Compromiso [OHSHC - Mori x OC]

Acto I - Le changement

Aquella fiesta terminó siendo agradable. Aimée tuvo que aguantar un poco los comportamientos infantiles de algunos del grupo de aquella noche pero al final pensó que eso había hecho la velada más amena. Cuando llegó a casa fue directa a ducharse, hacer su rutina de noche y dormir.

Aquello transcurría durante unas pequeñas vacaciones antes de empezar de nuevo la escuela. Por eso al día siguiente Aimée pudo dormir hasta las diez, algo que era muy tarde para ella, antes de levantarse, desayunar y empezar el día con unos pocos ejercicios de estiramientos y flexibilidad como cada día en la sala que tenían en casa dedicada al ballet.

Mientras seguía con su rutina, escuchó a sus padres hablando en el pasillo en francés. En casa el idioma utilizado siempre había sido el francés.

- ... Y Yuzuru me ha propuesto que Aimée vaya a Ouran, ¿no es genial? Es un gran avance, ahora realmente puede integrar la sociedad japonesa de buena manera, ¿no te parece, cariño?

Evgeniya respondió:

- Es una gran propuesta, deberías empezar los papeles del traslado ya. Será una gran oportunidad para...

No oyó más, sus padres simplemente habían pasado por delante de la puerta hablando de ello seguramente de camino al que era el despacho de su padre. Aimée se miró en el espejo, sin dejar de hacer su ejercicio. Hablaban de su traslado y no parecía haber ninguna duda... Se iba a cambiar de escuela. Miró al suelo, suspirando suavemente. Ni siquiera le habían preguntado si estaba de acuerdo... Negó suavemente con la cabeza y volvió a mirar al frente estirando su pierna derecha sobre la barra y bajando el torso doblándose sobre ella. Daba igual en qué escuela estuviera, su trabajo sería el mismo: tener buenas notas, ir a las clases de ballet de su madre... Y probablemente integrar el club de ballet de la escuela. Seguramente podría seguir en contacto con sus amigas. Al fin y al cabo, para algo habían teléfonos móviles, ¿no? Un simple cambio de escuela no la separaría de la gente que la apreciaba.

Conocería a otras personas, también... ¿Quizás Tamaki sería amable con ella incluso en aquella escuela? Aimée sonrió levemente al recordar aquella persona que parecía un personaje sacado de un cuento en el cual él era el príncipe. No parecía malo, ni un aprovechado ni nada... Quizás eso la tranquilizaba un poco. ¿Y los de su grupo? Bueno, había el gafas que parecía calculador, pero si se juntaba con alguien como Tamaki quizás había cierta amabilidad en él. Quizás no era malo. Y el tal Haruhi que era algo diferente, parecía muy amable... Los gemelos eran unos bromistas, se notaba a leguas. Y estaban los más mayores. Si se cambiaba de escuela habían probabilidades para que pudiera tocarle ir a la misma clase que ellos: Mitsukuni Haninozuka y Takashi Morinozuka. De toda la velada, Aimée solo había oído una frase del segundo cuando reprendió un poco al primero. Había sido como si el tal Takashi hubiera leído perfectamente sus sentimientos a pesar de tratar de mantener una máscara neutral. El más bajito por su parte parecía tan adorable. Si le tocaba ir a la misma clase que ellos, quizás no sería tan malo.

No se permitió distraerse demasiado pensando en todo aquello y siguió con sus ejercicios, concentrándose en lo que hacía. Cuando ya iba terminando vino su madre, que le añadió unos pocos ejercicios, haciéndolos con ella, mientras le hablaba sobre la decisión que su padre y ella habían tomado para que fuera a Ouran.

- Claro -respondió Aimée, que ya había podido hacerse a la idea durante esos instantes después de haberlos escuchado hablar-, es una gran escuela.

Evgeniya sonrió satisfecha por su respuesta.

- Perfecto. ¡Ya tengo ganas de ver el uniforme de esa escuela! Seguro que te quedará perfecto.

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