𝑳𝒂 𝑹𝒆𝒊𝒏𝒂 𝑫𝒆 𝑨𝒎𝒃𝒐𝒔 𝑴𝒖𝒏𝒅𝒐𝒔

𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟒

Me desmonté del lomo de Aethon, sintiendo la tierra sólida bajo mis pies. Estaba confundida y aturdida.

-¿Qué... qué significa esto? - pregunté a Aethon.

Aethon me miró con sus ojos brillantes.

-𝘌𝘳𝘦𝘴 𝘭𝘢 𝘳𝘦𝘪𝘯𝘢 𝘥𝘳𝘢𝘨𝘰́𝘯 -dijo - 𝘓𝘢 𝘦𝘭𝘦𝘨𝘪𝘥𝘢 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘭𝘪𝘥𝘦𝘳𝘢𝘳 𝘢 𝘭𝘰𝘴 𝘥𝘳𝘢𝘨𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘺 𝘱𝘳𝘰𝘵𝘦𝘨𝘦𝘳 𝘦𝘭 𝘙𝘦𝘪𝘯𝘰

Me sentí como si hubiera sido golpeada por un rayo. La noticia de que era la Reina Dragón me dejó sin aliento y sin palabras. Mi mente estaba en blanco, incapaz de procesar la información.

-¿Cómo? ¿Por qué yo? - pregunté.

Aethon se acercó a mí.

𝘓𝘢 𝘱𝘳𝘰𝘧𝘦𝘤𝘪́𝘢 𝘥𝘪𝘤𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘢 𝘙𝘦𝘪𝘯𝘢 𝘋𝘳𝘢𝘨𝘰́𝘯 𝘴𝘦𝘳𝘢́ 𝘶𝘯𝘢 𝘮𝘶𝘫𝘦𝘳 𝘤𝘰𝘯 𝘶𝘯 𝘤𝘰𝘳𝘢𝘻𝘰́𝘯 𝘱𝘶𝘳𝘰 𝘺 𝘶𝘯 𝘦𝘴𝘱𝘪́𝘳𝘪𝘵𝘶 𝘧𝘶𝘦𝘳𝘵𝘦 - dijo - 𝘺 𝘤𝘶𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘢𝘱𝘢𝘳𝘦𝘻𝘤𝘢 𝘭𝘰𝘴 𝘥𝘳𝘢𝘨𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘭𝘢 𝘴𝘦𝘯𝘵𝘪𝘳𝘢𝘯

Con eso ultimo sentí como si mi mundo se hubiera vuelto del revés. Todo lo que creía saber sobre mí misma y mi lugar en el mundo había cambiado en un instante.

Me sentí abrumada por una mezcla de emociones: miedo, incredulidad, sorpresa y una pizca de emoción. ¿Cómo podía ser yo, una simple cadete, la Reina Dragón?

Mi corazón latía con fuerza en mi pecho, como si estuviera tratando de escapar. Mi mente estaba llena de preguntas: ¿Qué significa ser la Reina Dragón? ¿Qué responsabilidades conlleva? ¿Estoy preparada para esto?

- ¿Que mas dice la profecia? - miro a los otros cadetes que murmullan bajo

- 𝘓𝘢 𝘱𝘳𝘰𝘧𝘦𝘤𝘪́𝘢 𝘥𝘪𝘤𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘢 𝘙𝘦𝘪𝘯𝘢 𝘋𝘳𝘢𝘨𝘰́𝘯 𝘵𝘦𝘯𝘥𝘳𝘢 𝘶𝘯 𝘰𝘫𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘷𝘦 𝘮𝘢́𝘴 𝘢𝘭𝘭𝘢́ 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘳𝘦𝘢𝘭𝘪𝘥𝘢𝘥 -dijo - 𝘜𝘯 𝘰𝘫𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘦 𝘷𝘦𝘳 𝘦𝘭 𝘊𝘰𝘳𝘢𝘻𝘰́𝘯 𝘥𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘥𝘳𝘢𝘨𝘰𝘯𝘦𝘴.

-¿mi ojo rosa? -

- 𝘴𝘪́ - asintio

- ¿Y qué significa eso?

- 𝘚𝘪𝘨𝘯𝘪𝘧𝘪𝘤𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘦𝘴 𝘤𝘰𝘮𝘶𝘯𝘪𝘤𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘤𝘰𝘯 𝘭𝘰𝘴 𝘥𝘳𝘢𝘨𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘮𝘢𝘯𝘦𝘳𝘢 𝘮𝘢́𝘴 𝘱𝘳𝘰𝘧𝘶𝘯𝘥𝘢 - dijo - 𝘗𝘶𝘦𝘥𝘦𝘴 𝘦𝘯𝘵𝘦𝘯𝘥𝘦𝘳 𝘴𝘶𝘴 𝘯𝘦𝘤𝘦𝘴𝘪𝘥𝘢𝘥𝘦𝘴 𝘺 𝘴𝘶𝘴 𝘥𝘦𝘴𝘦𝘰𝘴.

- tu dijiste que esperaron 180 años - lo miro - ¿como es posible eso?

Pero antes de que pudiera Aethon responder mi pregunta, un grupo de guardias reales apareció en el horizonte, sus armaduras brillantes reflejando la luz del sol. Se acercaron con rapidez, sus caballos galopando sobre la hierba.

- La mujer del marche debe venir con nosotros - dijo el líder de los guardias bajando del caballo - La reina requiere tu presencia

- 𝘋𝘪𝘭𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘪𝘳𝘢𝘴 - dice Aethon haciendo que retumbe en mi mente

- No iré - dije, tratando de parecer segura.

El líder de los guardias sonrió.

- No tienes opción - dijo, y ordenó a sus hombres que me agarraran.