Capitulo 2: Buen Profesor

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El reloj marcaba las 7:55 de la mañana cuando Perth entró apresurado al salón de clases, apenas con tiempo para encontrar su asiento antes de que comenzara Álgebra Lineal y Cálculo Multivariable. Ohm, su mejor amigo, ya estaba allí, concentrado en sus notas como si estuviera haciendo una revisión de último minuto. Perth se dejó caer en la silla junto a él, dejando escapar un suspiro.

—¿Hiciste la tarea? —preguntó en voz baja, esperando que la respuesta fuera positiva.

Ohm, sin levantar la vista de sus apuntes, soltó una risa corta.

—Sabía que ibas a preguntar eso. Aquí está —dijo, pasándole su cuaderno abierto—. Pero apúrate antes de que entre el profesor.

Perth tomó el cuaderno de Ohm con manos rápidas, sintiendo una mezcla de alivio y vergüenza. Debería haber terminado esto anoche, pero entre el trabajo en Rabbits y las prácticas de fútbol, apenas he dormido. Las horas parecían escaparse de sus manos estos días.

Estaba concentrado copiando la tarea cuando Pon, otro compañero, llegó y se acercó a ellos. Con una sonrisa cómplice, Pon le dio un codazo a Ohm.

—¿Me pasas también la tarea? Apenas tuve tiempo de hacerla.

Ohm, con una resignación evidente, deslizó el cuaderno hacia él sin decir nada. Perth, por su parte, se encogió de hombros, acostumbrado a la dinámica. Mientras Pon empezaba a copiar, Pim, una de sus amigas más estrictas en cuanto a los estudios, se les acercó con las manos en las caderas.

—¿Otra vez copiando la tarea? ¿En serio, chicos? —les recriminó con una mezcla de molestia y diversión.

Perth levantó la vista por un segundo y esbozó una sonrisa tímida, intentando suavizar la situación. No es mi culpa que el tiempo no alcance para todo, pensó, aunque sabía que Pim tenía razón. Pero no podía permitirse fallar ni en el trabajo ni en los estudios, por lo que a veces tenía que recurrir a estos atajos.

—Si no fuera por Ohm, estarían perdidos —añadió Pim, cruzando los brazos mientras tomaba asiento junto a ellos.

Perth no respondió. Estaba demasiado concentrado en terminar de copiar antes de que comenzara la clase. "Tengo que organizarme mejor", pensó mientras escribía rápidamente, aunque una parte de él sabía que esa promesa era difícil de cumplir con su vida tan apretada.

La clase comenzó poco después, y aunque el tema era complejo, Perth lo dominaba. Los ejercicios que les asignaron los terminó en un abrir y cerrar de ojos. Mientras el resto del salón seguía trabajando, levantó la vista hacia la ventana, deseando que todas las clases fueran así de fáciles.

Ohm lo miró sorprendido cuando Perth comenzó a guardar sus cosas.

—¿Ya terminaste? —le preguntó en un susurro—. Ni siquiera ha pasado media clase.

Perth asintió mientras cerraba su cuaderno.

—Ya terminé los ejercicios —respondió, encogiéndose de hombros—. Voy a salir un rato, aprovecharé para comprar un café.

Ohm soltó una risa burlona.

—Siempre tan adelantado... A ver si un día de estos me pasas las respuestas tú.

Con una sonrisa en los labios, Perth se levantó y salió del aula, contento de haber aprovechado su ventaja. 

Al llegar, el aroma familiar de los granos de café lo recibió, calmando un poco su mente agitada. Estaba a punto de pedir su latte habitual cuando algo llamó su atención: un pequeño grupo de chicas alrededor de una mesa al fondo. Rodeado por ellas, como si fuera el centro de una constelación, estaba Santa.

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⏰ Última actualización: Sep 26 ⏰

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