Cómo Ser Humano |RobRae|

II: Sabores

Había pasado una semana desde que estaba en esa celda, sin embargo había aprendido el comportamiento de sus dos captores.
Por un lado Thunder, solo aparecía por la mañana para ver qué tal se encontraba, el resto del día estaba en la torre de ese castillo.

La demonia que lo vigilaba, por otro lado, estaba todo el día con él, solo se iba para traerle el desayuno, almuerzo y la cena. No hacía nada más, parecía ser un robot. El único lugar fuera de su vista era el pequeño cuarto de baño que había en la celda.
Robín usaría ese lugar para escapar, vio que la ventana daba a unos arbustos de rosas, mucho más grandes de lo que recordaba, por lo que tenía que conseguir algo para no quedar pinchado por todas las espinas. Gracias a su entrenamiento, sabía cómo hacer armas con materiales rudimentarios, un par de piedras y algunos cubiertos que logró esconder lo ayudarían.

— Prisionero, está es tu cena —dijo la demonia.

— Gracias —Robin tomó la bandeja. Pollo acompañado de papas y un trozo de pastel de chocolate. Comenzó a comer, pero una duda apareció en su mente, jamás la había visto comer—. Oye ¿Tú no comes?

— No lo necesito, cuando estoy débil solo absorbo la energía de algún ser vivo —respondió.

— ¿Jamás probaste la comida? —dijo asombrado, le parecía muy difícil de creer.

— No veo la necesidad, con la energía vital de otro me sirve.

— ¿Y los sabores…? —ella lo vio con una mueca de confusión—. Ya sabes, si algo es dulce o salado.

— No se porque querría saber eso, no me sirve de nada.

— << De verdad parece un robot >> Supongo que por gustos, hay personas que les gusta más lo salado, como estás papas o lo dulce, como este pastel.

— No comprendo, ¿Por qué buscarías una diferencia entre esos “sabores”, si al fin de cuentas los alimentos solo sirven para obtener nutrientes? —respondió con una expresión neutral.

— Bueno, es que el hecho de comer va más allá de la función biológica. Cuando comemos algo, no solo estamos alimentando nuestros cuerpos, sino que también estamos disfrutando.

— ¿Disfrutar? ¿Qué tiene que ver esto con reponer fuerzas? —claramente no lo comprendía.

— El sabor nos permite experimentar el mundo de una forma diferente, nos recuerda momentos, lugares y hasta personas —pensó un momento —. Es una forma de placer, por así decirlo.

— ¿Con algo que sólo dura unos minutos? —cuestiono—. Me parece algo sin sentido.

— La vida a veces carece de sentido —Ella pareció meditarlo— << Claro, ella no es humana >>  —continuó comiendo, pero dejó un poco de cada uno—. Toma, prueba un poco.

— ¿Cuál es dulce y cuál salado? —dijo tomando la bandeja.

— El pollo y las papas son saladas, te recomiendo comer eso primero, el pastel es dulce.

La demonia lo hizo, primero con pollo y papas, se sentía extraño, su textura era suave y cálida, y ese “sabor”… bueno no había nada con que comparar, ella jamás había comido.
Cuando probó el pastel, no sabía cómo describirlo, parecía que tuviera miles de chispas danzando por su paladar, << ¿Eso significa dulce? >>pensó.
También notó el contraste de la firmeza del pollo y lo cuente de las papas, eran muy diferentes a la suavidad del pastel. No podía creer la variedad de texturas que había entre los alimentos.
Mientras ella prueba la comida, Robín la observaba atentamente, sonriendo ante sus reacciones.

— Lo ves, es más que solo obtener nutrientes. Es un viaje de ida

— Es raro, incluso tengo una sensación de presión en el estómago…