Ilse se quedó mirando a Ricardo, sintiendo el peso de la decisión que estaba tomando. Sus hijos la miraban con emoción y expectación, y el ambiente en la mesa era tan denso que casi podía escucharse el latido de su propio corazón. Sabía que la relación con Ricardo había sido estable, llena de cariño y comprensión, pero también estaba la otra parte de su vida que no podía ignorar: Isabel.
Con una sonrisa nerviosa y tratando de no mostrar sus dudas internas, Ilse tomó una respiración profunda y asintió lentamente. Durante un segundo, su mente voló hacia Isabel, hacia esos momentos en que se sentía completa en su presencia. Pero ese pensamiento se desvaneció con las miradas de todos sobre ella.
—Sí, Ricardo, me casaré contigo —dijo con voz suave, pero lo suficientemente firme como para ser escuchada por todos.
El ambiente en la mesa cambió por completo. Los aplausos y felicitaciones estallaron alrededor de ella. Sus hijos la abrazaron, y la madre de Ilse dejó escapar unas lágrimas de felicidad. Ricardo, con una gran sonrisa de alivio, la abrazó y la besó en la mejilla. Todo el mundo estaba celebrando, y parecía que todo iba como debía ser.
Pero en el fondo de su mente, Ilse no podía dejar de pensar en Isabel. Aunque había dado el "sí", sabía que aún debía enfrentarse a sus sentimientos y la complicada realidad que la rodeaba. Sentía como si se hubiera hundido un poco más en ese mar de decisiones inciertas.
Mientras la celebración continuaba, el hijo mayor de Ilse, Yann, no perdió la oportunidad de capturar el momento con su teléfono. Después de todo, era una ocasión especial: la propuesta de matrimonio de su madre. Apenas unos minutos después, una foto de Ilse y Ricardo, sonrientes y abrazados, con la brillante sortija en la mano de Ilse, aparecía en sus redes sociales con un pie de foto que decía: "¡Felicidades, mamá! ¡Dijo que sí!".
La noticia no tardó en difundirse, y amigos y familiares comenzaron a dejar comentarios entusiastas. Todo parecía perfecto, al menos en las redes sociales.
Al otro lado de la ciudad, Isabel estaba sentada en el sofá de su casa, distraída revisando su teléfono cuando una notificación captó su atención. Era la publicación de Yann, y la imagen que la vió hizo que su corazón se hundiera de inmediato. No esperaba ver algo así. El brillo del anillo, la sonrisa de Ilse, y el pie de foto fueron como un golpe directo al pecho.
Por un instante, su mente retrocedió a esos momentos con Ilse: las risas compartidas, las miradas cargadas de complicidad, las noches en las que pensaba que quizás todo podría ser diferente. Pero esa fantasía se rompió al ver la realidad ante sus ojos.
El nudo en su garganta comenzó a formarse mientras intentaba no derrumbarse. A pesar de que sabía que la relación de Ilse con Ricardo seguía existiendo, ver la propuesta pública la hacía enfrentar una realidad que había estado evitando. Las lágrimas comenzaron a brotar, y por más que intentó contenerlas, no pudo.
El dolor de saber que Ilse había dicho que sí, mientras ella quedaba en las sombras, era demasiado fuerte. Aunque intentaba ser fuerte y racionalizar la situación, Isabel se sintió profundamente triste y, en ese momento, más sola que nunca.
...
Ilse llegó a su casa sintiéndose agotada, pero no solo por la larga cena familiar. Todo lo que había ocurrido durante la noche seguía dando vueltas en su cabeza: la propuesta inesperada de Ricardo, la alegría de sus hijos, y el brindis lleno de felicitaciones. Pero, a pesar de todo, había algo que no podía sacudirse; una sensación de incomodidad, como si algo no estuviera bien.
Mientras soltaba su abrigo y dejaba las llaves en la mesa de la entrada, su celular comenzó a vibrar insistentemente. Al principio, no le prestó mucha atención, estaba demasiado absorta en sus propios pensamientos. Sin embargo, el sonido repetitivo fue imposible de ignorar. Cuando por fin decidió revisar, notó una cadena interminable de mensajes y notificaciones. ¿Qué estaba pasando?
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Debut y Para Toda La Vida
أدب الهواةHola, estoy de vuelta con mi otro shipp favorito, espero sea de su agrado y disfruten leer esta mini historia que un día brotó de mi mente.