IV: Petición

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Ya eran alrededor de la una del medio día, la demonia subió hacia la habitación, donde el chico estaba, con una bandeja de pastas para el prisionero y un poco en un cuenco para ella. Tenía muchas ganas de ver a que sabía, ¿Sería igual que el pollo o que las papas?

— Prisionero, tu almuerzo —dijo. Robín levantó su vista y se sentó para tomar la bandeja.

— Gracias —dijo y observó el cuenco con comida que ella tenía—. ¿También vas a comer?

— Si, aunque parecen gusanos —dijo, pero su expresión no representaba asco, cómo lo haría una persona normal.

— ¿No te dan asco los gusanos?

— ¿Por qué? Son sólo animales —respondió.

— Bueno, no a todas las personas les agradan los insectos…

— ¿Por qué son peligrosos?

— No solo por eso, la apariencia de esos animales no siempre es agradable. Y la gente le tienen asco o incluso miedo

— Si no te hacen nada ¿Porque le tendrías miedo?

— Así funcionan las fobias, a veces puede ser generados por traumas, por ejemplo si de niño te asustan con una gallina, lo más probable es que al crecer le temas a ese animal —explicó, la chica oía atentamente—. O algunos no tiene un origen específico, es lo que se llama fobia o miedo irracional.

— Me parece absurdo...

— Te concedo eso, si puede no tener sentido pero como ya te dije, nosotros a veces carecemos de sentido —respondió, comenzando a comer—. También las fobias o miedos son como mecanismos de defensa ante un peligro que no conocemos.

— Ah… —ella también comenzó a comer, sí se sentía exactamente como comer gusanos—. Ustedes los humanos son muy complejos —dijo pensativamente.

— Jaja, si realmente lo somos.

Pasaron unos quince minutos y Robín terminó con su comida, sus heridas aún le molestaban, pero se sorprendió con la rapidez que ella lo curó.

— Por cierto, te agradezco por ayudarme con mis heridas, no pensé que se sanarán tan rápido —dijo recostándose.

— Si, es porque usé un conjuro.

— Pues no está nada mal —dijo cerrando sus ojos. La Demonia meditó un poco lo que estaba a punto de decir, no tenía nada que perder.

— Prisionero, necesito hacerte una petición. —Robin la observó.

— ¿Qué clase de petición? Si es que te entregué a todo mí equipo, eso no pasará —lo último lo dijo con humor.

— Quiero que me enseñes a ser humano —soltó de repente. Robín esperaba todo menos eso.

— ¿Qué? —dijo con confusión—. ¿Cómo voy a hacer eso?

— Dijiste que los humanos tienen sentimientos y relaciones estrechas con los otros, dime cómo tenerlos también —respondió.

Robín la observaba atónito, se notaba que ella no media lo que decía ¿Enseñarle a ser un humano? Eso no es algo que se enseña ¿O si? Uno nace siendo uno. Además ella era un demonio, un ser con creencias y modo de vida muy diferentes a los suyos ¿Podría cambiar genuinamente?
Lo único que se le ocurría enseñarles eran modales y normas de una vida en sociedad pero ¿Era eso realmente ser humano?

— Prisionero ¿Qué respondes? —dijo sacándolo de sus pensamientos.

— No se si realmente pueda hacer eso, es complicado…

— Pero me enseñaste a comer y me contaste sobre tus amigos, no es muy difícil —dijo. << No tienes idea >> pensó.

— Está bien, puedo intentarlo —ella ¿Sonrió?—. No sé cómo va a salir esto.

— Bien ¿Cuál es la primera lección? —preguntó. << ¿Qué le digo? >>

— Primero necesito saber tu nombre ¿Cómo te llamas? —ella lo pensó.

— Demonio —dijo. Robin soltó una pequeña risa.

— No, ese es tu nombre de especie —respondió—. Por ejemplo, yo soy humano y me llamo Robín. Es nuestra forma de identificarnos.

— Pues no tengo un nombre, nosotros no lo necesitamos —respondió fríamente— solo somos… lo que somos.

— Entonces tú primera lección es encontrar un nombre —dijo Robín— busca alguno que te guste o te sientas representada.

— Entendido, lo haré.

— Por cierto, noté que te cambiaste el tono de tu piel, te queda bien —ella lo quedo viendo—. << Claro tampoco lo sabe >> si crees que fue un cumplido, osea algo que te gustó que dijera,  puedes decir “Gracias”.

— Está bien —murmuró, con el mismo tono frío de siempre— Gracias.

Robín volvió a recostarse, esto será difícil.

En la Torre, los demás seguían en la búsqueda de pistas, viendo las grabaciones de ese día una y otra vez, buscando testimonios e incluso libros de la biblioteca.

— ¿Algún avance? —dijo Cyborg.

— Yo sigo pensando que se tratan de hacerse pasar por humanos —dijo Bestia.

— Amigos, cuando estuve en la biblioteca, encontré este libro —Star mostró un libro con unas escrituras extrañas, que parecía ser muy viejo—. Habla de un grupo de seres que se alimentan de la energía vital, una vez de drenaron al cuerpo, lo usan como disfraz y así crean otro como ellos.

— ¡Lo sabía! —exclamó Bestia. Los otros lo vieron—. Digo, espero que no sea eso…

— Es un libro de relatos antigüos, pero no se aleja mucho de lo que nos pasó.

— Extraño a Robin —dijo Star.

— Tranquila Star, seguro estará bien —dijo Bestia— ¿Creen que aún esté en esta dimensión?

— ¿A qué te refieres?

— Son seres mágicos, tal vez y ni siquiera lo tengan en este mundo…

— Si es eso, hay que tratar de encontrar una forma de viajar entre universos —dijo Cyborg.

La demonia estaba perdida en sus pensamientos, Robín se había dormido hace un rato, por lo que no tenía a nadie con quién hablar. Abrió la ventana de la habitación que daba a un pequeño balcón, frente a esta había árbol, con muy pocas hojas y algunas bayas, en él una bandada de cuervos estaban posados sobre sus ramas. Ella los observó << Incluso los pájaros viven en compañía con otros >> pensó. Uno de esos animales se posó en el barandal del balcón a un lado de ella, pero aún conservando la distancia, la observó como analizándola.

— ¿Por qué no está con el resto? —murmuró, el ave solo graznó—. ¿Me entendiste? Es imposible, no adquirí la habilidad para hablar con animales.

El cuervo volvió a graznar y se alejó volando hasta el resto de su bandada. Ella los observó comer esas bayas, recordó la vez en que Thunder le advirtió que no molestara a los cuervos que habitaban en la isla, ellos recuerdan a quiénes los lastiman y no dudarán en atacar. Y aunque pudiera eliminarlos, estaba prohibido ya que los cuervos eran los animales favoritos de Trigon y era el único que poseía la capacidad de hablar con animales.

— << ¿Por qué le importan los cuervos? ¿Los usará para algo? >> —pensó.

•ANI•

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⏰ Última actualización: Sep 28 ⏰

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