Un Pequeño Error En El Tiempo

4: Un Beso Sincero.

Una de las cosas por la que la amistad de yoongi y SeokJin era larga eran porque ambos le gustaban muchas cosas entre ellas cocinar, SeokJin y yoongi amaban cocinar cualquier cosa, y para distraer a SeokJin sobre NamJoon, yoongi lo invitó a su departamento donde empezaron a cocinar.

Sin darse cuenta que había empezado a hornear sentimientos.

La cocina de Yoongi estaba inundada de aromas dulces y el suave sonido de risas. SeokJin mezclaba la masa del pastel, mientras Yoongi, a su lado, añadía los ingredientes con una precisión que contrastaba con el ambiente relajado. Sus manos se rozaban ocasionalmente, provocando pequeñas descargas que ambos intentaban ignorar. Sin embargo, la atmósfera entre ellos era cada vez más palpable, densa, cargada de una tensión que ambos fingían no notar.

— ¡Cuidado, Jin! — dijo Yoongi entre risas, cuando SeokJin, distraído, casi volcó un poco de harina sobre el suelo.

— Lo siento, lo siento — respondió SeokJin, riendo también mientras intentaba limpiar el desastre, pero accidentalmente manchó de harina la mejilla de Yoongi.

— ¿En serio? — Yoongi le lanzó una mirada cómplice, y sin dudarlo, tomó un poco de la masa y la untó en la nariz de SeokJin, provocando una carcajada aún más fuerte.
La risa ligera llenaba el espacio mientras ambos jugaban, intercambiando pequeñas venganzas en la cocina. Pero poco a poco, el juego fue transformándose en algo más. Las miradas entre ambos se alargaban, las manos que antes simplemente se rozaban ahora buscaban el contacto, los movimientos se volvían más lentos y cargados de significado.

En un momento, Yoongi se acercó más de lo necesario para limpiar un poco de la mezcla que había caído en el delantal de SeokJin, sus dedos rozando su cintura. SeokJin se tensó ligeramente, pero no se apartó. Al contrario, sus ojos se encontraron con los de Yoongi, y la risa murió en sus labios, dejando solo el sonido de sus respiraciones entrecortadas.

— Jin... — susurró Yoongi, su voz ronca mientras la distancia entre ellos disminuía.

El ambiente se volvió sofocante, cada uno consciente del otro, del calor que emanaba de sus cuerpos, de lo inevitable de lo que estaba a punto de suceder. Yoongi no pudo contenerse más y, con un movimiento rápido pero decidido, atrapó los labios de SeokJin en un beso suave, probando el terreno, casi como si le estuviera pidiendo permiso.

Al principio, SeokJin se quedó inmóvil, sorprendido por la repentina acción. Pero el roce de los labios de Yoongi, el calor de su cercanía y la dulzura del momento, le hicieron ceder. Su resistencia desapareció, y lentamente comenzó a corresponder al beso, sus manos encontrando su camino hasta los hombros de Yoongi.

El beso, que había comenzado como algo suave y exploratorio, rápidamente se intensificó. Yoongi, incapaz de contener el deseo que había reprimido durante tanto tiempo, envolvió a SeokJin con más fuerza, sus manos firmes en su cintura. En un movimiento fluido, lo levantó y lo sentó sobre la encimera, sin romper el beso, como si necesitara tenerlo más cerca, como si el contacto fuera insuficiente. SeokJin jadeó suavemente contra sus labios, sorprendido por la acción pero incapaz de detenerse. Sus dedos se deslizaron por el cabello de Yoongi, profundizando el beso, y por un momento, todo lo demás desapareció. La cocina, el pastel, incluso las preocupaciones que ambos cargaban, se desvanecieron, dejando solo el calor de sus cuerpos y el anhelo contenido que finalmente había explotado entre ellos.

Pero, de repente, Yoongi se detuvo, alejándose unos centímetros, respirando con dificultad. Sus ojos buscaron los de SeokJin, con una mezcla de deseo y duda.

— Lo siento…— murmuró Yoongi, controlando el impulso de seguir.— No quería... no es el momento correcto.— SeokJin, con las mejillas sonrojadas y el pulso acelerado, simplemente asintió, entendiendo lo que Yoongi quería decir. Aunque el deseo entre ellos era palpable, ambos sabían que había heridas que aún necesitaban sanar.