El 28 de septiembre de 1995, la noche era preciosa; las constelaciones apoderadas del cielo denotaban un poderío enorme. Era como si esa noche fuera a ser una de las más importantes en la historia de Woodsboro; correcto.
Pero no todo lo que es importante tiene que ser bueno.
En la calle Elm 34, dentro de una casa estaban dos adultos manteniendo relaciones sexuales. Una mujer casada (Maureen Prescott) y un joven de veinticuatro años llamado Cotton Weary, fue muy pasional, pero tras acabar el acto se enfrió la situación entre ambos como era de costumbre
Cotton (con voz arrastrada por el alcohol, encogiéndose de hombros mientras se viste):
"¿Ves? Siempre lo mismo, Maureen. Al principio eres puro fuego, pero luego... todo se va a la mierda. Siempre me echas como si no fuera nada."Maureen (mirando por la ventana, con tono seco):
"No me hagas esto. Ya acabamos, es mejor que te vayas."Cotton (frunciendo el ceño, tambaleándose mientras se pone los pantalones):
"¿Acabamos? ¿Esto es todo? ¿Otra vez? Me usas, te diviertes y luego... ¡bam!, me tiras a la calle como si fuera basura."Maureen (cruzándose de brazos, sin mirarlo a los ojos):
"No es personal, Cotton. Solo vete. No tengo tiempo para esto."Cotton (sarcásticamente, mientras se abotona la camisa):
"Oh, claro, no es personal. Solo eres una tormenta caliente un segundo, y luego fría como el hielo."Maureen (en tono poco sensible, señalando la puerta):
"Vete, Cotton. Ya es tarde."Cotton (sacudiendo la cabeza, tambaleándose hacia la salida):
"Siempre igual... algún día te va a explotar en tu cara."Se fue muy cabreado y la señora Prescott por su parte se sirvió una copa de vino que tenía escondida en la habitación matrimonial.
Sidney, su hija. Estaba en su cuarto escuchando música con unos auriculares, entre que pensaba en lo feliz que estaba, ya que su novio se recuperó de su depresión y se reintegró otra vez a su vida, al grupo de amigos y a los estudios.
Por otra parte, Neil Prescott se hallaba en un viaje de negocios estos días.
Aproximadamente media hora más tarde, dos individuos se colaron sigilosamente en la casa y, subiendo lentamente las escaleras, estaban tratando de hacer el más mínimo ruido. Maureen estaba consumida por los efectos de la exagerada cantidad de alcohol que consumió, incluso estando medio dormida.
El líder de los misteriosos intrusos; el más bajito le dió órdenes con las manos (para qué actué de inmediato) al segundo.
La mujer abrió los ojos, pero todo estaba oscuro y alguien la estaba sujetando por detrás a su vez que le tapaba la boca; la luz se prendió y estaba el amable novio de su hija Billy Loomis vestido de ropa negra (y con un nuevo corte de pelo para la ocasión) portando un cuchillo en la mano derecha. La estaba mirando con inquina y saña. Su amigo Stu se estaba riendo en voz baja para no alertar mientras agarraba con fuerza a la madre de su amiga.
Ella luchó por salir de ahí pero la fuerza de Stuart era mucho mayor por lo que no causó un gran efecto.
Con una sonrisa torcida, Billy se inclina hacia ella, susurrando en su oído.
Billy (en un susurro poco cálido):
"¿Sabes cuánto tiempo he esperado este momento, Maureen?... te odio. Te odio tanto que me quema por dentro."Ella intenta gritar, pero solo se oye un gemido ahogado. Los ojos de Stuart están llenos de emoción mientras observa la escena, disfrutando del poder que tiene sobre ella.
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Scream: El ocaso de Woodsboro
FanfictionTras las buenas opiniones que tuvo mi trabajo anterior, decidí hacer este otro fanfic. Pensé que si conté el origen del final de la franquicia, ¿por qué no el principio? Y así fue como surgió esto. ¡Espero que os guste!