Luciana Vittoria Romano Gabbanna (16 años de edad).
Palermo , Italia.
Es tradición de nuestra familia pasar cada verano en la casa de los abuelos, jugar cartas luego de la cena y escuchar las anécdotas del nonno Casio de los días de su juventud. Si me lo preguntan, la historia de como logró conquistar a la nonna es una de mis favoritas.
Este verano, mi mejor amiga, Bianca Volto, está con nosotros ya que sus padres decidieron no hacer un viaje este año.
— Estoy ansiosa por ir a la fiesta de la playa en la noche —. Le menciono a mi amiga, estamos sentadas en el jardín, viendo a mis hermanos jugar al fútbol.
— ¿Crees que esos nos dejen ir? —. Cuestiona, haciendo una seña con su cabeza apuntando al lugar donde se encuentran los tres gruñones.
— Tenemos dieciséis, ya no somos unas niñas —. Digo, cruzandome de brazos.
La oigo suspirar, tal vez mis hermanos son algo estrictos conmigo pero los entiendo, somos la familia principal de la mafia en Italia, mi hermano mayor, Marcello, tiene unos cuantos enemigos y eso que aun no está en el trono.
Me protegen y los adoro, pero deben entender que ya soy una mujer, he crecido y necesito más libertad.
Me volteo a ver a mi amiga, con decisión corriendo por mis venas y una sonrisa enorme adornando mi rostro.
— Si no permiten que vayamos, siempre hay un plan b —. Digo, ganándome una sonrisa de su parte.
•••••
— No irán —. La voz firme de Marcello me estremece, es dura, fría y autoritaria.
Lo miro con súplica.
— Fratello, ti scongiuro —. Junto las palmas de mis manos entre si.
Nos encontrábamos en la sala de estar, aproveché el momento de calma que disfrutaba junto a mi hermano Marcello para pedirle permiso de ir a la fogata que se hace en la playa para dar inicio al verano cada año.
— No es un ambiente adecuado para unas niñas, y la última vez que revisé mi identificación no decía nada sobre ser niñera —. La voz de Emilio llena la sala, cargada de burla y de sarcasmo, típico de mi hermano mayor.
Me volteo a fulminarlo con la mirada más aterradora que puedo tener, ganando solo que suelte una sonrisa burlona hacia mi.
— Bien, si ustedes no me darán permiso, conozco a alguien que...
— Ni lo sueñes, di órdenes a Massimo de que ni siquiera te escuche —. Aprieto los dientes cuando escucho la burla en la voz de Emilio.
— Ninguno de los tres va a darte permiso, no saldrás esta noche, piccola pulce —. Marcello vuelve a hablar, dejando en claro que si insisto solo seré regañada por los tres y posiblemente, castigada.
Dejo salir un gruñido de frustración, me voy a mi habitación pisando lo más fuerte que puedo para amortiguar con el sonido la estúpida risa de Emilio.
Al llegar a mi habitación, Bianca se encuentra viendo la televisión, al verme se levanta hasta estar sentada en la cama y me mira fijamente.
Suspiro y acomodo mi cabello.
— Bueno, hoy seremos Cenicienta.
Mi amiga lanza un pequeño chillido y me toma la mano para dirigirse al armario, dónde saca montones y montones de ropa que nos prueba a ambas.
— Debemos estar espléndidas, tú más que nadie, supe que cierto chico al que le dicen Cane va a estar allí —. Me sonrojo apenas la escucho decir su apodo, es tan vergonzoso que ella lo sepa y me moleste siempre con ello.
— Basta, es una mascarada, la posibilidad de verlo es casi nula —. Le digo, con un suspiro de rendición.
— Vamos, Ana, pero puede suceder, debes estar espectacular por si está noche el destino decide hacer de las suyas —. Me anima, toma mis manos y las aprieta con las suyas, la miro sonreírme con esperanza.
El destino, aquel que puso en mi camino a aquel chico que habla poco pero tiene un algo que me vuelve loca cada vez que estoy con él, no sé si es su cuidado hacia mi o la manera en la que me siento como una reina cuando él está a mi alrededor. Puedo pedirle cualquier cosa y él, matará por hacerlo posible.
Deseo que me vea, no como una pequeña conejita, como siempre me dice, sino como una mujer. Quiero, algún día, ser su mujer, que me ame de verdad. Aunque, a veces pierdo las esperanzas, sé que un día podrá ser posible.
— Muy bien, es hora de alistarnos para conquistar algunos enmascarados —. Bianca salta emocionada, dirigiéndose al baño primero que yo.
Suspiro viendo un punto fijo, espero esta noche el destino decida hacer de las suyas y permitirme la oportunidad que tanto le he estado pidiendo.
Wow! Primer capítulo, estoy ansiosa de verdad, no es la primera vez que saco una historia de mafia de mis borradores pero si la primera con la que me comprometo tanto.
Espero que si hay alguien por aquí, le guste lo que va de la historia y siga apoyándome.
Nos veremos pronto, besos.
Alessa.
ESTÁS LEYENDO
Deseo Mortal |BORRADOR|
RomansElla estaba dispuesta a morder la manzana prohibida y ser expulsada del Edén. Todo por él, siempre por él. Julio 2024. Alessa Lacone. Historia Original.