𝘟: 𝘢𝘭𝘭 𝘵𝘩𝘦 𝘵𝘩𝘪𝘯𝘨𝘴 𝘪 𝘭𝘰𝘷𝘦 𝘢𝘣𝘰𝘶𝘵 𝘺𝘰𝘶

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Joshua se encontraba apoyado en el marco de la puerta que conectaba las habitaciones con la sala de estar, viendo a JunHui jugando con su perro en el sofá. 

Ni siquiera notó cuando había dejado la cama. 

—Estoy impresionado, de veras— se acercó—. Odia a cualquier ser viviente que no sea yo, mamá o mi hermana. 

—Oh, ¿En serio? — tomó al cachorro—. ¿Sólo quieres a tu papi, abuela y tía? Bueno, a nuestro papi, quizá. 

—No le metas fetiches a mi perro, por favor— dijo sonrojado, tomando al canino y dejándolo en el piso, para que camine un poco. 

Todo con tal de evitar mostrar a JunHui, que estaba avergonzado. 

Pero el menor siempre se daba cuenta y reía en respuesta, con esa costumbre de quedar mirándole. 

—Ni siquiera me he dado cuenta que te fuiste— comentó, tomando asiento a su lado. 

—Ah, sí, soy experto en escapar de camas de chicos, muy silenciosamente— sacó su teléfono—. Pero no lo haré contigo, descuida. Salvo que seas un idiota. 

—... No soy un idiota. 

Sonrió. —Entonces bien. 

Revisando su apple watch, Joshua pudo ver que aún estaban a tiempo de desayunar, por lo que se puso de pie y tomó sus llaves. 

—Vamos, odio desayunar aquí. 

—¿Por? 

Bufó y tomó su mano. —Vamos. 

—¿Quieres que vaya en ropa interior?  

El mayor volteó confundido, y en efecto, no había notado que JunHui sólo llevaba una camisa suya puesta. 

Que por alguna razón, se convirtió en una imagen que le encantaría ver todos los días. Extraño. Raro. Se sentía raro. 

Ante su falta de respuesta, Moon simplemente caminó hasta su cuarto, donde tomó de su mochila un par de jeans, un cinturón y sus clásicas vans negras. 

—Ahora sí, vamos. 

—C-claro— asintió. 

Muy dentro, Hong sabía que ese revoltijo de emociones le jugarían en contra, pero nuevamente se planteaba lo mismo: no era momento de pensar en eso. 

Cualquier preocupación se iba en presencia de JunHui. 

Quien ladeaba su vista hacia él, una vez dentro del ascensor. 

—¿No vas a atar tus cordones? 

Confundido, Joshua miró sus tenis. —Um, están atados. 

Rodó sus ojos. 

—Hey, ¿Qué? ¿Qué pasa? 

—¿No conoces esa escena de 50 sombras? ¿la del ascensor? 

—Lo lamento, pero nunca he visto esas películas. 

Lo siguiente fue una indignada expresión por parte del menor, que sólo provocó sonrisas en Hong. 

Logrando que se justifique todo el camino hasta la cafetería, del porqué no las había visto. Y a pesar de no llegar a ningún punto en específico, fue divertido para ambos. 

—¿Qué tal si te dejas de quejar y me acompañas a mirarlas un día? 

—Soy un artista, no tengo tiempo— bromeó mientras empujaba la puerta de cristal. 

—Te invito a cenar entonces— ofreció. 

—... Acepto. 

Con sonrisas inmensas plasmadas en sus rostros, se acercaron al mostrador y ordenaron su desayuno. 

𝗦𝗸𝟴𝗲𝗿 𝗕𝗼𝘆  ୨୧  𝖲𝗁𝗎𝖺𝖩𝗎𝗇/𝖩𝗎𝗇𝖲𝗁𝗎𝖺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora