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Hoy empezaban los exámenes para Hanni y Haerin, y mientras la de aspecto gatuno estaba nerviosa, la mayor simplemente tomaba el jugo de su segundo desayuno mientras caminaba por los pasillos junto a su menor.
—¿Cómo puedes estar tan tranquila? —Cuestionó la más alta. Pham se encogió de hombros.
—Estudié todo el fin de semana. No recuerdo nada, pero seguro algo se me viene a la mente durante el examen. —Haerin suspiró, ¿Cómo había llegado a ser amiga de tal idiota?
Por alguna razón, aquellas palabras calmaron sus nervios.
Tomó el jugo de las manos de Hanni y tomó un sorbo al sentir su boca seca.
Hanni sonrió. —Acabas de darme un beso indirecto —Haerin rodó los ojos y le devolvió en envase a la mayor. —, ahora dame uno directo. —Alzó su boca de pato hacia la castaña, quien rodó los ojos.
—No. —La mayor abrió la boca y frunció el ceño en ofensa.
—Entonces uno para calmar los nervios de los exámenes. —Volvió a poner sus labios frente a los de su menor, quien los miró con una mueca de asco.
—¿Por qué no simplemente puedo besarte en otro lado que no sean los labios? —Cuestionó. No entendía de dónde la mayor había sacado eso.
Hanni puchereó. —¡Porque soy tu mejor amiga!
—¡Las amigas no se besan en los labios! —Devolvió.
—¿Pero qué dices? Varias veces besé a Danielle en los labios, y ambas somos amigas.
Haerin abrió los ojos. —¿Qué hiciste que-...? —El inicio a clases la interrumpe. Y, aún con el ceño fruncido por lo dicho por la vietnamita, Haerin solo se dirigió a su clase, llevándose una mirada confusa de la mayor.
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Las ocho chicas miraban extrañadas y preocupadas a la castaña, quien se encontraba con la frente pegada a la mesa en medio de una crisis.
—Haerin, ¿Estás bien? —Hyein cuestionó, rompiendo el silencio incómodo que se había plantado luego de que la gatita del grupo tirará su cabeza en la madera sin importarle si se lastimaba.
