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—¿Y bien? ¿Cómo te fue?— preguntó mamá mientras me servía de cenar.

—Bien— me limité a decir.

—¿Sólo "bien"?— resopló. —¿Qué hay de tus profesores, amigos, chicos?— me dio una ligera sonrisa.

—A algunos profesores ya los conocía y pues ah, no he tenido clases con todos, hoy sólo tuve 4, no está tan mal— di una ligera pausa. —Amigos, pues estuve con Heeso, sabes que no socializo mucho y sobre chicos, entiendes perfectamente que nadie me interesa— procedí a dar mi primer bocado.

—Lo mismo de siempre ¿no?— mi madre bufó.

—¿Y tiene algún problema o qué?— sentí una ligera molestia. Ya sabía hacia dónde iba esto.

—No, nada de eso, pero a veces me preocupa que no quieras hacer más cosas— alzó la vista hacia mí. —Entiendo tu manera de ver las cosas, pero siento que siempre haces lo mismo, en verdad me gustaría que fueras más allá y te atrevieras a salir de tu zona de comfort, no sólo somos Heeso, la escuela, libros y nosotros ¿sabes? allá afuera hay más cosas por descubrir, tienes casi 20 años, Nae— me miró soltando un suspiro.

—Y así estoy bien, no necesito ir vagando por la vida, me siento a gusto como estoy— rodé los ojos.

—Siempre me darás la contra ¿verdad?—

—No lo hago, simplemente no me gusta. Al contrario, deberías agradecerme que me la paso aquí en casa y no cada fin de semana en la calle y con gente que ni siquiera conozco — di otro bocado.

—No me refiero a eso, Kang Naeri— alzó un poco la voz y sentí un poco de pánico. Incluso dijo mi nombre completo y justo cuando hacía eso era porque algo le estaba irritando o la había hecho enojar. —Pero deberías salir de la monotonía, y no, no me refiero a que te la vivas en fiestas y cosas de ese estilo, sino que conozcas más de la vida, hagas cosas diferentes. Aprovecha tú juventud. Jamás volverás a tener esta edad y ser así de joven y bella. No quiero que después te llegue el arrepentimiento en unos años — tomó mi mano. —Deberías intentar hacer cosas nuevas y mira, si no te gustan, pues okey, pero al menos quisiera que lo intentaras, por favor— finalizó.

Le di una mirada seria. Sé a qué se refería, desde que cumplí mis 18 me lo decía en algunas ocasiones.

Yo entiendo en cierto punto su estado de "preocupción", por así decirlo. Siempre he sido una chica bastante perfeccionista y he girado mi vida alrededor del estudio, mi familia y libros, porque amaba leer, era mi escape de la realidad.

Me encanta leer todo tipo de libros. Fantasía, poesía, psicología, vampiros. En verdad lo amaba.

Llegué a leer romance algunas veces y no estaba mal, pero no era mucho de mi estilo. Nunca me he considerado una persona romántica y realmente no me interesa serlo.

—Mamá— hablé. —Entiendo tu estado de preocupación, pero creo que exageras. Creéme, estoy muy bien así. Pero está bien, te prometo que trataré de salir un poco más, a distraerme y así— le di una ligera sonrisa.

—Okey, lo tomó, pero— me miró de forma acusadora. —Que no sea a bibliotecas ni nada por el estilo, te la vives ahí—

Solté un bufido.

—¿Es en serio? ¿Qué tiene de malo?—

—Nada, pero el punto es que no sean los mismos lugares— enarcó una ceja.

—Lo pensaré ¿okey? por favor, comamos, tengo mucha hambre como para esperar hasta las 10 a papá y a Seori— le di una sorbo a mi agua.

—Está bien, Nae, comamos—

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⏰ Última actualización: Sep 26 ⏰

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