Epílogo

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Oscar

Mi pierna no para de moverse.

Margot ya estaba en la sala de partos, los doctores iban a venir por mi en un rato para estar en el nacimiento de mi pequeña.

Termine de ponerme el uniforme que me dieron.

—Señor Piastri, ya puede pasar, sigame—dijo un doctor guiandome a una sala de partos.

Entre a la sala de partos donde estaba Margot.

Ella me sonrio cuando entre.

—Hola mi amor—bese su frente.

—Hola, donde dejaste a Leanh—pregunto.

Leanh habia venido con nosotros al hospital, pero por obvias razones no lo dejan entrar aqui.

—Max vino y se quedo con el, estan esperando en tu habitacion—dije acariciando su frente.

Nosotros habiamos, bueno ella, que fuera por cesaria.

No queria parto natural, le daba miedo, y yo no iba a quejarme.

—Como te sientes—le pregunte.

—Bien.

Los doctores hacian su trabajo mientras yo sostenia la mano de Margot.

—Es niña, hora 6:17 de la tarde—dijo un doctor y escuchamos el llanto agudo.

Senti mis ojos aguadarse.

—Quiere cortar el cordon umbilical—me preguntaron ofreciendo unas tijeras extrañas.

Asenti.

Pusieron a la bebé en el pecho de Margot y yo lo corte con miedo.

Es tan hermosa.

En cuanto la pusieron el el pecho de Margot dejo de llorar.

Vaya magia tenia.

Era tan pequeñita.

La verdad si estaba fea, pero los recien nacidos todo el tiempo estan feos, ya despues se componen.

Vi las fotos de Leanh de chiquito y pobrecito, si estaba bien feo mi hijo.

Pero ahorita ya esta bonito.

Se parece a mi.

***

Leanh entro a la habitacion de la mano de Max y abrazando su peluche elegido de esta semana.

—Donde esta—pregunto emocionado.

Le señalamos y el se acerco y se puso de puntitas para observar a su hermanita.

—Esta fea—dijo con una mueca de horror.

Reimos y Leanh pidio que lo subieran con su mamá y la abrazo.

—Asi son los bebés cuando nacen, tu eras igualito—dijo Margot besando la cabeza de Leanh.

—No, yo siempre e estado bonito, yo nunca fui feo—dijo recostado en el pecho de su mamá.

Todos soltamos una carcajada con las ocurrencias del pequeño.

—No vayas a lastimar a mamá—le dije bajandolo de la cama.

—Te duele mucho mami—pregunto recargado en la orilla de la camilla.

Parte de tu ADNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora