Prólogo (Parte II).

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Massimo Aleksei Caruso Vasiliev (10 años de edad).
Moscú, Rusia.

Oscuridad, era lo único que mis ojos podían percibir. No se dónde me encuentro pero el olor es putrefacto, ¿seré yo?

Ruido, voces y luz. Cierro los ojos para no lastimarlos.

— Señorito Aleksei, soy Sergei, lo ayudaré a escapar de aquí —. Sergei, un viejo de unos sesenta años, muy cercano a mi padre.

No hablé, traté de mirarlo a través de mis ojos entrecerrados quienes fueron adaptándose a la luz hasta que pude abrirlos completamente. Estaba en las bodegas de tortura, al lado de mi el cadáver lleno de gusanos de mi madre.

Vomité al verlo, su carne estaba siendo el festín de miles de gusanos y sus fluidos esparcidos por todo el piso, estaba sentado encima de ellos.

— En unos diez minutos, un cargamento será dirigido a Italia. Una vez llegue, busque a la familia D'Angelo, son aliados de su difunta madre, podrán ayudarlo —. Sergei me explica, en un tono bajo, asiento indicándole que entendí cada palabra.

El hombre que traicionó a mi padre me guía a través de un camino secreto, hasta que llegamos al estacionamiento de camiones. Me ayuda a subir al camión con destino a Italia y me informa que ha empacado una mochila con todo lo que necesito.

Le agradezco con una mirada, si llego a salir vivo de aquí, jamás me olvidaré de este hombre.



~•~•~•~•~•~•~•~


Massimo Aleksei Caruso Vasiliev (10 años)
Roma, Italia.

Escapé de los hombres de mi padre, a último minuto se dieron cuenta de que estaba junto al cargamento.

Me encontraba vagando por las calles de Roma, tratando de encontrar a alguien que me ayudara a comunicarme para buscar a los D'Angelo.

Estaba en un parque, cuando ví a un niño jugar, algo dentro de mi me dijo que me acercara, él podría ayudarme.

— Ciao, necesito ayuda —. Mezclé el italiano con el ruso, no se me daba bien aún.

El niño me miró, repasó sus ojos por cada parte de mi y me ofreció una sonrisa.

Hola, soy Emilio Romano, dime en qué puedo ayudarte —. Respondió, en un ruso perfecto. Lo ví sorprendido.

Necesito encontrar a la familia D'Angelo —. Hablo con algo de dificultad, no he bebido agua desde anoche y mi garganta está algo seca.

Mmm, te ayudaré, si prometes ser mi mascota —. El niño me miró con una sonrisa enorme, yo lo miré confundido. ¿Por qué quiere a una persona de mascota?

Pensé en negarme, no era ningún perro para servir a nadie pero necesitaba de su ayuda ya que parecía conocerlos.

Suspiré, sabía que en algún punto me arrepentiría pero por el momento debe servir de algo.

De acuerdo, seré tu mascota pero debes ayudarme —. Terminé aceptando.

Te llevaré a mi casa, estás hecho un desastre. Desde ahora, como eres mi mascota, serás mi mejor amigo —. Dijo, para luego tomar mi mano y arrastrarme con él.

Desde ese día, la familia Romano me hizo un miembro más de ellos y juré que sin importar absolutamente nada en este mundo, vengaría a mi madre y tomaría todo lo que mi padre nos arrebató.

Deseo Mortal |BORRADOR|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora