• Un Rato Más...• [~𝙷𝚒𝚝𝚘𝚛𝚒 𝙶𝚘𝚝𝚘𝚑~] |°Ｂｏｃｃｈｉ Ｔｈｅ Ｒｏｃｋ°|

Comiendo pasto •4.2•

Un placer a todos, soy Ryou Yamada.

Estaba pensativa en "que hacer" con mi vida, estaba aburrida de tanto caminar. Iba a comer en varios restaurantes y cafeterías que abrían para probar su variedad, me escapaba para no pagar porque me quedé sin dinero.

Divago por las calles en busca de un lugar donde comer, no quería comer en casa. Pero tampoco tenía muchas opciones.

Sin duda, este ha sido el primer día que no como...miraba el suelo mientras me siento en una banca bajo la sombra de una estación para el bus.

- ¿Que tan lejos habré recorrido? - Mi pregunta no tenía tanto sentido para lo que ya he hecho.

- Ni modo... descansaré un rato, recargaré energías para ir a casa en el metro

Cerré los ojos y dormí sentada en la banca, era mediodía.

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Ahí estaba, en un ambiente muy relajante, para describirlo poco...es un campo verde y solitario...estoy sentada sobre una alfombra de cuadros, mi cabello, piel, y vista estaban más que satisfechas. Pero un gruñido de mi estómago se manifiesta.

Bajo la mirada para ver mi barriga, le doy un par de golpes leves - Así que tienes hambre...

Aparece un plato pequeño frente a mí sin darme cuenta, al captar su presencia tenía algo que sin duda de todas las comidas, esta no me la esperaba, era pasto.

No estaba ni asqueada, inconscientemente la tomo y empiezo a comerla sin alguna reacción...

hasta pensaría que está delicioso, sabía amargo y humedo...

Podía escuchar llantos atrás de mi, volteo, y hay una pequeña niña dándome la espalda, estaba un poco lejos para saber quién es...me levanto para acercarme.

- Oye...¿estás bien? - Extiendo mi brazo para poder tocar su hombro y hacerla voltear...pero algo me obligó a quedarme solo con la mano en su hombro.

- Quiero ir a casa... mamá... - La niña responde en llantos, me deja con la boca un poco abierta, no tenía que decir, me paralicé.

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- Mamá... - Vuelvo a oír esa voz pero todo está en negro, abro los ojos y noto que ya está oscureciendo.

- Oh... - Me encontraba en la banca acostada pero había algunas cosas que me hicieron sentir rara, mi boca tenía un sabor amargo y escuchaba la voz sollozante detrás de mí.