I MISS THE RAGE

Bajo la Piel de la Furia

__________________________________________________

El viento susurraba entre los edificios vacíos de la ciudad, levantando pequeños remolinos de polvo en las aceras. Era una tarde gris, de esas que presagian tormentas, pero a Catra no le importaba. Caminaba sin rumbo, su chaqueta de cuero oscurecida por el rocío del aire húmedo. El humo del cigarrillo que sostenía entre los dedos se elevaba en espirales lentas, un eco silencioso de sus pensamientos caóticos.

"I miss the rage," pensaba, sintiendo cómo la canción resonaba en su cabeza una y otra vez. Extrañaba esa furia que la hacía sentir viva, esa ira incontrolable que había sido su única constante durante tanto tiempo. Pero detrás de todo ese enojo, en los recovecos más profundos de su corazón, lo que más extrañaba no era el fuego de la rabia, sino algo (alguien) mucho más importante: Adora.

Hacía semanas que no se veían. Desde la última pelea en el apartamento de Adora, ambas habían mantenido su distancia. Y aunque la distancia física era grande, la emocional parecía aún más vasta, un abismo que Catra no sabía cómo cruzar. En las noches más solitarias, cuando la ciudad estaba en silencio y la luna se reflejaba débilmente sobre las ventanas de los rascacielos, todo lo que podía pensar era en ella.

Adora. Su mejor amiga, su mayor enemiga, su amante. Habían compartido tanto. Habían peleado tanto. Pero el amor que sentía por ella seguía siendo abrumador, a pesar de que se lo había prometido a sí misma: "Esta vez, será diferente." ¿Diferente cómo? Catra no tenía una respuesta.

Finalmente, después de demasiadas vueltas por la ciudad, sacó su teléfono y, sin pensarlo demasiado, envió un mensaje que llevaba días reprimiendo:

"Necesito verte."

__________________________________________________

En el otro lado de la ciudad, en su pequeño apartamento, Adora miraba el teléfono que vibraba sobre la mesa.

El ruido la sobresaltó, sacándola de sus pensamientos. Desde que Catra se había ido, Adora había tratado de mantenerse ocupada, intentando llenar el vacío que sentía. Trabajaba más horas de las que debía, y cuando llegaba a casa, se sentaba en el sofá, rodeada de recuerdos que le resultaban imposibles de ignorar. Pero esa noche era diferente. Esa noche, se sentía más sola que de costumbre.

El mensaje en la pantalla era simple, pero tenía un peso inmenso: "Necesito verte."

Su corazón dio un vuelco. Sabía lo que significaba. Sabía que esto no sería fácil, que volver a verla podría abrir heridas que aún no habían sanado. Pero al mismo tiempo, sabía que Catra siempre tendría ese poder sobre ella. Siempre volvería a ella, sin importar el dolor, porque lo que compartían era más fuerte que cualquier pelea.

Sus dedos temblaban mientras respondía:

"Ven."

__________________________________________________

Catra llegó al apartamento de Adora poco después de que el sol se escondiera completamente.

El cielo estaba oscuro, cargado de nubes amenazantes, y la ciudad parecía sumida en una especie de calma tensa, como si el mundo mismo estuviera conteniendo la respiración. Catra se detuvo frente a la puerta por un momento, vacilando. Era raro que dudara, pero el peso de lo que estaba a punto de hacer la hacía sentir más vulnerable de lo que estaba acostumbrada.

Finalmente, llamó a la puerta. Apenas un segundo después, esta se abrió, revelando a Adora. Estaba de pie en el umbral, con una expresión mezcla de sorpresa y alivio. Pero lo que más llamó la atención de Catra fueron sus ojos. Esos ojos azules que siempre brillaban con intensidad ahora parecían más apagados, como si el brillo de la esperanza se hubiera desvanecido poco a poco.