- "Misión #223". [모효]

#O4 • Day 2 (Part one)

Las lágrimas no paraban de salir de los ojos de la castaña. Su garganta ardía de tanto gritar.

—¡Pedazos de mierda! ¡Ya déjenla! ¡Por favor!—Gritaba desesperadamente, pero el hombre que la tomaba de ambos brazos era sumamente fuerte como para poder forcejear con él.

Su respiración se detuvo al notar que un último golpe fue el detonante de uno de sus mayores traumas.

...

—¡No!—Gritó. La coreana se despertó de golpe, su frente estaba empapada de sudor y su corazón estaba más que alterado.

—¿¡Qué pasó!?—Gritó la japonesa, quien se había despertado debido al grito de la menor, y la cual se encontraba en la segunda cama individual que se encontraba en la habitación. Se quitó el antifaz que usaba para dormir y se sentó en la cama.

Jihyo cerró los ojos y se pasó los dedos ahora trémulos entre el cabello.

—Joder...—Dijo casi en un suspiro, mientras se ponía las manos en el rostro.

—¿Qué sucede? Son las seis de la mañana y se te antoja ponerte a gritar justo ahora.

—Cierra la boca—Habló Park, para después levantarse de la cama.

Al ver la manera en la que el cuerpo de la chica temblaba, el fastidio de Momo desapareció, al menos por un momento.

—¿Estás bien?—Preguntó.

—S-Sí—Contestó la joven, tomando un vaso con agua helada que se encontraba en el refrigerador. Volvió a la cama y se sentó.

—Vas a derramar toda esa agua y vas a mojar todo—Se quejó la japonesa.

—Momo, ¿puedes solo callarte? por favor.

—¿Por qué?

—Solo hazlo, carajo. En este momento no puedo soportar tus estupideces—Dejó el vaso de lado y comenzó a mover sus manos con nerviosismo.

—Hey, tranquila—Se acercó a ella—. Podrás caerme mal y todo eso pero tampoco quiero que tengas tremendo ataque enfrente de mí. Respira.

—Siento que no puedo respirar.

—Toma más agua—Tomó el vaso y se lo dio nuevamente—. Con cuidado.

La castaña le dio un gran sorbo al agua. Tomó el vaso con ambas manos y suspiró.

—Tuve una pesadilla con... eso.

—Lo supuse, la verdad. Por eso mismo me acerqué—Momo volteó a verla—. Entiendo que todavía te afecte pero-

—No. No lo entiendes, nadie lo entiende—Soltó el vaso nuevamente—. Nadie lo va a entender hasta que lo viva él mismo.

—Bueno, eso...

—No estoy diciendo que quiero que alguien pase por lo que yo pasé... no le deseo a nadie que viva la mierda que yo viví.

—Eres fuerte por seguir aquí después de eso—Dijo Momo—. No cualquiera podría haber seguido después de algo así.

La castaña soltó una risa y bajó la mirada.

—Créeme que ni yo sé cómo sigo aquí. Yo debí de haberme ido desde hace mucho tiempo.

La pelinegra guardó silencio, solo viendo a su compañera.

Jihyo se levantó de la cama.

—Pero da igual—Inhaló y exhaló—. Ya son las siete, hora de levantarnos. Iré a bañarme y después almorzaremos y buscaremos a Dahyun.