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El ventilador de techo giraba a marcha mínima mientras ellos permanecían en el sofá, Jess recostada con la cabeza en las piernas de Nicolás mientras el le acariciaba el cabello y Sara estaba recargada en su hermano mientras escribía rápidamente en su móvil y el jugaba con una daga, habían pasado quince minutos desde que alguien pronunció la última palabra y de momento solo les interesaba saber quién sería el había planeado la revuelta…eso en caso de que alguien estuviera planeando una.
La realidad era que el Leo no les había confirmado nada, solo los había reforzado la duda al respecto de la situación de los convenios y de que más tarde o más temprano alguien intentaría algo para crear caos.
Por otro lado, estaba el tema de lo que les había dicho que en caso de querer actuar tenían que considerar integrar, mínimo a otros dos miembros con habilidades diferentes, lo cual no les decía mucho. El primer problema para resolver era: ¿En quien podían confiar lo suficiente como para incluirlo en un plan que en caso de no resultar terminaría en una llamada de atención severa? Y por otro lado de ese escaso grupo: ¿Cuál estaría lo suficientemente loco como para saltar a una pelea sin información extra? Pocas opciones por no decir ninguna.
- Y ¿Y si le decimos a Sandra que se nos una? – pregunto Jess con cierta emoción.
- Está de viaje, regresa en octubre – respondió Sara.
- Creo que es de las pocas locas que no seguirían el juego- dijo Nicolás
- Tenemos la opción de decirle a Kurt. – dijo Joseph.
- Queremos alguien que nos ayude a prevenir una guerra no a un carnicero megalómano con adicción al combate – nuevamente fue su hermana la que respondió.
- Tienes razón su presencia podría afectar más que ayudar – se mantuvieron en silencio.
- ¿realmente en quien podemos confiar para algo tan raro? – pregunto Jess agarrando la mano de Nicolas.
- Realmente casi en nadie, - dijo Sara sin despegar la vista del móvil – muy pocos nos seguirían si les decimos que solo es una sospecha
Nicolas la observo, ni siquiera despego la vista del móvil para responder. Le pareció extraño y discretamente toco el brazo de Jess y le señalo a su amiga
- ¿con quién texteas? – pregunto Jess.
- ¿eh? – respondió confundida – no, m
- Mmm con nadie. – se puso nerviosa.
- Te veo demasiado concentrada y sonriente- dijo Nicolás.
- No para nada Nico ... – comenzó a ponerse roja – solo estoy viendo unos vídeos graciosos.
- ¿es un chico? – pregunto Jess sonriendo
- ¡NO!
- ¿No estarás platicando con la chica esa de la cafetería? – le pregunto Joseph.
- ¡Sabía que te había gustado esa niña! – grupo Jess con alegría.
- ¿Cuál chica? – pregunto Nicolás mientras Jess se levantaba para ver a su amiga a los ojos.
- Una chica que trabaja en Best coffe, creo que nueva, ya sabes morena, cabello rizado, grandes tetas, buen trasero – dijo Jess – un manjar de mujer y aquí mi amiga estaba babeando por ella.
- ¡oye! – protesto dejando el móvil aún lado – no estaba babeando, solo me gustó.
- ¿tuviste el valor de pedirle su número?
- Jum- bufo Joseph – me pidió a mi que se lo pidiera, no tuvo el valor.
- ¡Se suponía que eso era secreto de hermanos!
- Espera – dijo Jess pensando – morena de cabello rizado, ¡Podemos contar con Arlette! – dijo emocionada.
- ¿Arlette? – pregunto Joseph nervioso.
- Si ella y su primo el raro. ¿Cómo se llama?
- Josué – le dijo Nicolás.
- Ese, ellos dos siempre nos han acompañado sin protestar en nuestros planes – había euforia en su voz – sin importar lo ridículos o peligrosos que hayan sido.
- Cierto, lo hacen solo por la emoción – dijo Sara apoyando a su amiga.
- Pues dado que al parecer son nuestra mejor opción tendrán que ser ellos nuestros compañeros para ese plan de vigilancia. – dijo Joseph.
- Ahora ¿quien encarga de explicarles nuestra situación actual?
- Yo digo que lo haga Joseph, quizá así se decida a invitarla a salir. – dijo Sara burlándose de su hermano.
- Pues por yo creo que estará bien que lo haga para que podamos organizar una salida en parejas todos – dijo Nicolás
- ¿cuáles todos? - pregunto Sara.
- Pues Jess y yo, tu y la chica chichona de la cafetería y Joseph con Arlette.
- Primero se llama Nairy no “la chichona”, segundo: ¿Ya podemos hacer oficial lo de ustedes dos?
El miro a Jess que permanecía de pie junto a él sujetando su mano, ella lo miro unos segundos y después le sonrió, ni ella se esperaba la respuesta que estaba a punto de dar.
- Si, lo hacemos oficial.




Los dos días que siguieron a su reunión con Leo habían pasado rápido, quizá demasiado rápido; convencer a sus nuevos aliados había resultado ser mas fácil de lo que esperaban y aunque darle el empujón requerido a Joseph para pedirle a Arlette que saliera con el fue un poco más difícil por alguna extraña razón la chica lo ponía nervioso, aunque por lo pudieron notar ella se volvía curiosamente torpe cuando lo tenía cerca.
La realidad es que ninguno de los dos era feo: ella no era muy alta, apenas un par de centímetros arriba del metro y medio aún así su cuerpo estaba perfectamente proporcionado haciéndola ver como una muñeca diseñada en una fábrica, sumado a su cabello negro rizado, una sonrisa exageradamente simétrica y los ojos color verde la hacían parecer algún tipo de ángel o emisario divino.
Joseph por su parte era un hombre bien parecido, su cuerpo atlético forjado por años de entrenamiento constante y disciplina, con su metro setenta y cinco centímetros era el más alto de los cuatro de cabello lacio castaño y ojos color violeta que compartía con su hermana, su rostro parecía el de un ángel guerrero dispuesto a destruir el mundo si tenía que hacerlo.
Eran una pareja francamente linda o al menos eso decía Nico, sin embargo, por algún extraño motivo los dos tenían un nivel muy alto de timidez que les había impedido expresar la atracción mutua que tenían, sin embargo, solo basto leve empujón (y algunos golpes) de sus compañeros para dieran el paso.
Ahora luego de tomar armas suficientes para abastecer un pelotón de guerreros estaban vigilando la llegada de los líderes desde las sombras en espera de cualquier situación anormal o intento de atacar a los líderes para saltar al combate.
- Exactamente ¿Qué estamos esperando ver? – pregunto Arlette por radio mientras permanecía en lo alto de un tejado vigilando a la gente que caminaba en la calle de enfrente.
- Cualquier cosa que se vea anormal o peligroso – respondió Jess.
- ¿caer de un séptimo piso de un edificio sin nada para protegerte te parece suficientemente peligroso? – pregunto Josué.
- Algo que no seamos nosotros en riesgo, pensé que te gustaba la adrenalina.
- Me gusta, cuando no es adrenalina por estar en riesgo de morir al caer.
- Pero si esa es la mejor adrenalina – dijo Nicolás.
- Atentos los representantes llegan en 5 minutos.
- Pero no sé reúnen hasta que estén en el interior. – dijo Sara – Leo dijo que si el fuera el que organizara el ataque tomaría ese momento.
- No, no lo dijo – dijo Joseph.
- Bueno lo dio a entender señor aguafiestas.
- Si hay un brujo de por medio, ¿Porque no está aquí ayudándonos?
- Se supone que no está enterado ni nos dio información – dijo Nicolás.
- Ya atentos, traten de que no los descubran, Nico y yo nos mezclaremos entre el público.
- ¿Porque a ustedes les toca la parte divertida? – pregunto Arlette.
- Supongo que porque ellos hicieron el plan y quieren aprovechar cualquier tiempo que tengan para estar cariñosos. – dijo Joseph.
- ¿Celos? – pregunto Josué.
- No.
La reunión estaba por iniciar sin ningún incidente, los líderes e invitados llegaron y entraron acompañados de su guardia personal y las puertas fueron selladas con magia para evitar que cualquiera cosa entrara o saliera hasta que la reunión terminara, los vigilantes se mantuvieron atentos esperando cualquier señal de agresión o algo fuera de lugar en aquella sala, sin embargo, nada.
Lo líderes de las casas entraron a la cámara de reuniones donde una gran mesa circular de piedra estaba esperando, ni Nicolás ni Jess pudieron reconocer las runas que en aquel lugar estaban grabadas, no eran el tipo de runa que se les enseña a los humanos ni ninguna de las que se les enseñaban en la academia aún así algo en su interior les decía que tenían la función de eliminar el uso de magia ofensiva y quizá identificar un elemento extraño.
Jess se detuvo a observar una columna con grabados de dragones enfrentando humanos en lo que parecía ser un valle, en llamas, la curiosidad le hizo rodear la columna observándolo que parecía ser la historia de alguna batalla en la que los hombres y otros seres mágicos estuvieron luchando juntos contra algo además de los dragones.

LA SOMBRA DEL PACTO 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora