𝟐. "𝑪𝒐𝒏 𝒍𝒂 𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂𝒏𝒛𝒂 𝒅𝒆 𝒗𝒐𝒍𝒗𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒂 𝒗𝒆𝒓..."

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"Entramos a su casa, me acuerdo que su viejo nos saludó recontento y nos dijo que ahora nos llevaba la merienda a la pieza. Incluso me preguntó si me gustaban las pepas con chocolate, ¡¿ENTENDÉS?! Entré a la pieza de Enzo con él, nos estábamos riendo por lo mugrosos que estábamos con la ropa llena de barro. Me revoleó una remera de él y me dijo "Tomá, gordo, sacate la que tenés y ponete esta, así estás menos sucio." Y ambos comenzamos a reírnos, mentira no era sobre lo sucio que me encontraba. Cómo te dije antes, él anteriormente me había tacleado y me tiró encima de todo el barro, un tierno. La verdad que no te voy a mentir, cuando ambos nos sacamos las remeras para cambiarnos, me quedé estúpido viéndole el cuerpo, que genética tiene el culiao'. Nos mirábamos... No sé cómo explicarte, pero no podíamos mirarnos sin sonreírnos, era... Mágico. Decidimos jugar a la Play, tiene la PlayStation 2, ¡Dios! Sin irme de tema, en un momento nos pusimos a discutir sobre qué joystick usaba cada uno, estábamos sentados en su cama y yo lo empujé para luego reírme de la cara que puso, me agarró la muñeca con la que lo empujé y... Nos acercamos mucho, ¡nos estábamos por besar, boludo! Pero... Escuchamos ruido de algo cayéndose al costado nuestro y vemos a su papá todo rojo del enojo y nuestra merienda en sus pies, con vidrios rotos y las miguitas de las galletitas tiradas por cualquier lado. Yo y Enzo nos separamos al toque, pero después su papá... Bueno, prefiero omitir esa parte. Mañana en la escuela ya lo veo, espero que esté todo bien."

Julián escribió todo eso en su cuaderno personal. No sé atrevía a hablarlo con nadie, ni con su propia familia, no estaba preparado para ser juzgado.

Relató todo como si fuera a un amigo al que le reenarraba lo vivido.

Porque sí, luego de que hayan pasado esa maravillosa tarde en el lugar abandonado, como habían planeado, fueron a casa de Enzo, pero no todo salió como lo esperado.

Fernández prácticamente echó a Julián de su casa, sabiendo que si se quedaba más tiempo, su padre no solo iba a golpearlo a él. No quería arriesgar la salud física ni mental de Juli, de su gordo.

--¡Qué ondaaaa! -Saludó Álvarez, a sus amigos, quien recién llegaba y comenzaba a caminar a la par de ellos. --Hola, Enzo... -Pero no obtuvo respuesta, Enzo se fue, lo dejó solo junto a Cuti y Lisandro.

No le dio bolilla, aunque debe admitir que la cara de odio que le puso el morocho, le hizo sentir un poco de dolor en su pechito.

Tocó el timbre y fueron a su aula. Tenían hora libre, cómo no, la vieja de Inglés siempre faltaba.

Pero fue raro, no raro el hecho de que la profe haya faltado, si no porque Enzo se sentó solo, al frente de sus amigos, pero totalmente solo, escribiendo algunos apuntes, cosa que nunca hacía. Era un alumno nefasto, hasta él mismo lo admitía.

𝑺𝒐𝒍𝒐, 𝑨 𝑭𝒖𝒆𝒈𝒐, 𝑳𝒍𝒂𝒎𝒂𝒅𝒂 -𝑬𝑵𝒁𝑼𝑳𝑰𝑨𝑵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora