๑ 𝖧𝖺𝗉𝗉𝗒 𝖡𝗂𝗋𝗍𝗁𝖽𝖺𝗒 𝖯𝗍.2

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𝖫𝖾𝖾 𝖩𝖾𝗇𝗈.

Seguí a Eunae por el salón mientras era arrastrada por esa chica, algo raro ya que no parecían ser amigas. Al llegar al otro lado, Danielle se puso delante de Eun, impidiéndonos ver lo que había detrás de ella. Eunae la empujó a un lado y mis ojos casi se salen de sus órbitas al ver a Sunghoon y una chica besándose. Al principio no sabía quién era, pero cuando alcancé a ver su rostro al instante recordé a la chica que estaba en su coche el día que fuimos a Starbucks, la amiga de Eunae. Me tomó un minuto mirarla. Las lágrimas ya caían en cascada por sus mejillas y su boca estaba abierta como si acabara de ver a un monstruo.

― ¡¿Qué demonios?! ―gritó.

La "pareja" se separó y la miraron desconcertados.

― El, yo... ―intentó explicarse.

― No. ―gruñó y levantó su mano en señal de que no quería escucharlo.

Me tomó toda la fuerza de mi cuerpo no ir a romperle la nariz ahí mismo, pero que Eunae corriera fuera del salón me distrajo y la seguí. Inmediatamente Danielle comenzó a gritarles y regañarlos, Sunghoon parecía afligido y la traidora de su amiga sonreía triunfante. Negué con la cabeza y corrí tras Eunae.

― ¡Eunae! ¡Eunae, para! ―la llamé hasta que finalmente paró y se agachó en el suelo, llorando a lágrima viva.― No, no, ven aquí. ―la puse de pie para que su vestido no se ensuciara. Apuesto a que en cualquier otra situación se preocuparía por eso.

La tuve abracé por un momento, sin saber exactamente lo que debía hacer, así que sólo le acaricié la espalda suavemente, esperando que se calmara. Cuando dejó de llorar, me miró. Le sequé las mejillas manchadas de lágrimas con mis pulgares. Me hizo sentir muy mal verla llorar por un idiota que no valía la pena. Sorbía en silencio y me llevó hasta un banco que estaba a unos metros de distancia.

Se sentó y me abrazó.

― ¿Tienes frío? Deberíamos volver. ―señalé hacia atrás refiriéndome al salón.

¿Qué se supone que debía hacer en una situación como esa? No tenía ni idea.

― No, no quiero volver.

El viento soplaba contra la falda de su vestido. Se veía hermosa, aunque dudaba de la comodidad de los tacones. Incluso con eso puesto seguía siendo más baja que yo y, por alguna razón, eso me gustó.

― No pienses en eso,  es un idiota y  no merece tus lágrimas. Eres demasiado buena para él, princesa. ―me sorprendió cuán sincera salió mi voz y saqué una pequeña sonrisa.

― ¿De verdad lo crees? ―preguntó mordiéndose el labio.

Asentí con la cabeza para tranquilizarla.

― Sí. No sabe lo que está perdiendo.

― Gracias, Jeno. En realidad, lo que me molesta no es el hecho de que me haya engañado porqué, de alguna forma, yo le hice lo mismo. Es el hecho de que lo hizo en mi fiesta de cumpleaños, con una de las que creía mis mejores amigas y adelante de todos mis invitados. Me ha humillado. ―sacudió la cabeza con tristeza para no llorar de nuevo.

― Entiendo. ―se frotó los brazos porque tenía la piel de gallina. Hacía mucho frío y su vestido parecía de una tela muy delgada.― Tengo una idea. Toma tu chaqueta y te mostraré mi regalo. ―dije ofreciéndole mi mano para que se pusiera de piel.

― ¿Me trajiste un regalo? ―me miró estupefacta.

― No lo traje exactamente, por eso necesitas tu chaqueta. Tenemos que ir en mi coche. ―le expliqué, haciendo que frunciera el ceño, con un toque de emoción en sus ojos brillantes.

𝖡𝗋𝗈𝗇𝗑 ⊹ 𝖫𝖾𝖾 𝖩𝖾𝗇𝗈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora