Capítulo 5: La loba más fuerte

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POV Nyra:

—No, no, no, no —digo cuando veo que el lazo me lleva directamente a Zadkiel.

—Debe ser una broma —lo escucho decir.

Diosa, espero que sí. Porque es imposible que mi pareja sea Zadkiel. Me llevo una mano al pecho porque el tirón del lazo es intenso. Me ordena acercarme a él, pero intento retenerlo. Hay una chica a su lado que lo mira con impaciencia, seguramente esperando que el lazo se active entre ellos. Zadkiel tiene la mirada puesta en mí.

—¿Son pareja? —pregunta Soren mirándonos. Luego se larga a reír—. La Diosa seguro que los está castigando.

—Imposible —digo moviendo la cabeza.

Trago saliva.

—Imposible, porque eres una loba menor y yo soy de la realeza —escupe él.

Lo fulmino con la mirada.

—Ya quisieras tener tanta suerte, maldito idiota.

La chica a su lado jadea, sorprendida por mis palabras.

—¿Cómo te atreves a hablarle así a tu alfa? —inquiere, colocándose a su lado—. Debes ser castigada por tu deso...

—¡Cállate de una maldita vez! —le gruño molesta.

—¿Acaso no sabes quién soy? —pregunta molesta.

Es hija de un alfa, porque deja salir la esencia de alfa que afecta a los demás, pero no a mí. Maldita tonta, quiere doblegarme, pero yo no soy afectada por sus esencias.

—Arrodíllate y pide perdón —me ordena.

Doy un paso hacia ella.

—Te puedes meter tu perdón por...

—¡Nyra! —me reprende Zadkiel.

No lo miro, simplemente miro a la chica fijamente. Ella frunce el ceño al ver que no me doblego. Ya hay varias personas que nos están mirando fijamente. Pero no me importa, las multitudes no me afectan.

—¿Qué está pasando? —pregunta la madre de Zadkiel junto a mi hermano.

—Nyra es la pareja de Zad —le informa Soren.

—¿Qué? —pregunta. La reina se lleva las manos a la boca sorprendida.

—Nos vamos a rechazar, ¿verdad, Zadkiel? —digo.

Sé que el rechazo duele muchísimo, pero prefiero eso a ser su pareja. Él no dice nada, lo que me hace fruncir el ceño. Las puertas se abren, mis padres, el rey y el abuelo de Zad, entran y caminan hacia nosotros. Me quejo en silencio.

—No pueden rechazarse —dice el abuelo. Gimo internamente.

—¿Son pareja? —pregunta mi madre sorprendida.

Asiento a regañadientes. El rostro de ambos se iluminan. Seguro que están orgullosos, porque ser la pareja del alfa es un honor.

—Ella es una loba menor —dice Zadkiel mirando a su abuelo.

Él se acerca con su bastón hacia ambos. Me mira, luego mira a su nieto.

—La Diosa de la luna solo le otorga como compañera a un alfa, a la loba más fuerte.

—Pero esa soy yo —dice la chica nuevamente. Pongo los ojos en blanco. Tiene el ego por las nubes.

El abuelo la mira de arriba abajo haciendo una mueca que a ella la hace encogerse.

—Por lo visto no —replica y vuelve a mirar a Zadkiel—. No puedes rechazarla. Así lo ha establecido la Diosa de la luna.

No, no no. Quiero que nos rechacemos. ¿Cómo es que vamos a sobrevivir a esto si ni siquiera nos soportamos? ¿Qué karma estoy pagando?

La rival del AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora