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Izel

El ver a Hunter junto a Laila abrazados me hace feliz, ambos habían sufrido mucho por culpa de Stefan y se merecen ser felices. Digo que todos merecemos ser felices, es algo que había estado pensando toda la noche que pasé en vela. Apenas tenía una noche en el campamento y ya me quería regresar a casa y encerrarme en mi habitación.

Debía romper mi círculo, pero mis instintos son más fuertes que yo. 

Ahora estábamos en una laguna haciendo el almuerzo, la verdad eso era lo que menos me interesaba, yo quería buscar la manera de volver a regresar a Julián a mi mente, quiero hablar con él y sé que también podría llegar a Leatriz. Debo detenerla aunque eso signifique mi muerte, estaba dispuesta a todo.

–Hey, estás muy distraída– Lionel me ofrece un plato con comida, el cual aceptó y empiezo a comer– dime, que pasa por esa linda cabecita– sonrió y niego– mira, se que tengo mal reputación, pero contigo no me acerco por eso, me generas una sensación agradable, mi lobo se siente atraído por ti y tengo esta sensación de que debo protegerte de todo y de todos– lo miró sorprendida. El sonreí mostrando sus dientes y dos huecos se hacen en sus mejillas, el sol hace que sus ojos brillen y la brisa mueve su cabello dándole un aire muy sexy.

–Sabes que es raro la manera en que dices todo– no borra su sonrisa.

–¿Por qué raro? Llevo años conociéndote, recuerdo a la niña que Hunter sobre protegía de todo, que nadie la podía mirar porque el lobo lo destrozaria– sonrió mientras niego, si ese es mi primo, sobreprotector y paranoico con Amará y conmigo. Supongo que crecimos y muchas cosas cambiaron.

–Vale– suspiró y lo miró– ¿por qué no estás allá con ella?– no es necesario señalar a la chica que nos mira con recelo, Lionel ríe y se deja caer en la arena. 

–Pasaron cosas– murmura al parecer distraído– ella rechazó a su pareja destinada por mi– abro los ojos sorprendida– es triste, lo rechazó por ser omega ¿Que podría esperar yo de alguien así ? Suelo divertirme, pero el día que encuentre a mi pareja solo tendré ojos para ella.

–Eso es lindo.

–¿Tu ya encontraste la tuya?– hago una mueca, eso ni siquiera se había pasado por mi cabeza.

–Solo tengo dieciséis, aún tengo mucho tiempo para encontrarlo– me dejó caer de espalda. Achino los ojos cuando el sol se refleja en mi– ¿cuánto tiempo estaremos aquí?

–No lo sé, quizás dos días más– asiento.

Sigo en esa posición por un rato más hasta que vuelvo a levantarme y miró a todos a mi alrededor; se ven tan felices, tan animados ¿y yo? Yo solo estoy existiendo, esperando que pase algo, algo que ni siquiera sé que es.

–Creo que iré a caminar – me levanto y me voy antes de que alguien me detenga. Comienzo a caminar hacia el campamento y en todo el camino solo puedo pensar una casa ¿’cual es mi verdadero destino? Se que mi madre me quiere como sacrificio para traer a lucifer a la vida, pero hay ¿algo más que deba hacer mi vida y no solo esperar mi muerte?

Paso de largo nuestro campamento y sigo hasta las colinas, unos ocho metros más adelante. Me siento y desde ese lugar puedo observar el sol resplandeciente.  Suspiró y cerró los ojos tratando de concentrarme en algo, lo que sea.

Desde que Julián murió las trix habían roto todo vínculo conmigo, no las podía sentir y ellas ya no podían comunicarse conmigo. Ahora sabía que tenía alas, podía sentir su nacimiento en mis espalda pero no tengo ni idea de cómo sacarlas.

–Salgan– susurro esperando que obedezcan– afuera– comienzo a moverme pero nada.

Si tan solo hubiera alguien que pudiera ayudarme, los únicos que tienen alas en el reino son Fanni y Casiel. Bufo y me vuelvo a sentar más desanimada que antes.

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