¡ B I E N V E N I D O !
En este libro podrás encontrar diversos escenarios con los personajes del anime
J U J U T S U K A I S E N
Eres libre de realizar pedidos a través de los comentarios o escribiéndome por Instagram ^^~.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"Llegas a la oficina en la que trabaja Nanami y ganas su corazón"
°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°
A sus ojos eras perfecta. Podría describirte con exactitud, pero no existía palabra que pudiera encajar con una definición clara de tí. Simplemente le fascinabas.
El primer día que te incorporaste a la oficina no se había percatado siquiera de tu existencia debido a la total concentración que concede a su trabajo. Sin embargo, fuiste tú la primera en entablar conversación, deseando ser una buena compañera de equipo. Fue mera muestra de compañerismo, pero comenzaste a quedarte horas extra a solas con él, y como la tensión era palpable, seguías sacando temas de conversación, a veces interesantes, otras veces ridículos, consiguiendo exitosamente alguna sonrisa ladeada del rubio.
Con el tiempo se acostumbró demasiado a tu voz, dándose cuenta que era tan relajante para él que ya no sería capaz de dejar de escucharla durante sus horas de trabajo. Antes de entender lo que pasaba con él, se mantuvo analizándote durante unos días, tal vez semanas. Tu manera torpe de caminar, tus mejillas rosas cuando alguien te hacía cualquier cumplido, tu forma de vestir tan ordenada, la manera tan amable de dirigirte a tus compañeros y la paciencia que tenías para ellos...
Dios, incluso cada vez que te acercabas a su mesa era como si la calidez en su pecho se expandiera. Su corazón bombeaba más rápido y sus orejas se sentían calientes. Por supuesto, el formal Nanami sabía manejar la situación y parecer impasible.
—Mira estos datos—apuntaste a su pantalla, casi pegando el dedo a ella—. No coinciden con el informe que nos han pasado, hay que arreglarlo para la semana que viene.
—Y me lo estás diciendo porque...—te miró de reojo, no apartabas los ojos del ordenador.
Su corazón dio un vuelco al encontrarse con tu mirada llena de inocencia y diversión. Le dedicaste una radiante sonrisa como si no fuera a causar ningún efecto en él.
—Pues quiero hacer esto contigo—suspiraste—. Sé que es mucho trabajo, pero eres el más competente para hacerlo en el tiempo que han indicado.
Por un lado su corazón se sintió un poco devastado, teniendo la ligera esperanza de que le desearas realmente como tu compañero de trabajo. Por otro lado, confiabas en sus capacidades y no pensaba fallarte.
—Sí, soy el más cualificado si quieres tenerlo para ese día—afirmó volviendo a la pantalla y fingiendo analizar el contenido.
—¿Entonces?
—No he dicho que no.
—Tampoco has dicho que sí...—soltaste una risilla—. Vamos, no vayas de tipo duro. Te quiero para trabajar conmigo, Nanami.
Te quiero.
Eso era demasiado para asimilar en cuestión de segundos.
—Te ayudaré, con una condición.
Sonó tan demandante que iba a echarse atrás de inmediato, pero te adelantaste a su decisión.
—A sus órdenes, señor.
Estaba a punto de perder la cabeza.
—Una comida.
—¿Comida?—parecías bastante confundida.
—O cena.
—¿Una cita?
—Llámalo cómo desees—carraspeó, intentando mantener la mirada en tí.
—Pero Nanami—trataste de aguantar la risa—. Qué malo eres. Usando como excusa el trabajo para invitarme a salir. Podrías habérmelo pedido sin necesidad de compromiso, habría aceptado de todas formas.
En estos instantes él podía definirse como un hombre feliz, el más feliz.