jueves.

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—¡Beso de buenos días!

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—¡Beso de buenos días!

Adormilada, la surcoreana abrió los ojos lentamente con el ceño fruncido.

—Joder, Hanni. Son las putas seis de la mañana —Se quejó mirando con la vista borrosa a la chica sentada en su vientre, viéndose tan energética como si no se hubiese levantado hace dos minutos. —. Sabía qué harías esto, te debiste haber quedado en tu casa. —Habló con voz ronca. Volvió a cerrar los ojos. Hanni rodó los suyos, otro más, apenas habían comenzado el día.

—No beso, entonces duchémonos juntas.

—Hanni Pham, no soy tu novia, ¿Te das cuenta de lo que estás proponiendo?

—De niñas lo hacíamos. —Y un puchero.

—De niñas, Hanni, de niñas. No ahora. —Le dió una mala mirada.

—¿Por qué sería diferente ahora? —Pensó y retuvo una risa—, ¿Acaso no te has depilado? —Llevó una mano a su boca, intentando ocultar su risa, fallando.

Haerin la miró mal y alcanzó una almohada que tirarle en la cara a su amiga, quien solo explotó en risas.

—¡Deja de decir tonterías! —Sin pensarlo más aprovechó para salir de la cama en ir directamente al baño, al ver esa intención, Hanni salió detrás de ella pero cuando llegó a la puerta ésta ya había sido trancada con seguro por la surcoreana.

—¡Idiota! ¡No me tienes confianza!

—¡Jódete! —Ambas rieron a su respectivo lado de la puerta.

Hanni había insistido en hacer pijamada con ella para calmar sus celos por la anterior pijamada que había hecho con aquella australiana con rizos.

Haerin al inicio se negaba, pues sabía que se iban a entretener y acostar muy tarde.

Para su sorpresa, Hanni fue bastante responsable con su horario de sueño, y sorprendentemente tampoco le había pedido un beso de buenas noches, solo se abrazaron y quedaron dormidas tras hablar estupideces.

Y ahí fue cuando Hanni sentía esos sentimientos por su mejor amiga crecer aún más.

No podía parar de pensar en eso. Y, a pesar de que sabía que seguramente eran por amistad, se sentía extrañamente feliz de que Haerin la celara así.

Tras ambas ducharse y vestirse, caminaron hacia el instituto tomadas de las manos y Hanni, como pequeño extra, también abrazaba el brazo de la menor con su mano libre.

Venían hablando y riendo, intentando cada una ignorar los fuertes latidos de sus corazones.

—Hoy serán el resto de pruebas. ¿Estudiaste? —Haerin cuestionó.

—Estuve contigo anoche, ¿Tú crees que lo hice? —Kang rodó los ojos.

—No puedes estudiar solo el día anterior, Pham.

21 besos ♡ kittyz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora