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Mallory Grey, una talentosa médico forense, se encuentra atrapada entre dos caminos: seguir los pasos de su madre como doctora en el hospital más prestigioso de la ciudad o perseguir su verdadero sueño de unirse al FBI como...
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"No importa lo que hayan hecho nuestros padres. Sus errores no me definen, ni siquiera me importan y a ti tampoco deberían definirte. Salí adelante sola, sin necesitar su apellido ni su apoyo. Si sigues poniéndote en mi camino, no dudaré en pasar por encima de ti. Me crie entre tiburones, y si es necesario, te mostraré de qué estoy hecha."
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Mallory Grey nacida en Seattle, hija de una madre cuya carrera en la medicina moldeó gran parte de su infancia, siendo criada únicamente por ella, Ellis Grey.
Creció al lado de su media hermana, Meredith, con quien compartía un lazo inquebrantable. Desde muy pequeñas, las dos hermanas mostraron una cercanía especial con el mundo de la medicina, un interés que su madre, a pesar de sus carencias emocionales, siempre fomentó. Aunque su relación materna no fue perfecta, su madre intentó, a su manera, guiarlas por el camino del éxito.
Mallory nunca conoció del todo la historia de su padre. Los recuerdos eran vagos, fragmentados, y solo había escuchado rumores sobre un medio hermano al que jamás intentó contactar. Aaron Hotchner, era una sombra distante en su vida, alguien que existía pero que no formaba parte de su realidad. Mientras que su vida amorosa nunca fue prioridad para ella, su mente se enfocaba solo en sus estudios y las responsabilidades de cuidar a su madre, apenas tenía tiempo para ella misma. Su enfoque estaba en la medicina, el único camino que parecía posible.
Tanto ella como Mer tuvieron que madurar demasiado rápido, enfrentando las complejidades de una madre ausente en lo emocional, pero siempre presente en la exigencia. Ante todo, las hermanas aprendieron a confiar únicamente la una en la otra. Sin embargo, aquella cercanía se vio interrumpida cuando la mayor decidió continuar sus estudios en una universidad en París, dejando a la pequeña en Seattle para que terminara el instituto.
La separación fue un desafío, pero la menor de las Greys pronto tuvo su propio destino. Con un futuro brillante por delante, decidió mudarse a Boston y continuar sus estudios en Harvard, siguiendo la tradición familiar en el campo de la medicina. Pero lo que ella no sabía es que los años en Boston cambiarían más que su destino profesional. En el momento en que se sumergió en su educación, comenzó a cuestionar si la medicina era realmente su pasión o si su futuro la llevaría por otro camino, uno que ni siquiera había considerado antes.
