Capítulo 2

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Naruto ya no estaba tan seguro de haber aceptado el trato de Madara, sabía que este no era un hombre común, y estaba seguro de que lo que se esperaba de él no sería tan simple. Mientras caminaba hacia su destino, un sentimiento de desasosiego crecía en su interior. ¿Qué pasaría si se equivocaba? ¿Cuáles serían las consecuencias? ¿Podría siquiera negarse a lo que Madara le pidiera hacer?


Cuando llegó a la dirección que le mandó Madara se encontró con un gran hotel de lujo. Tragó duro al pensar en lo que Madara le pediría que hiciera.


No estaba listo para nada y ni siquiera había entrado cuando un nuevo mensaje le llegó con el número de habitación a la que debía ir.


—Dios, ¿Qué demonios estoy haciendo? —murmuró a la nada mientras sintiéndose pequeño ante lo que sucedía entró al hotel.


Le asombró que por su aspecto ningún empleado lo haya corrido, aunque era de esperarse. Seguramente Madara se había encargado de avisarles que él iba.


Igualmente no quiso preguntar nada y no tenía ánimos siquiera para saludar, de algún modo sentía que se dirigía hacía su muerte.


Desgraciadamente llegó rápido frente a la puerta indicada a pesar de que caminó lo más lento que pudo y se quedó unos minutos sin saber si tocar, llamar o enviar un mensaje.


«Quiero irme —pensó mirando hacia los costados.»


La puerta se abrió y regresó su vista viendo a Madara sin camisa y con un vaso de vino.


—Creí que no vendrías —le dijo—, estuve a punto de mandar a mis hombres.


Naruto tragó duro al oír aquello. Claro, con Madara no se jodía.


—¿Qué quieres que haga? —le preguntó nervioso.


Madara sonrió lo que puso los pelos de punta..


—Pasa primero —le dijo Madara haciéndose a un lado.


Naruto hizo un esfuerzo sobrehumano para no desmayarse del miedo que tenía, más aún para que su cuerpo obedezca y se mueva.


—Siéntate ahí —le ordenó Madara una vez que cerró la puerta ya que Naruto se había quedado de pie a pesar de que habían sillones—, ahora vayamos directo al punto —se sentó en el sillón frente a Naruto viendo como este se tensaba—, quiero que entregues este maletín —le dijo tomando el susodicho de un lado del sillón poniéndolo sobre la mesa ratona.


Naruto se vió sorprendido y no pudo evitar su reacción de asombro, Madara levantó una ceja.


—¿No era lo que esperabas? —le preguntó tomando luego un trago de vino.


—No sabía qué esperar, no me dijiste nada de qué es lo que haría.


—La policía ya conoce a mis chicos por lo que necesitaba conseguir a alguien nuevo, un ciudadano promedio que trabaja y estudia. Alguien que no sea sospechoso —explicó—, es por eso que tú eres la persona indicada. Tú trabajo será llevar la mercancía a un distribuidor.

Two shots and a requiem [MadaNaru]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora