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Hace algunos años, el tío Esteban le había dicho que por mucho miedo que pudiera tener, se atreviera a hacer las cosas o quizá nunca podría perdonarse por lo que no hizo.

Liam estaba seguro que sería capaz de perdonarse a si mismo por salir corriendo y perderse en el mar de personas del aeropuerto, así que dio media vuelta y comenzó a avanzar a la salida.

Por un momento, pensó que lo había logrado hasta que a punto de llegar a las puertas automáticas, escuchó la voz de Logan.

– ¡Liam!

Avanzó unos pasos más como si no hubiera escuchado, mientras pensaba a toda prisa que si no fuera un idiota, se hubiera quedado en su casa, o hubiera acompañado a Elba a comprar no se que cosa había dicho en el desayuno, o hubiera acompañado a Noel mientras practicaba con su guitarra.

Las puertas automáticas se abrieron y en ese momento, Liam sintió que algo le golpeó la cabeza. Miró al suelo y vio la almohada de viaje de Logan. Estaba acorralado. La levantó del suelo y se dio la vuelta, mientras veía a Logan correr hacia el.

– Llevo llamándote desde hace metros. ¿Por que no escuchas?

Liam le tendió la almohada y murmuró:

– Hay mucho ruido.

– ¿Viniste por mi?

– Yo, eh... bueno, pensé que quizá... no sabía que venías con alguien más. Lo siento.

Logan sonrió y lo abrazó. Liam lo abrazó de vuelta y entonces divisó al acompañante de Logan que se acercaba a ellos caminando tranquilamente. Probablemente Logan lo había dejado para correr detrás de el.

Liam se soltó, justo a tiempo para que el amigo de Logan se parara junto a él. Logan miró a su amigo y luego a Liam y dijo:

– Dan, él es Liam Verstappen. Liam, él es Daniel Ticktum.

Liam extendió la mano y sonrió cortésmente.

– Mucho gusto, Daniel.

Dan le sujeto la mano y la agito brevemente.

– Igualmente. Llámame Dan.

El amigo de Logan tenía un fuerte acento británico, pensó Liam. Era de la misma estatura de Logan, por consiguiente, ligeramente más alto que Liam. Tenía una enorme mata de cabello castaño que le cubría la frente. Liam sospechaba haberlo visto ya en alguna parte, pero no recordaba donde.

Dan no parecía ser consciente de que Liam estaba mirándolo atentamente, o si lo era, no parecía importarle mucho. Miró a Logan.

– Dijiste que nadie vendría a recogernos.

– Bueno...

– En realidad, haber venido fue una idea mía – intervino Liam –  Pero si tenían otros planes, esta bien.

– No, está bien – dijo Logan – En realidad no quería molestarlos. Pero aprecio que estés aquí.

Logan estaba nervioso. Ya estaba completamente habituado a que Liam fuera inexpresivo la mayor parte del tiempo, pero ahora, con esto, tenía la necesidad de saber que había en la mente de su amigo.

– El auto está aquí cerca. Pueden venir conmigo o esperar aquí.

– Vamos contigo – se adelantó Dan y levantó una mano, haciendo una seña para que Liam avanzara.

Como había dicho, el auto estaba cerca. Liam abrió la cajuela y ambos metieron las maletas dentro. Mientras se dirigían al frente, Dan habló:

– ¿Puedo ir adelante? Los asientos traseros me marean un poco.

Remains the SameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora