Compromiso [OHSHC - Mori x OC]

Acto II - La découverte

Al día siguiente de aquella cita, Aimée regresó al instituto. Takashi ya le había comentado un poco a Honey cómo había ido y Honey se disculpó enseguida con Aimée por no haberle contado lo del compromiso. Ella lo dejó correr fácilmente, de todas maneras, ya lo había hablado un poco con Takashi así que todo iba bien.

Durante la semana siguiente el Host Club supo lo del compromiso, así que antes de las prácticas de ballet y de las horas del club, Aimée pasaba más rato con ellos. Al mismo tiempo, ocurrió lo de Ritsu Kasanoda, un alumno menor que ella que había pedido ayuda a Takashi para parecer más amigable. Aimée observó aquello, atenta, como una manera de descubrir un poco más de Takashi. Sí, Mori parecía intimidante... pero a Aimée nunca le había parecido que diera miedo.

Después de una clase del club de ballet del Ouran, fue directamente al aula de música para esperar a Mitsukuni y Takashi ya que habían quedado para ir a casa de Mitsukuni a hacer un trabajo en grupo. Entró en el aula y vio a Haruhi cambiándose. Se puso roja al verlo pero, sobre todo, se dio cuenta de que llevaba un sujetador.

- L-lo si...

Kasanoda-kun abrió la puerta diciendo algo y al darse cuenta de lo mismo que Aimée, salió enseguida y cerró la puerta tras él. Aimée se quedó boquiabierta un momento y miró hacia la puerta, algo sonrojada, cuando Haruhi dijo:

- No te preocupes, no es una molestia -terminó de ponerse la camisa y fue hacia la puerta, para abrirla y decir a los chicos que dejaran de amenazar a Ritsu.

Kyouya miró hacia dentro, viendo a Aimée y se puso bien las gafas.

- Parece que alguien más lo sabe.

Aimée lo miró, recuperando un poco la compostura y sonriéndole de manera educada.

- No veo de qué estás hablando -Kyouya era, quizás, el host que más la asustaba aunque trataba de no mostrarlo.

- Quizás sea mejor así -dijo él sencillamente.

Takashi frunció levemente el ceño al notar cierta amenaza en el tono.

- Kyouya -dijo-. Cuida tu tono.

Todos se sorprendieron al verlo defenderla de aquella manera. Kyouya miró a Mori y asintió levemente, poniéndose bien las gafas al mismo tiempo que Takashi daba unos pasos hacia su prometida.

- Está bien -dijo Haruhi y miró a Aimée sonriéndole levemente-. Me visto así y me hago pasar por un alumno para poder pagar mi deuda al Host Club perteneciendo a él. Como le dije a Kasanoda-kun, si quieres decirlo da igual.

- No lo diré -dijo Aimée rápidamente, mirando después a Takashi y dedicándole una breve sonrisa antes de volver a mirar a Haruhi-. Debe de ser difícil no poder comportarte todo el rato como quisieras, ¿no es duro fingir ser un chico?

Haruhi sonrió algo divertida.

- No, no te preocupes. Llega a ser divertido.

Aimée le devolvió la sonrisa asintiendo levemente y dejó que Haruhi hablara con Kasanoda-kun. Miró a Takashi, que había llegado a su lado y Mitsukuni vino felizmente.

- Ahora Haruhi tendrá una amiga con la que hacer cosas de chicas.

- ¡Mi hijita será más femenina! -dijo Tamaki felizmente- Ah, ¡no hay nadie más femenina que Aimée! Es toda una dama y estoy seguro de que la amistad entre dos preciosas mujeres es de lo mejor que existe.

Aimée se tensó un poco al oír eso, pero sonrió levemente.

- Disculpadme, estoy algo cansada -miró a sus dos compañeros de clase-. ¿Tenéis algo que hacer o podemos irnos ya?

Mitsukuni le sonrió.

- Vayámonos. He pedido a la cocinera de nuestra casa que nos haga un pastel de chocolate -dijo felizmente.

