Capitulo 4
♪ ♪ ♪Abby
El resto de la semana pasó volando. Cole me ha escrito durante todo este tiempo, pero en la escuela, por alguna razón que no entiendo —y odio por cierto— no nos hablamos personalmente todavía. Solo me he limitado a sonreír cada vez que nuestras miradas se conectan. Cada vez que lo veo, siento que el mundo se detiene por un segundo, y mi corazón late vagamente.
Me encuentro sentada en mi cama, mientras Dona camina de un lado a otro frente a mí. Le he contado todo lo relacionado con su hermano, incluso lo que siento por él. Ella es mi mejor amiga y no quiero perder nuestra amistad por ocultarle algún secreto.
—A ver, ¿me estás diciendo que tú y mi hermano...? —su voz se detiene, y me tiene preocupada.
—No, no, no. No he dicho eso —me apresuro a aclarar—. Solo... —pienso un momento antes de repetirlo—. Solo que me gusta.
«Me gusta. De verdad estoy diciendo que Cole me gusta». La revelación pesa en el aire como una bomba silenciosa.
Si boba, te gusta. Si no, ¿cómo explicas que tu corazón se acelera cuando lo ves? Y esas mariposas en el estómago, y cómo se te ilumina la mirada cuando hablas de él.—¡Ay, por Dios! ¡Qué asco me das cuando hablas así! —Dona se lleva las manos a la cabeza, fingiendo desesperación.
—Cállate —le doy un pequeño empujón, y ambas comenzamos a reír. La tensión se disipa un poco, pero la incomodidad persiste.
—Pero me alegra que te guste ese idiota, aunque no sé qué le ves.
—Es que se parece a ti, y como no soy lesbiana, prefiero estar con tu versión masculina —bromeo, provocando que nuestras risas aumenten.
Dona se detiene de repente, una chispa traviesa en sus ojos.
—¿Y si hacemos algo? —propone, con una sonrisa cómplice—. ¿Qué tal si salimos hoy? Necesitamos un plan de ataque para que tú y Cole hablen más. ¡Una cita doble!
Mi corazón se acelera ante la idea. La última cosa que quiero es hacer las cosas más complicadas de lo que ya son, pero la idea de pasar más tiempo con Cole me intriga.
—¿Una cita doble? ¿Con quién? —pregunto, tratando de mantener la voz neutral.
—Conmigo y Jenna , la chica de la banda. Ya sabes, la que toca la guitarra.
Una sonrisa se dibuja en mi rostro al pensar en lo divertido que sería.
—Vale, pero solo si prometes que si me siento incómoda o no estoy lista saldremos corriendo.—¡Prometido! —Dona levanta la mano como si estuviera firmando un pacto sagrado—. Ahora ve a cambiarte. ¡No podemos llegar así!
Mientras me arreglo me pongo a pensar como puedo dejarme llevar por las locuras de Dona , ella es demasiado ocurrente.
Al final decidimos que la cita fuera en la cafetería que Cole solía frecuentar. Dona y yo nos sentamos en una mesa cerca de la ventana. En cuanto ví a Cole asomarse por la puerta principal, mi corazón da un vuelco. Cole lleva una camiseta sencilla que resalta su figura atlética y su cabello desordenado le da un aire despreocupado que me encanta.
Al final resultó de que la cita de Dona no puedo venir porque tenía ensayo así que seríamos solo tres .
—¡Hey! —saluda Cole con una sonrisa amplia—. ¿Listas para una noche divertida?La conversación fluye entre risas y bromas mientras esperábamos que nos trajeran el pedido realizado . Cada vez que Cole me mira, siento que el tiempo se detiene. Hay algo en su mirada que me hace sentir especial y nerviosa al mismo tiempo.
A medida que avanza la noche, la tensión en el aire se siente casi eléctrica. Dona parecía estar disfrutando de mi nerviosismos .
—Así que... —Cole comienza, su voz suave interrumpiendo mis pensamientos—. ¿Qué tal si hacemos un juego? Algo para romper el hielo.—¿Qué tienes en mente? —pregunta Dona, intrigada.
—Un juego de preguntas. Cada uno debe hacer una pregunta a alguien más de la mesa. Sin mentiras —dice con una sonrisa traviesa.
Mis nervios aumentan al saber que pronto tendré que responder algo sobre mi, algo sobre mi vida personal .La ronda comienza y las preguntas son ligeras al principio: "¿Cuál es tu comida favorita?" o "¿Cuál es tu película preferida?" Pero cuando llega mi turno de preguntar a Cole, mis manos sudan ligeramente.
