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Quizás se estaba equivocando

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Quizás se estaba equivocando.

Quizás las palabras de Kendo y el sermón de TetsuTetsu lo habían sugestionado.

Sí, ¡era eso!

No amaba a Katsuki, ni siquiera toleraba que estuviera cerca... justo como ahora.

—¡Te dije que te quitarás, mayordomito!

—¡¿A quién le estás diciendo así, rubia?!

Maldecía el nombre de sus profesores y su estúpida necesidad de hacer trabajos que consistían en obligarlos a congeniar con la insuficiente clase A, ¡y que, luego, lo pusieran en el mismo maldito equipo que Katsuki!

Odiaba a toda la clase A, pero tenía la certeza de que con cualquiera hubiera funcionado mejor, incluso con Izuku, el defensor número uno de Kacchan (¿qué clase de apodo estúpido era ese?) ¡Pero no! Tenían que ponerlo con una cabeza dura como Katsuki.

¿En qué estaban pensando sus maestros? Probablemente, algo empalagoso y cursi, como: "la unión hace a la fuerza", pero se les olvidaba que tenían dos alumnos que eran muy capaces de cometer suicidio u homicidio si las cosas continuaban de esa manera, con Monoma haciendo todo lo contrario a lo que tenían planeado y con Bakugou creyendo que era el líder de todos.

La pregunta del día: "¿de verdad amaba a alguien tan controlador e insoportable como ese bastardo?" ¡Y la respuesta era un rotundo, gigantesco y muy remarcado «no»!

—Chicos... se suponía que éste trabajo consistía en hacerlo todo en silencio—murmuró Koda, nervioso por sus gritos y su indiscreción, mirando a todas partes, rogando internamente y con fuerza para que el equipo rival no los encontrará.

—¡Es culpa de él!—dijeron al unísono.

Guardaron silencio un par de segundos, en los cuales hubo un fugaz intercambio de miradas, llenas de odio y recelo; mas, no tardaron en volver a sus empujones y tirones, ignorando de manera olímpica a su compañero.

—¡Si tan sólo hubieras seguido el plan al pie de la letra, ya hubiera terminado ésta mierda de trabajo!—le gritó Katsuki una vez más, empujando unas ramas que les obstruían su trayectoria, pero esa acción sólo provocó que, para los que iban justo detrás suyo (más específicamente, Neito), recibiera un duro golpe que lo hizo caer de espaldas, ganándose una exclamación de sorpresa por parte de Koda, quién iba hacer el intento por ayudarlo a alzarse, pero Neito se precipitó.

Antes de que se diera cuenta, el de ojos zafiro ya se había abalanzado hasta el ceniza, sosteniéndolo del cuello de su traje para, así, acercarlo a él con tanta brusquedad, pero el contrario ni siquiera se inmutó; sólo frunció más el ceño (si es que eso era posible) y lo sostuvo de las muñecas para intentar librarse.

—¡Hubiera seguido tu estúpido plan, si tan sólo éste no hubiera consistido en mí siendo la maldita carnada! ¡Se supone que ésto es un trabajo en equipo: todos teníamos que salir ilesos!—sacudió con facilidad el cuerpo contrario, cosa que le sorprendió, pero no era el momento más indicado para pensar en ello.

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⏰ Última actualización: Sep 30 ⏰

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Nunca entiendes © MonoBaku.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora