Matt se quedó extrañado durante unos instantes.
—¿Cómo dice?...
—Yo soy el mar —repitió el anciano sin perder la compostura.
Matt lo miró, buscando un atisbo de locura. Pero no, ahí seguía, sin moverse, sosteniendo el vaso de whisky en la mano.
—El mar... ¿el dios del mar?
—Ya te he dicho que he tenido muchos nombres.
—Oh, Dios mío, esto debe de ser una broma muy pesada —se frotó la cara—. He conducido seis malditas horas hasta aquí... hasta este lugar alejado de cualquier mapa, para que un viejo chiflado me diga que es el mar...
—Yo que tú no me faltaría al respeto. Te recuerdo que estás en mi casa.
—Esto es un maldito faro abandonado.
—No está abandonado, porque yo vivo aquí desde antes de que tú nacieras. Y mucho menos está maldito —su voz seguía pausada y tranquila.
—Tengo que largarme de este lugar —Matt se levantó de la silla y se dirigió a la puerta.
—Hace diez meses, dos días y seis minutos, soltaste la mano de tu esposa Sharon en mitad de una tormenta y yo la engullí. —Matt, de espaldas al anciano, se quedó paralizado y un sudor frío empezó a recorrerle la espalda. Se giró lentamente.
—¿Cómo sabe usted eso?
—Ya te he dicho que sé muchas cosas. —Le hizo una seña con la mano para que se sentara frente a él de nuevo.
Matt tembló al sentarse. Parecía que el anciano había crecido en un breve espacio de tiempo, y ahora lo veía más enorme y majestuoso que hacía tan solo unos minutos.
—¿Por qué...? —su voz se quebró—. ¿Por qué a ella? Si es quien dice que es, ya no había marcha atrás; estaba dispuesto a preguntarle.
—¿Por qué Sharon? Si no recuerdo mal, tú soltaste su mano.
—¿Está diciendo que yo dejé morir a mi esposa?—No, estoy diciendo que la última esperanza residía en ti. Y el lazo se quebró; Sharon debía saldar su cuenta.
Los ojos de Matt se cristalizaron. Algo ardía como fuego en su interior.
—¡Sharon no tenía ninguna cuenta que saldar! ¡Ella debería seguir viva ahora!
—Todos tenéis algún día que saldar la cuenta.
—¡Ella no había hecho nada! ¡Sharon era una mujer maravillosa... por el amor de Dios! —Dejó caer su cara entre las manos. ¿Cómo podía estar teniendo semejante conversación con aquel anciano loco?
—¿Acaso sabes quién fue Sharon en sus vidas anteriores?
—Oh, Dios mío... —Matt se atusó el pelo, incrédulo—. No puedo estar haciendo esto ahora mismo... no es posible.
El anciano chasqueó la lengua, cansado.
—Mira, muchacho, todos vosotros, los humanos que vivís en este mundo, vivís muchas vidas. A veces una detrás de otra, a veces se hace un espacio de tiempo en el que el alma descansa. De alguna de ellas, vuestras maldades salen impunes, y morís tranquilamente cuando, con anterioridad, habéis roto el equilibrio del mundo. —Mientras hablaba, cruzó los dedos sobre la mesa—. Así, cuando llega el momento, el equilibrio vuelve a su sitio y se salda la cuenta para que el curso de la vida continúe. Sharon, en sus vidas anteriores, había cometido terribles actos de maldad. Ya ha saldado su cuenta.
—¿Qué actos de maldad?
—Eso es algo que no puedo revelarte.
—¿Cuántas vidas llevo yo? —dijo llevándose la mano al pecho.
—Esta es tu segunda vida —contestó.
Matt agarró el vaso de whisky y bebió como nunca antes lo había hecho, hasta acabarlo.
—¿Es usted quien me ha traído hasta aquí?
—No.
—¿Quién ha sido? He estado soñando con este faro durante meses.
—Yo no controlo los sueños de la gente —dijo, levantando el dedo hacia arriba—. Eso es cosa de otros dioses.
Matt alargó el brazo, ofreciéndole el vaso vacío. El anciano lo llenó.
—¿Cuántos años tiene?
—Los mismos que tiene este mundo.
—Esto es una locura —dijo, negando con la cabeza.
—A mí me parece que estamos los dos perfectamente cuerdos, señor Smith.
—¿Qué hace en este lugar?
—Ver la vida pasar tranquilamente.
—¿Es un dios con forma de humano?
—No podría elegir una forma más absurda.
—Hace unas horas, le vi en la orilla. Había una mujer con usted. ¿Dónde está ella ahora?
—No pueden estar mucho tiempo fuera del mar.
—¿Era una sirena?
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El pueblo de la bruma
Mystery / ThrillerMatthew Smith es acosado por pesadillas recurrentes que lo arrastran siempre al mismo lugar. Desde la trágica muerte de su esposa, un faro misterioso se repite en sus sueños, atormentándolo noche tras noche. Perdido en su dolor y olvidando quién sol...