Capítulo 2: Del amor al odio

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Todo lo anterior no provocó más que destruir emocionalmente a ese joven. No cualquier día te enteras de donde vienes o de que inclusive la persona que más desearías conocer te da "una patada en el culo" para que no formes parte de su vida. Aunque su madre tenía motivos, las formas devastaron al director.

Roman fue criado con todo tipo de lujos y caprichos, que alguien y sobre todo su madre le dijeran que no, que le rechazaran... Era insólito para él; según su perspectiva, ningún niño criado sin su verdadera madre merecería que le rechacen de tal forma.

Por dentro pensaba:

"¿Cómo he podido ser tan estúpido? Pasé años imaginando este momento, creando una imagen de ella... mi madre. Pensé que me diría la verdad, que habría alguna explicación. Quizá hasta me abrazaría, como en las películas. Qué irónico. Pasé toda mi vida detrás de una mentira."

Roman caminaba por las calles de Woodsboro, sintiendo el peso de su propio cuerpo como si estuviera atrapado en una jaula de la que no puede escapar. Cada paso que daba lo alejaba más de esa puerta, de la verdad que había buscado, pero no podía escapar de lo que sentía. La rabia se enroscaba en su pecho, sofocándolo lentamente.

"Fui un tonto al pensar que me recibiría. Nunca quiso que yo existiera. Para ella, soy un recordatorio de algo que quiere olvidar... algo que nunca debió pasar. ¡Soy el error de su vida! Pero, ¿es eso lo que soy realmente? ¿Un error? ¿Solo una sombra en su maldita historia? ¡No puedo ser solo eso! No quiero serlo..."

El rechazo lo había destrozado de una forma que no había previsto. Había esperado que fuera duro, que quizá no todo fuera perfecto. Pero nunca imaginó que ella le daría la espalda tan brutalmente, que lo aplastaría con su frialdad, como si él no valiera nada.

"¿Cómo se atreve a rechazarme de esa manera? Yo soy su hijo. ¡Su sangre! ¿Acaso no significa nada para ella? No puede simplemente olvidarme, borrar mi existencia como si nunca hubiera nacido. No después de todo lo que he pasado, todo lo que he sacrificado para encontrarla. ¡No soy nada para ella! Es como si nunca hubiera importado... como si hubiera sido un accidente. Pero yo existo, y lo peor es que ahora sé por qué existo: porque ella fue destruida, y yo soy la prueba viviente de esa destrucción."

Roman apretaba los puños, sus pasos cada vez más rápidos. Las palabras de su madre resonaban en su mente como un eco doloroso, rebotando una y otra vez.

"Ella me llamó 'fruto de una violación'... Como si fuera solo un objeto de su dolor, una marca de algo que preferiría olvidar. Ni siquiera me miró como a una persona. Rina Reynolds está muerta, dijo. Entonces, ¿qué soy yo? ¿El hijo de una mujer que no existe? ¿Una maldita ilusión? Me borró de su vida en segundos, sin siquiera pestañear. Como si mi dolor no importara, como si todo lo que yo soy no tuviera valor."

El frío de la mañana invadía su interior, dejando su corazón helado. Pero detrás de esa frialdad, crecía una furia oscura, profunda, una que no sabía si podría controlar. Su vida había sido una búsqueda interminable de identidad, de propósito, y ahora que había encontrado sus raíces, todo lo que había querido se le escapaba de las manos.

"Me odia... no solo por lo que pasó, sino por lo que represento. Y yo... yo la odio por eso. La odio por abandonarme, por dejarme solo. Ella tenía una vida nueva, con una familia nueva, mientras yo... yo crecí solo con una familia que realmente no me quería, sin saber quién era. Y cuando finalmente la encontré...."

Roman se detuvo, respirando con dificultad. Cerró los ojos, intentando calmar la tormenta que rugía dentro de él, pero era inútil. Su corazón estaba roto, y no había forma de repararlo.

"Me dejó vacío. Me quitó todo. Me lo quitó todo antes de que siquiera pudiera tenerlo. ¿Qué voy a hacer ahora? No soy parte de su historia, ni de su vida. No soy nada para ella... y eso me quema. Quisiera poder borrar todo lo que siento, arrancar este dolor de mí, pero... no puedo. Ella me lo arrebató todo, y ahora... ahora solo me queda el odio."

Con una última exhalación, Roman abrió los ojos. Todo había cambiado para él. No era más el joven que buscaba a su madre. Ahora era alguien diferente, alguien que no solo había sido rechazado, sino traicionado por el único lazo de sangre que había esperado toda su vida.

"Si no puedo ser parte de su vida... haré que me recuerde, de una forma u otra. Ella puede decir que Rina Reynolds está muerta, pero yo sé quién es. Sé lo que hizo. Y sé lo que voy a hacer."

El amor que sintió por ella todo este largo tiempo desde el desconocimiento de cómo era ella, se transformó en un odio nauseabundo hacía aquella mujer. No estaba dispuesto a dejar las cosas así, no se iba a ir del pueblo hasta que se sintiera bien...

Decidió alojarse por una temporada en el hotel más lujoso de Woodsboro. Primero tendría que pensar/planear qué hacer con todo esto y luego entrar a la acción. Ocho días después descubrió que Maureen tenía una aventura extramatrimonial con el padre del novio de su hija, gracias a que empezó a seguirla vestido de incógnito y preguntó a algunas personas de la zona sobre ella. Los rumores estaban por todas partes, y a los vecinos les encantaba este tipo de chismorreos que se van esparciendo como hoja movida por el viento.

No solo la siguió ese día, sino que cada vez que ella salía del hogar para ir a moteles con sus amantes él aprovechaba para espiarla. Lo más impactante es que usando sus habilidades cinematográficas hacía grabaciones en las que se veía a la señora Prescott ir de aquí para allá con sus queridos.

Algo tenía claro el director:

La veo... todo el tiempo. Cree que nadie la observa, que sus secretos están bien guardados. Pero no sabe que la estoy viendo, grabando cada uno de sus pasos, cada mentira. Sale de casa con una sonrisa, deja a Sidney y a Neil detrás, y se va a encontrar con ellos. Uno tras otro. Se mete en camas ajenas como si nada hubiera pasado, como si todo estuviera bien."

"Es una farsa... toda su vida lo es. Y yo, yo soy la prueba viviente de la verdad que oculta. La verdad que nunca quiso admitir. ¿Cuántas veces he visto esas mismas puertas cerrarse detrás de ella? ¿Cuántos amantes más necesita para llenar ese vacío? No le importa lo que dejó atrás. No le importa a quién destruyó en el proceso."

"Ya no quiero verla más. No puedo soportarlo. No es una madre, ni una víctima... es una mentirosa, una manipuladora. Ella me borró de su vida. Bueno, yo haré lo mismo. Borrarla será lo único que me dará paz. Mi madre debe morir. Es la única forma de acabar con esto... para siempre."

Scream: El ocaso de WoodsboroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora