SYMPHONIES OF LOVE - Hwang Hyunjin.

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¡Buenos días, Corea! Hoy nos encontramos en un hermoso día soleado, con un clima de 27 grados. Está perfecto para salir en familia y compartir lindos momentos.

Los canales de televisión estaban compartiendo sorprendentemente buenas noticias y no parecían transmitir vibras pesadas como acostumbraban.
Se podía observar mediante la pantalla como la reportera sonreía y como sonaban los pájaros, silbando en ecos felices.
Atrás de ella se podía observar el gran y futurista centro comercial. También como la gente iba y volvía con bolsas llenas de compras. Era un buen día para aprovechar.

"Hoy esta noche, va a ser una muy mágica para los k-popers. La noticia del momento es que el grupo Stray Kids vendrá a nuestra capital a dar un espectáculo."
Habían varios fanes de mencionado grupo rondeando por allí, así que los del programa decidieron entrevistarlos uno por uno.

Ella bufó, odiaba como estaban obsesionados con lo que creen que es una "juventud", sobre todo con el significado estereotipado.
Apagó la televisión, comenzó a prepararse para salir y aprovechar el día.

Hacía no mucho que se había mudado a esa región; el idioma y acostumbrarse a las extrañas comidas eran factores que debía ir incorporando.
Su hogar se basaba en un departamento simple, sin tantos lujos, pero que cumplía con todo lo necesario. La mejor zona, sin duda, era la cocina.
Ocupaba más espacio que su habitación, pero eso no le molestaba en lo absoluto. Es más, le alegraba que fuera la más extensa, ya que ahí podía llevar a cabo uno de sus más grandes hobbys: Cocinar.
Sentía una de las más lindas sensaciones cuando mezclaba los ingredientes y cuando agregaba pizcas de condimentos en cada única receta. Era su lugar seguro y acudía a él cuando se sentía deprimida.
No importaba cuántas lágrimas cayeran al bowl al inicio, en el transcurso de la preparación sus ojos ya estaban secos y con el mismo brillo inicial. Aquellas penas ya eran insignificantes para ella y solo quedaba el goce del disfrute, ese pequeño momento en el día donde se encuentra consigo misma.

Se puso las zapatillas, dispuesta a dar una bonita caminata por algún parque y observar a la gente; los animales, los niños, los bebés.
Así salía de su zona de confort un rato, pues sus días ultimamente se estaban basando en quedarse en casa, comer y ver aparatos tecnológicos. Necesitaba ese contacto con la naturaleza, esas miradas intercambiadas con otros seres, esa linda sensación del viento chocando su rostro... Esos pensamientos le emocionaron más, nunca se había sentido tan ansiosa de salir y de socializar con humanos, aunque sea con la vista.

Un viaje puede ser emocionante y llenarte de lindos recuerdos, pero para aquella joven desde el tercer día no había nada entretenido.
El primer día resultó magnífico; observó embobada todas las construcciones, la cultura, los habitantes.
Instaló todas sus cosas, se entretuvo desempacando y le dieron ataques de emoción al recordar que finalmente vivía sola.
El segundo día, genial; comió muchos dulces y comidas tradicionales, dio vueltas por donde le apetecía y documentaba todo en su propio blog virtual.
El tercer día... Le agarró una bajada emocional al acordarse de la compañía de sus familiares y amigos, que ahora carecía extensamente, lo que la obligó a aislarse.
Ya habían pasado cuatro días del tercer día que constaban en eso.
Sí, siete días encerrada.
Alimentándose a base de maruchan precalentada y viendo aburridos programas coreanos, a medio traducir porque no era experta en el idioma.
Por ello, era un milagro que saliera al exterior.

La luz del sol casi la cega, tras días de oscuridad.
Se colocó sus lentes de sol casi de mala gana, bufando.
El calor consumía poco a poco las ilusiones que se había hecho.
Una vez que tenía ánimos de salir y justo, el maldito sol, tenía que tirarlos a la basura.
Se mareó por unos instantes, pero se recompuso al pararse en una sombra.
Le preocupó bastante. ¿Y si había incorporado una especie de hipersensiblización al calor y la luz?
No, eso era imposible.
¿Verdad?
No le tomó importancia y continúo su trayecto, tratando de pasar por las sombras de los árboles.