Desde ese día que lo conocí parecía un bicho que no se quería despegar por nada en el mundo.
Llevaba una semana y media, casi dos, a mi papá le iba bien en su nuevo trabajo pero yo todavía no ingresaba a un establecimiento para estudiar.
─¡Ingresa al mio ____-chan! ¡Así podemos estar juntos en los recreos y después me puedes ver en mis prácticas de fútbol!
El sonrió acercándose demasiado a mi colocándome nerviosa, al inicio él era un poquito vergonzoso como yo, pero solo porque no me conocía, fue como... ¿Ver una nueva especie o algo así?
Pero igual se podía notar que era alguien muy contrario a mi, demasiado.
Siempre todas las mañanas él tocaba el timbre de mi hogar para poder pedir que yo saliera o simplemente entrar, si no era así entonces a jalones me llevaba a su hogar o a jugar fútbol y a la ultima opción que recurría era enviarme avioncitos o explotarme el celular con mensajes y llamadas.
Era como tener a un circo andante en todo momento.
Él se sentó en el otro columpio y se empezó a balancear como un niño pequeño.
Sonreí al verlo, con Bachira jamás me aburriría, ¿O debería decirle Meguru? Él me llamo por mi nombre en el mismo momento que me dirigió la palabra.
─¿Cómo se llama tu colegio Bachi- ¿¡Bachira!? ¡Hace unos segundos estabas despierto y columpiandote!
Hable algo fuerte al ver que se había quedado dormido en el mismo columpio con la cabeza ladeada apoyada en las cadenas de este.
Me acerque a él, moviendolo con suavidad para poder despertarlo, quería irme a casa y el único que sabía cómo llegar de regreso a mi hogar era Bachira.
─¡Auch!
Sonó hueco el golpe de nuestras cabezas, se estaba despertando y por accidente él choco la suya con la mía.
Se quedó igualmente por aquello y se limpio la baba que había salido de su boca.
Abrió lentamente sus ojos observandome mientras que yo me sobaba dónde me había dolido.
─Tus ojos... Son lindos ____-Chan.
Me dijo y se acercó rápido a mi rostro colocándome nerviosa y haciendo que mis mejillas ardieran un poco.
─Amo.... amo ver los ojos de las personas porque puedo ver claramente como es su corazón realmente, jeje.
Dijo aún adormilado y soltando una pequeña sonrisa, yo seguía pensando que él era algo extraño pero agradable.
Ahora con lo dicho de él coloque mi dedo índice abajo de mis labios estirandolos, me dió curiosidad lo que había dicho.
─Bachira-kun.─ Llame su atención.─¿Y como es mi corazón?
El sonrió.
─Lindo, muy lindo, creo que es muy puro ____-chan!
Sentí mis mejillas arder aún más por eso, la verdad yo opino que el de él es mucho mas puro.
─¿____-chan te gusta la piña enlatada?
─¿Piña enlatada?
─¡Si! ¡Es muy deliciosa! ¡A mí me encanta!
Empezó a mover sus brazos con emoción.
─¡Podríamos ir a comprar ahora mismo! ¡mi mamá me había dado algo de dinero! ¡Vamos!
Hablo con más fuerza y tomo su balón de fútbol y me agarró de la muñeca para poder ir rápido a una tienda de conveniencia.
Este muchacho, cada vez me sorprendía más por la confianza tan rápida que había agarro estando conmigo en poco tiempo.
─¡Voy a comprar agua con gas también!
Habíamos llegado y me entrego su balón para que lo cuidara mientras que él iba por las cosas y yo lo seguía.
Me quedé observando un taiyaki que tenía un sabor diferente a los demás, amaba comerlos, más que nada porque la forma de pescado que tenían era un poco graciosa.
─¿Que es lo que miras? Uh, ese es un nuevo sabor, salió hace no mucho, ¿Quieres probarlo ____-chan? Es delicioso.
Lo quede observando, sentía que no era correcto pedírselo porque estaba gastando de su dinero y ya llevaba dos piñas enlatadas y una botella de agua con gas.
Negué, le dije que así estaba bien y camine hacia afuera ya que él iba a pagar las cosas que iba a llevar.
Llevaba una pequeña bolsita en su muñeca y empezó a rebuscar para sacar su botella de agua con gas para tomarse casi la mitad.
─¿Quieres? Está helada.
Me sonrió y volví a negar, no era muy fan del agua con gas.
El volvió a rebuscar y saco el taiyaki que tanto estaba mirando yo en la tienda.
─¿Eh?
Me lo entrego en mis manos sonriendo.
─Es un regalo ____-chan! ¡Por ser una increíble amiga!
Alzó su dedo pulgar, ¿Los amigos se daban regalos por ser increíbles? No sabía eso.
No sabía que decirle, jamás había probado este sabor y aunque le dije que no lo comprara aún así lo hizo.
Creo que también yo debería regalarle algo, él era el increíble en realidad.
─Gracias, Meguru.
Sonreí a la vez que abría la bolsa que cubría al delicioso postre.
El me miró atento por llamarlo por su nombre y pude notar un ligero sonrojo.
Parti a la mitad en taiyaki y se lo ofreci, el sonrió aceptandolo.
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Vecino (Meguru Bachira X Lectora)
FanfictionÉl era alguien energetico, alegre y siempre estaba pegado a mi, nunca pensé quererlo tanto.