Dato Triste de un universo alterno parte 1

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El mayor heroe del universo

En este universo alterno, la decisión de dejar a Ben Tennyson atrapado para siempre en la forma de Alien X fue el resultado de un pacto inquebrantable

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En este universo alterno, la decisión de dejar a Ben Tennyson atrapado para siempre en la forma de Alien X fue el resultado de un pacto inquebrantable. En la batalla final contra Overhaul, Eri, incapaz de controlar su Quirk de "Rewind", interfería en todas las transformaciones de Ben, forzándolo a revertir a su forma humana una y otra vez, dejándolo vulnerable en el momento más crítico. Overhaul amenazaba con destruir todo a su paso, y Eri, inconsciente de su poder, también era un peligro inminente. La desesperación obligó a Ben a tomar una decisión que siempre había temido: recurrir a Alien X.

El Omnitrix, inestable tras años de uso constante y batallas, funcionaba de manera errática, y Ben sabía que no tenía otra opción. Al transformarse en Alien X, fue inmediatamente confrontado por Serena y Bellicus, las entidades que controlaban el cuerpo de Alien X. Esta vez, sin embargo, Ben no tenía tiempo para las discusiones eternas que solían paralizar al Celestialsapien. Les rogó, con una súplica sincera, que le permitieran control total sobre Alien X para detener a Overhaul y salvar a Eri, incluso si eso significaba perder su humanidad para siempre.

Serena, la voz de la compasión, fue conmovida por la pureza de las intenciones de Ben. Bellicus, la voz de la ira, lo consideró un sacrificio justo por un poder tan inmenso. Ambos acordaron con una condición: que Ben aceptara convertirse en Alien X de manera permanente y, a cambio, nunca más interferirían en su control del cuerpo. Pero esta promesa venía con una obligación: Ben debía asumir los deberes cósmicos de un Celestialsapien, una raza conocida por sus responsabilidades en mantener el equilibrio universal. Así, Ben selló su destino.

La batalla terminó en segundos. Ben, ahora Alien X, era imparable. Con una simple distorsión de la realidad, Overhaul fue neutralizado, y Eri quedó a salvo, sin saber nunca el precio que Ben había pagado. Sin embargo, al intentar regresar a su forma humana, Ben descubrió que ya no podía. El Omnitrix, que seguía incrustado en su pecho, era ahora un mero símbolo. A pesar de estar visible, tocarlo o manipularlo no cambiaría nada. Ben era Alien X para siempre, con todo el poder y las responsabilidades que ello implicaba. Cualquier intento de quitar el Omnitrix sería inútil, ya que se había fusionado completamente con su ser, y aunque el símbolo persistiera, su propósito original había sido anulado.

Después de la batalla, Ben se desvaneció de la Tierra, atrapado en su nueva identidad. La galaxia, el universo, y las dimensiones más allá se convirtieron en su nuevo hogar. Como un Celestialsapien, tenía la capacidad de alterar la realidad misma, viajar a través del tiempo y el espacio, y mediar en disputas cósmicas. Con cada conflicto que resolvía y cada galaxia que visitaba, Ben se volvía más poderoso, mucho más fuerte que cualquier Celestialsapien antes de él. Su exposición constante a eventos cósmicos, combinada con la libertad total que Serena y Bellicus le habían otorgado, le permitieron crecer más allá de los límites de su propia especie. Su conciencia se expandía cada día, comprendiendo el universo en niveles que ningún ser humano podría imaginar.

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