WICKED GAME ━━ ❛ Viserra Targaryen la única vástago entre el príncipe canalla y la señora de Piedra de Runas se crío alejada de las costumbres de su padre y abrazo las de su madre como lo único verdadero en su vida.
Fue educada desde la niñez para...
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❛no, i don't twist and turn that way.❜
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123 DESPUÉS DE LA CONQUISTA, KING'S LANDING.
Su tío se negó al desayuno porque sabía que no podría controlar su boca si estaba demasiado cerca de Daemon Targaryen, así que estaba sola allí entremedio de esa gran familia intentando parecer que la comida estaba siendo agradable. No podía negar que la princesa Rhaenyra parecía genuinamente amable, solo no le gustaba cuando mentía a favor de un hombre que jamás ha hecho algo para merecérselo.
Los niños por otra parte eran adorables, Rhaena parecía no querer apartarse de su lado y eso comenzaba a fascinarla. El sentimiento de ser una hermana mayor comenzaba a impregnarse hasta la profundidad de sus huesos y lo aprovecharía cada segundo, incluso se aseguraría de dejarlas invitadas al Piedra de Runas para que puedan conocer un verdadero lugar agradable. Según tenía entendido Baela tenía una cría de dragón y el Valle estaría honrado de recibirlo, sin importar el tamaño.
A pesar de todo sus temores internos el desayuno paso sin mayores problemas, se mordió la lengua en todos los momentos adecuados, quedando con la invitación de reunirse por la tarde para ir a pozo dragón porque los niños querían ver a sus dragones. Jamás ha estado cerca de uno y por más que fue una ilusión en su niñez ahora tenía el presentimiento que gritaría si tuviera uno cerca. Era valiente al cazar liebres, patos, cerdos y hasta jabalíes, pero un dragón sin importar el tamaño era diferente.
—Deberías ir.— la alienta Gerold al verla pensativa. Apoya sus codos sobre la mesa.— son tu familia.
—Tú eres mi familia.— explica con obviedad.
—Y ellos también, puedo ver lo mucho que te gusto estar con tus hermanos. Incluso con los bebés, jamás creí verte sonreírle a un niño.
—Hablas como si fuera una mujer sin sentimientos.— pone su mano en su pecho haciéndose la ofendida.
—Desde que el bebé de lady Kenna te vomito encima no has tenido cierto aprecio por los niños.— le recuerda con diversión.
—Ni me lo recuerdes, era mi vestido favorito y el olor parece que nunca lo abandono. Todavía me pregunto que le daban de comer.
