• Un Rato Más...• [~𝙷𝚒𝚝𝚘𝚛𝚒 𝙶𝚘𝚝𝚘𝚑~] |°Ｂｏｃｃｈｉ Ｔｈｅ Ｒｏｃｋ°|

Lo siento, Hitori •8•

- Hitori... estás castigada.

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Esas palabras salieron de la boca de mi padre, aunque por su cabello no veía sus ojos, las lágrimas que caían por sus mejillas era clara. Quedé petrificada por el estuche de Kita en sus manos, se supone que anteriormente lo había ocultado en mi armario, ¿por qué él lo tiene?

Su oración no me sorprendió, me conmovió su comportamiento repentino, no parecía el padre relajado con el que crecí, era alguien nuevo que no reconocí por 5 segundos.

- ¿Por qué la tienes?

- Sigues hablando con Ikuyo... ¿Verdad?

Su voz se corrompía, elevé una de mis manos al tiempo que ideo una excusa, me acercaba pasando por un lado a mi madre para quitarle el estuche.

- Papá... ¿Me lo das?

- ...

Mi mano fue mandada a volar por un manotazo, un quejido de dolor suelto mientras procesaba todo.

- ¡¿SI!? ¡¿O NO?! - Rugió

Ahora si estaba asustada, eso me hizo recordar los gritos de Nijika sobre mí, puedo asimilar la misma sensación, pero llorar no era una de mis opciones, lo enfrenté.

- No sé quién es Ikuyo...

Pude sentir como mi cabeza se movió a un lado por la fuerza de la palma de mi padre, volví a mirarlo, por primera vez lo veo así, mi mente quedó en blanco con su acción agresiva. Levantó su mano señalando las escaleras.

- A tu cuarto, hasta nuevo aviso.

- S-si...

Caminé con la mano sobre mi mejilla golpeada, mi cabeza sigue procesando todo lo que pasé en Shimokitazawa, recordé el rostro de Ryou, estaba golpeada, Kita apareció justo después, pero lo que más me intriga... es mi reacción tan inmadura que tuve, o de otra forma, extraña.

Nunca me había sentido tan aterrada y deprimida, al menos eso creía... sentí culpa por entrometerme en las intenciones de Nijika con Ryou. También sentía, que cuando me sucedía algo aleatorio, recordaba algo aleatorio.

Mi mamá no me dijo ni una palabra, tampoco que le presté mucha atención. Me ponía a pensar quién fue que nombró papá cuando me siento en el suelo de mi habitación.

"Ikuyo...Ikuyo...Ikuyo..."

Ese nombre no me era familiar, fruncí el ceño y con los ojos cerrados, me esforzaba en procesar todo lo que sentí hasta ahora, los minutos que pasé en el tren aferrada a mi guitarra, pude sentir algo diferente cuando me iba calmando.

Me quité la guitarra que llevaba en mi espalda, la coloqué a un lado, llevé la mano a mi pecho para inhalar y exhalar profundamente, abrí de nuevo mis ojos, de nuevo vi a la niña del vagón pegada con sus manos a la pared, estaba flotando, dejaba las marcas de sus manos rojas formando un corazón, en el centro se veía una sombra rectangular, pero no había nada que la hiciera.

Me levanté confundida, me acerqué lentamente a la espalda de la niña, la intenté tocar, pero era una visión, no era real esto. Extendí mi mano ahora hacía la sombra, al hacer contacto con la pared, se pudo oír un crujido de papel, sentí mi cuerpo brincar de un latido.

Retrocedí, no por mi común miedo, mi cuerpo reaccionó solo a eso. Mis padres entraron de sorpresa a mi habitación, volteé a verlos y mi padre tenía el bajo fuera de su estuche destrozado.

- Papá, ¿Qué está...

- ¿Ya la recordaste cierto?

- ¿Recordar a quién?