Me dirijo hacia las gradas de la cancha de futbol, ya que tiene las mejores vistas al bosque que rodea el colegio. Aprovecho mi hora libre para leer mi libro y disfrutar del día ahí cuando se terminan las practicas ya que hay muy poca gente.
Sabía que mi momento de tranquilidad había acabado antes de empezar bien desde el momento en que la vi caminar hacia mí con esa sonrisa ladina en el rostro. Siena siempre sabía exactamente cómo ponerme en situaciones que odiaba. Esta vez, no iba a ser diferente.
—A ver, Holly —dijo Siena, levantando la voz lo suficiente para que algunos jugadores del equipo de fútbol, que ya se dirigían a los vestidores, voltearan a mirarnos—, ¿cuándo piensas salir de esa burbuja de soledad en la que te metes? Debes tener algún secreto bien guardado... un novio imaginario, tal vez uno de esos en los libros que lees. Porque, bueno, todos sabemos que a ti no te habla ni el viento.
Las risas fueron un golpe directo. Mi cara ardía, y por dentro deseaba que la tierra me tragara en ese momento. Intenté pensar en una respuesta, como normalmente la enfrento, pero mi mente estaba en blanco.No hoy, me dije a mí misma, apretando los puños con fuerza. No iba a dejar que Siena se saliera con la suya otra vez.
—¿Y qué pasa si tengo un novio? —dije, sorprendida incluso por mi propia voz, que sonó más firme de lo que esperaba. Las risas se apagaron por un segundo y los ojos de Siena se entrecerraron. Sabía que había captado su atención, pero ahora tenía que continuar.
—¿Ah, ¿sí? —dijo Siena, su tono goteando con incredulidad y burla—. ¿Y quién es? ¿Alguien a quien no conocemos?
—No te preocupes por eso —respondí con calma, cruzándome de brazos. Sentí que la atención de todos los que nos rodeaban pesaba sobre mí—. No es tu asunto.
Mi corazón latía con fuerza, pero no bajé la mirada. Y entonces, como en una coreografía perfectamente cronometrada, una voz familiar cortó la tensión.
—Soy yo.
Me giré en dirección al sonido, y ahí estaba Dexter, el capitán del equipo de fútbol, con esa expresión tranquila que siempre llevaba como si nada lo alterara. Hice todo lo posible para que mi mandíbula no se cayera al suelo. Siena no se preocupó por esa parte ya que estaba igual o más sorprendida que yo.
Dexter se puso a mi lado con los brazos cruzados, aun no me lo creía ya que nunca habíamos cruzado palabra en los dos años que llevamos en el mismo colegio, se me hizo muy extraño que estuviera apoyando mi mentira.
—Así es — Continue, no me gustan las mentiras, pero Siena me estaba sacando de quicio, luego de anunciar su relación con James, mi antiguo amigo de la infancia y amor platónico, adopto una actitud insoportable, ya que gano popularidad y poder debido a James. — Espero que la próxima vez investigues mejor antes de meterte en las vidas de las personas.
Las dejo con la palabra en la boca, tomo mi libro y, para ser convincente la mano de Dexter para alejarme de ahí lo más rápido posible. Lo guio hacía unos banquitos cerca de los árboles.
Soltar la mano de Dexter fue como deshacerme de un carbón ardiendo. Sentí un alivio momentáneo, pero mis pensamientos seguían revoloteando sin control. Nos sentamos en los banquitos, un rincón oculto entre los árboles, donde solía ir a leer y escapar del bullicio del resto de la escuela. Pero ahora, no había escapatoria. Estaba aquí, con Dexter, el chico que acababa de saltar a mi rescate de la manera más inesperada.
—¿Qué fue eso? —le pregunté, aún con el corazón acelerado, como si acabara de correr una maratón. Me crucé de brazos para no mostrar lo nerviosa que estaba.
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Hearts on the Line
Dla nastolatkówHolly siempre había sentido algo por James, pero nunca se lo confesó. Eran amigos cercanos hasta que Siena llegó y, poco a poco, lo alejó de ella, haciendo que su amistad se desvaneciera sin que James hiciera lo mas mínimo por detener a Siena. Holl...