Mi esposa es una pecado capital

Capitulo 8: Reflexión

Unos días después del intenso combate y la conversación que tuvo con Belphegor, Goku se encontraria en uno de los vastos jardines del palacio de Lilith, su expresión era inusualmente reflexiva, algo que no era común en el saiyajin quien siempre estaba enfocado en entrenar o en buscar nuevas emociones a través de combates, pero ahora, mientras el viento suave movía las hojas oscuras de los árboles, Goku meditaba sobre las palabras de Belphegor.

Desde la batalla no podía quitarse de la cabeza la idea de la longevidad y cómo afectaría su vida en el futuro, sabía que amaba profundamente a su familia en la Tierra, pero también entendía que el tiempo pasaría de manera inevitable para ellos, mientras que él, debido a la vida que recibió del supremo Kaioshin del pasado, seguiría viviendo mucho después de que ellos se fueran.

En otro lado del palacio, Lilith estaba inmersa en su trabajo, si bien solía manejar las responsabilidades de su reino con facilidad, esta vez se sentía un poco más agotada de lo habitual, la mente de la reina demonio estaba en mil lugares a la vez, ya que además de los asuntos del reino infernal, sus pensamientos seguían regresando a Goku, a sido paciente, pero habia notado que Goku estaba distante, tal vez reflexionando sobre lo que había pasado entre ellos y sobre lo que él realmente quería.

Lilith suspiraria mientras revisaba un montón de documentos, habia posibilidad de una guerra entre los demonios ya que habian varios que ansiaban el poder, pero últimamente las cosas parecían estar bajo control, sin embargo, todo esto la distraía de lo que realmente la inquietaba, su creciente afecto por Goku y la incertidumbre de lo que él sentía por ella.

Mientras trabajaba, una de sus sirvientas se acercaria con una mirada preocupada.

"- Lilith-sama, se ve algo cansada ¿se encuentra bien?" - preguntaria la sirvienta con cuidado y preocupación.

Lilith la miraria  y esbozaria una leve sonrisa tratando de restarle importancia a sus pensamientos. "- Estoy bien, solo ha sido una semana intensa,  tengo mucho en mente, pero nada que no pueda manejar." - responderia ella entre cerrando sus ojos cosa que enmarcaria sus ojeras.

La sirvienta asintiria pero no parecía completamente convencida, Lilith era conocida por su fuerza, tanto física como mental, pero esta vez había algo diferente, aun así, la maid decidiria no insistir.

Mientras tanto, en el jardín Goku seguía mirando al horizonte, con los brazos cruzados, estaba intentando procesar todo lo que había aprendido en estos días, recordaba las palabras de Belphegor, pero también recordaba las veces que Lilith había demostrado afecto por él, aunque de una manera sutil, no era como Chi-Chi, quien siempre había sido directa y explosiva con sus sentimientos, Lilith era diferente, más reservada, pero en ese silencio, Goku podía sentir una profundidad de emociones que lo hacían pensar.

El saiyajin respiraria hondo, aún sin encontrar una respuesta clara, parte de él se sentía culpable, como si pensar en Lilith fuera una traición a su familia, pero, por otro lado, la realidad de su situación lo golpeaba de nuevo, eventualmente, su vida tomaría un camino muy diferente al de ellos, no era fácil aceptarlo, pero sabía que no podía ignorarlo.

Un rato después, Lilith decidiria tomar un descanso de su trabajo, saldria del salón y caminaria por los pasillos del palacio, encontrando paz en los ecos lejanos de los espacios vacíos, fue entonces cuando llegaria a uno de los balcones que daban al jardín y vio a Goku de pie, en silencio, algo que no era común en él.

"- Goku" - lo llamaria suavemente con su voz tan firme como siempre, pero con un tono más cálido que de costumbre.

El saiyajin se giraria para mirarla y sonreiria. "- Oh, Lilith, no te había visto llegar." -