𝟏. "𝒀 𝒅𝒆𝒍 𝟏 𝒂𝒍 𝟏𝟎, 𝒚𝒐 𝒕𝒆 𝒅𝒐𝒚 𝒖𝒏 𝟐𝟎..."

86 3 0
                                    


⋅˚₊‧ ୨୧ ‧₊˚ ⋅


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.















































--¡Nahh, sos un asco, Cuti! -Exclamó enojado Julián junto a sus demás amigos; Enzo y Lisandro.

--¡Pará, chabón, qué asco! -Se quejaba esta vez Enzo. Lisandro únicamente mantuvo una cara de asco y disgusto.

Pero, ¿cuál era el dilema que hacía que el grupo de amigos esté en contra de Cristian "Cuti" Romero?

Pues, el chico, con ganas de joder a sus amigos, les mostró lo que actualmente estaba de moda: "2 Girls, 1 Cup."

Consistía en una película porno brasileña dónde 2 chicas ingerían cosas asquerosas, como vómitos mutuos, ubicado en una copa.

Cuti les había mostrado el trailer, que mostraba explícitamente todo.

Susodicho pibe solo pudo reírse desenfrenadamente ante el disgusto de sus amigos.

Estaban en el recreo, pues entonces, para olvidar el mal momento vivido por culpa de Romero, decidieron salir a caminar por el colegio.

Comenzaron a charlar entre los 4, hasta que vieron a una chica mayor a ellos, pero alumna, pasando por sus costados.

"Uff" dijo cada uno, siendo tan descarados como para mirar su falda corta por detrás. La chica tenía grandes... Atributos.

Enzo se tapo la boca y frunció el entrecejo, demostrando lo satisfecho que se sintió al ver a la piba.

A continuación, Fernández decidió preguntarle algo a Julián, aprovechando que sus otros amigos aún seguían distraídos.

--Ju, ¿vamos? -Cuestionó, moviendo su cabeza en dirección contraria a su amigo para darle a entender el hecho de irse.

--¿Eh? -Preguntó Juli. Recibió un asentimiento del contrario junto a la palabra "vamos" afirmando nuevamente su idea. --Sí, vamos.

Se dirigieron corriendo a la biblioteca de la institución, dónde habían dejado sus mochilas por despiste y quisieron correr en dirección a la salida más cercana, pero justo un profesor se cruzó por sus caminos. Pero, por suerte no los vio, gracias a la atención que puso Álvarez, pues tuvo tiempo a avisarle a el de San Martín y se dirigieron demasiado rápido a la otra dirección.

Suerte las suyas. El viejo estaba lo suficientemente cegato como para identificarlos.

Salieron por otra lugar, el cual era más lejano, pero no había otra opcion, claramente.

Y, con euforia y entusiasmo, agarraron sus bicicletas, comenzando a pedalear desenfrenadamente, ambos a la par y riendo por la complicidad entre ellos.

Se dirigieron a un lugar abandonado, dónde hay paz y no molestias.

𝑺𝒐𝒍𝒐, 𝑨 𝑭𝒖𝒆𝒈𝒐, 𝑳𝒍𝒂𝒎𝒂𝒅𝒂 -𝑬𝑵𝒁𝑼𝑳𝑰𝑨𝑵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora