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Lana

Cora tiembla en mis brazos mientras la preocupación abarca mi cuerpo por completo, el escalofrío que sentí al acercarme aquí no fue normal y el ver esa cosa querer adueñarse de Cora me hizo estremecer. Más preocupante aún ¿Por qué no me hizo daño?

El primero en entrar al baño es Tristán arrancando a Cora de mis brazos, está comienza a llorar pero sin salir del show en el que se encuentra. Detrás de él viene Isaac quien me mira por un segundo y luego fija su atención en Cora.

–¿Qué sucedió!?– tiene el descaro de hablarme, pero yo soy lo suficientemente madura para responderle sin importar lo que pasó entre nosotros.

–No sabemos con certeza, estamos viendo una película, luego Cora salió al baño y quince minutos después empezaron a escucharse gritos por todos lados, parece que una enorme sombra asesinó a dos chicas arrancando les las cabeza – informó, estos dos me miran atónitos– resulta que Cora tenía esa sombra sobre ella, luego la seguí hasta aquí y cuando entre– trago grueso– esa sombra estaba por atacarla.

–Ya vienen – susurra Cora, sus ojos están muy abiertos. Tristán la toma en brazos.

–Mierda– murmura Tristán– tenemos que ir al palacio, todos deben estar aquí

–Vamos– Isaac me indica salir detrás de Tristán y Cora.

–Debo ir por Jayce primero– hago una mueca, nuestro último punto de encuentro fue el cine.

–El sabe regresar a casa– Isaac toma mi brazo, me safo de él con brusquedad lo que parece no gustarle nada– Cora, no sabes el peligro que corres aquí, si esa sombra es lo que pienso que es tu también estás en problemas– me deja con la boca abierta y nuevamente tomo mi brazo, esta vez sin darme oportunidad para sacarme.

Salimos del centro comercial donde ahora se encuentra la policía y el padre de Jayson, quien nos mira con el ceño fruncido antes de vernos partir.

Subimos al carro de Tristán y nos marcamos al parecer rumbo al castillo.

–Cora necesito que no digas que Cora era la dueña de esa sombra, no hasta que estemos todos– me pide Tristán, miro a Cora a través del retrovisor y asiento. Yo no le haría eso a ella.

Pensar que toda esta situación está pasando porque yo dejé entrar a mi madre, porque yo dejé que vinieran a causar caos al reino. Tan solo si no lo hubiera hecho… no, no puedo seguir culpandome de eso, salve la vida a mi hermana y la de Jayson.

Pero destrozaste la de muchos, por ejemplo Cora. Mi conciencia me recuerda.

El golpe de culpa nuevamente pegó contra mi pecho haciéndome bajar la mirada, pudo haber otra opción, pudo ser todo mejor.

Bajamos en el castillo, Tristán lleva en sus brazos a Cora y yo los sigo, llegamos al segundo piso donde está la habitación de Amará, tocamos y está abre. No tiene buen aspecto.

–Entren– susurra ella, hacemos lo que pide y pronto estamos, Tristán, Cora, Amará, Isaac, Aziel quien parece estar inconsciente y yo.

–¿Qué pasó?– pregunto mirándola, no se ve nada bien.

–¿Tú puedes ayudarlos Lan? – la miró perpleja – lo siento.

–No te preocupes, pero no, yo no tengo ese don– ella asiente.

–¿Dónde están Ivar y Casiel?– pregunto.

–Ellos volverán hasta el miércoles.

–No, tienen que estar de regreso el lunes temprano– aclara Amara– Jayson y Dani también– susurra– tenemos tantas cosas de qué hablar pero en estos momentos yo necesito de todos ustedes.

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