desaparecido, las muertes eran recientes, así que lo más seguro es que hubieran sido secuestradas. De todas formas, Hidan fue detenido por ocultar la muerte de las chicas, a parte de los negocios turbulentos que se cocían en su cochambroso local.

Las cosas se calmaron durante un tiempo y nunca dejamos de buscar al Uchiha, hasta que de nuevo, las desapariciones volvieron a sacudir la ciudad, pero esta vez si que íbamos sin rumbo fijo, pero al menos sabíamos quien era el reponsable, pero... ¿dónde encontrarlo...?, esa era la gran incógnita.

Como en la vez anterior, se burló de nosotros, y mientras ibamos a ciegas buscando a las víctimas, él se adelantaba complicando más las cosas, hasta que al final fueron cuatro chicas más las que cayeron en sus garras, solo esperábamos que no fuera demasiado tarde y todavía siguieran con vida. Repartimos folletos y colgamos carteles por toda la ciudad, todo gracias a un retrato robot de Uchiha que pudimos hacer a través de la descripción de Hidan, al que después de someter bajo presión y otorgarle unas cuantas palizas, al fin se decidió a colaborar con nosotros. Y ahí fue cuando por fin y después de dos largos meses, dimos con él, bueno, digamos que... yo fui el anzuelo que él mordió sin pensar.