—¿Cuál es tu mayor miedo? —pregunto, sintiendo cómo todos los ojos se posan en él.
Me quedo en silencio y veo como todos me miran y siento como si la mirada de Cole me quemara . La atmósfera se vuelve densa, como si el aire se hubiera vuelto más pesado.
—Temo no haber vivido lo suficiente. No quiero que la vida me pase de largo sin que yo haya hecho lo que realmente quiero — las palabras se escabulleron entre mis labios.
Mi respuesta resuena en ellos y siento como si mis propios temores emergen a la superficie: el miedo a no tener tiempo, a no poder experimentar todo lo que deseo antes de que sea demasiado tarde. La idea de morir sin haber vivido plenamente me llena de una tristeza profunda.
La conversación avanza pero mi mente sigue atrapada en el mismo momento. Ya se nos estaba haciendo tarde y decidimos irnos.
Al llegar a casa, subo rápidamente a mi habitación, cerrando la puerta detrás de mí. Me dejo caer sobre la cama, sintiendo cómo el colchón se adapta a mi peso. Cierro los ojos y respiro hondo, intentando procesar todo lo que ha sucedido. La risa, las miradas cómplices con Cole, su voz resonando en mi mente.
Un sonido sutil me interrumpe y me saca de mis pensamientos, era el crujido de la ventana, dirijo mi mirada hacia ella y se me hacerla el corazón al ver aquella figura esbelta aparecer en mi habitación. Cole .
No me lo puedo creer Cole se encuentra en mi habitación, un espacio que se siente cada vez más pequeño con su presencia. La luz suave de la lámpara ilumina su rostro, resaltando cada faccion.— ¿ Qu , que haces aquí ? — casi ni puedo hablar.
Cole se acerca lentamente sin pronunciar ni media palabra, y el aire entre nosotros se vuelve denso. Mis nervios se disparan mientras él me mira fijamente a los ojos. Hay un magnetismo palpable que me atrae hacia él; es como si el mundo exterior hubiera desaparecido y solo existiéramos nosotros dos.—No puedo dejar de pensar en lo que dijiste —dice él, su voz baja y casi un susurro.
— No , no sé de que hablas — trato de respirar antes de seguir hablando — solo fue la respuesta a una pregunta.
— Es más que una respuesta.
No podía dejar de que supiera, él no , no podia dejar que el me viera con lástima, no la necesito, no de él .
— ¿ Que haces aquí ? — repito —¿ que quieres?.
Evade mi pregunta otra vez y se acerca un poco más.
—¿Y tú? —pregunta suavemente—. ¿Qué es lo que realmente quieres?
El latido de mi corazón resuena en mis oídos mientras él se acerca aún más, hasta que estoy contra la pared. Su mirada se intensifica, y siento cómo el espacio entre nosotros se llena de una tensión eléctrica. La respiración se me corta mientras su rostro se inclina hacia el mío, sus labios tan cerca que puedo sentir su calor.
—Quiero... —comienzo a decir, pero mis palabras se desvanecen cuando él acerca su rostro aún más.La distancia entre nosotros se reduce drásticamente. Puedo sentir su aliento cálido en mi piel y el pulso acelerado de mi corazón. La presión de su cuerpo contra el mío provoca una mezcla de emociones: ansiedad, deseo y un profundo anhelo de conexión.
— ¿ Te gustaría vivir conmigo cada momento como si fuera el último? —susurra, sus ojos fijos en los míos.Noto cómo mi cuerpo reacciona ante sus palabras; el deseo se apodera de mí como una ola que arrastra todo a su paso. En un impulso casi instintivo, acerco mi rostro al suyo y nuestras miradas se encuentran en un instante eterno.
Antes de que pueda pensarlo demasiado, nuestros labios se encuentran en un beso suave, ligero, lento . Pero rápidamente se intensifica mientras nos perdemos uno en los labios del otro. Siento cómo mi corazón late con fuerza mientras nos sumergimos en esa ola de anhelo y deseo. Mi pobre corazón de esta le da un infarto.
Finalmente, nos separamos ligeramente, nuestras frentes tocándose mientras respiramos entrecortadamente. Trato de tomar todo el aire posible antes de decir algo.
— Si , quiero vivir cada momento como si fuera el último. ...«Nunca tengas miedo a realizar lo que ma anhelas y menos de entregarte a la persona que te gusta si sabes de que es la correcta »
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