Royalty is not as they told you

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐕𝐈𝐈𝐈

Me levanto y decido ir al mercado. Necesito distraerme.Al caminar, veo a una niña pequeña con su madre.

La niña mira a su madre con adoración.
La madre acaricia su cabello con amor.

Me detengo a observar.
L

a madre nota mi mirada y sonríe.

—¿Estás esperando un bebé?— pregunta.

Asiento.

—Sí— digo —. Pero... no siento eso.

—¿Eso?— pregunta.

—Ese amor instantáneo— digo —. No lo siento.

La madre sonríe con comprensión.

—Cada madre es diferente— dice —. El amor crece con tiempo.

Miro mi barriga, aún sin sentir ese vínculo.

La niña pequeña se acerca a mí.

—Mamá, la señora tiene un bebé en su panza— dice.

La madre sonríe.

—Sí, cariño— dice —. Pronto tendrás un nuevo amigo.

La niña sonríe y toca mi barriga.
Algo en mi interior se mueve.
Pero no es el vínculo que esperaba.

Me despido de la madre y la niña, y comienzo a caminar de regreso a la cabaña.

El lago brilla bajo el sol, y el aire fresco me calma.

De repente, siento patadas dentro de mí.

Es un sentimiento tierno.Sonrío, emocionada.

Pero las patadas se intensifican.

Duele.

Me detengo, agarrándome el estómago.

—Ay— grito.

El dolor es intenso.Comienzo a respirar agitadamente.

Las lágrimas llenan mis ojos.

No puedo soportarlo.

—¿Por qué pateas así?!— gritó.

Me siento sola y asustada.

Elara me encuentra llorando en el camino.

—Señora, ¿qué pasa?!— pregunta.

—El bebé... patea demasiado— digo entre sollozos.

Elara me abraza.

—Es normal— dice —. El bebé está creciendo.

Pero yo no puedo calmarme.

—No, no es normal— gritó —. Odio esto. Odio al bebé.

Elara se sorprende.

—Señora, por favor, cálmese— dice.

Pero yo no puedo parar.

—Odio cómo patea— digo —. Odio cómo me hace sentir.

Elara me abraza fuerte.

—Laura, no digas eso— dice —. Es tu hijo.

Me libero de su abrazo.

—No es mío— gritó —. Es de Azriel. Solo suyo.

Elara se arrodilla frente a mí.

—Señora, Azriel te ama— dice —. Y ama a su hijo.

—No— digo —. No me ama. Solo se preocupa por su reino.