Fueron a la mansión de los Haninozuka y se pusieron a hacer el trabajo mientras merendaban. Takashi parecía feliz viendo cómo Aimée, cada vez que estaban los tres a solas, estaba relajada y parecía no dar demasiada importancia a las apariencias y era como ver a la verdadera Aimée. Tuvieron un momento bastante gracioso porque Aimée interpretó una palabra como la que no era y luego siguieron con el trabajo.

- ¡Qué rápido hemos ido! -dijo Mitsukuni- Menos mal que eres tan buena en historia del arte, Aimée -sonrió.

Aimée sonrió levemente, algo sonrojada.

- Me interesa el arte, solo es eso.

- Eres muy inteligente -dijo Takashi mirándola.

Ella lo miró, parecía sorprendida y confundida por lo que le decía. Aimée no recordaba la última vez que alguien le había dicho algo así. Los cumplidos que solía escuchar eran sobre su físico.

- Sí, lo eres -sonrió ampliamente Mitsukuni-. Los exámenes serán pronto, estoy seguro de que serás de las mejores.

Ella aún parecía algo confundida y a Takashi se le encogió un poco el corazón al ver que su prometida parecía algo perdida al escuchar esas cosas. Le puso una mano en el hombro y ella lo miró. Le sonrió levemente, con una sonrisa algo educada.

- Gracias, sois muy amables... vosotros sí que sois muy inteligentes.

Mitsukuni sonrió ampliamente.

- ¡Eres tan mona! -dijo alegremente- ¿Quieres más pastel? ¡Voy a ir a buscar más! -salió de su habitación dejándolos a solas.

Takashi la miró con tranquilidad y ella terminó de escribir algo en su hoja de deberes. Luego miró a su prometido y le sonrió de manera algo tímida.

- Gracias por haberme defendido antes, con Kyouya.

- Es lo normal -dijo simplemente. Takashi veía a su prometida, no era mala y sabía que nunca habría revelado el secreto de Haruhi si se le explicaba el por qué. Pero no le dijo aquello, no le pareció necesario.

Ella, por otra parte, pensó que "es lo normal" se refería sobre todo a su nueva relación, al hecho de ser prometidos. Al menos, pensó, Takashi parecía alguien leal. Incluso a ella, que acababa prácticamente de conocerla.

- Gracias igualmente.

Mitsukuni volvió alegremente con más pastel para todos. Takashi no comió, más que nada porque el dulce no era lo suyo, pero se sirvió más té. Aimée, por su parte, cogió otro trozo de pastel.

***

Al terminar los deberes, Takashi la acompañó hacia la academia donde su madre daba clases de ballet. Ella se lo agradeció y se metió allí rápidamente para no llegar tarde a la clase de su madre. Al contrario que en Ouran, allí la mayoría eran occidentales.

Se dedicó a las clases, bailando, haciendo todos los ejercicios que debían. Se quedó al final de la clase y fue a cambiarse al mismo tiempo que su madre.

Evgeniya la miró sonriendo levemente.

- Tienes más cadera que antes -dijo con calma-. No me puedo creer que te estés convirtiendo en toda una mujer tan rápido -dijo con orgullo.

Aimée se sonrojó levemente y se cambió bastante rápidamente. Su madre siguió hablando.

- ¿Así que Takashi te ha acompañado hasta aquí?

- Es muy caballeroso.

- Cariño, de verdad siento que todo haya sido una gran sorpresa para ti... Pero hemos escogido bien a tu prometido, ¿no? -sonrió- Parece un buen muchacho.

Ella asintió levemente, la verdad es que podría haber sido peor. Para empezar, al menos era alguien de su edad.

- Siento que no puedas escoger, pero quién sabe, quizás lleguéis a sentir amor el uno por el otro con el tiempo. Al fin y al cabo, solo se necesita un poco de esfuerzo. Y tú eres una dama perfecta, cualquiera te amaría -se acercó a su hija y se puso a arreglarle bien el moño-. Perfecta. ¿Vamos a casa?

Aimée asintió levemente con la cabeza.