Sophie seguía tumbada en su cama mirando hacía el techo, sus manos sobre su estómago y su mirada fija en un punto. No podía conciliar el sueño y tampoco podía dejar de pensar en que todo en su vida había cambiado drásticamente, le había contado a su mejor amiga que sólo iba a volver unos días para asegurarse de que su sobrina estuviera en perfectas condiciones, y aún que no le gustará admitirlo; Joe también le preocupaba. Pero simplemente no podía ignorar el hecho de que la casa se sentía vacía, rara, incluso se sentía como si allí mismo todavía estuviera el fantasma de Beatrice. Era la misma casa de siempre pero simplemente no era el mismo lugar en el que creció. Hoy en la cena ni siquiera su padre quiso verla, ella quiso insistir pero sabía que no valía la pena en absoluto, porque no tenía sentido que ella insistiera en algo que no era recíproco, el cariño.
Finalmente decidió levantarse, su primera opción era tomar un vaso de agua y regresar a la habitación, pero finalmente ella necesitaba despejar su mente, aunque fuera por unos momentos. Salió de su habitación y en lugar de dirigirse al comedor donde seguramente todavía estaban su madre y Rory, fue hacia el patio trasero. El aire fresco la golpeó en el rostro, haciéndola respirar con más calma por primera vez en horas desde que había llegado a casa. Caminó hacia el viejo columpio que su padre había instalado cuando ella y Beatrice eran niñas, recordó como ellas dos jugaban ahí, incluso cuando también tenían sus discusiones en dicho lugar. Estaba oxidado y chirriaba al balancearse suavemente con el viento
Lo limpió con la mano y se sentó en él, dejando que el movimiento suave la meciera hacia atrás y adelante. El sonido del metal oxidado al moverse la arrastró de inmediato hacia un recuerdo que prefería no revivir, y es que recordó en especial una discusión que había vivido con su hermana justo frente a ese columpio, debería ser una tonta por recordar eso, o al menos era lo que pensaba Sophie. Sophie apretó los labios y cerró los ojos sollozando ligeramente, tratando de ser silenciosa.
- ¡No lo puedo creer! - gritó Sophie las lágrimas se asomaron en sus ojos mientras miraba a Beatrice furiosa.- ¡Sabías lo que sentía por Joe! ¡Lo sabías desde siempre y aun así te metiste con él!
Beatrice la ignoró mientras que Sophie corría detrás de ella, ambas llegando al jardín. Beatrice tenía una sonrisa en su rostro, por alguna razón, no sentía dolor lo que si le causaba eso a su hermana, al contrario, le daba placer su dolor.
- Claro que lo sabía, Sophie.- Dijo Beatrice con los brazos cruzados sobre su pecho.- ¿Crees que me casé con él por amor? No seas ingenua.
Sophie la miró incrédula, ella no sabía como reaccionar realmente porque le causaba dolor que su hermana, su propia sangre, dijera eso. Su corazón latía fuerte, en cualquier momento se iba a romper.
- ¿Qué diablos estás diciendo?
- Porque tú siempre has sido la favorita, Sophie.- dijo con amargura y de manera déspota.- Mamá siempre te daba todo, toda su atención, todo su cariño. A mí, me relegaban a segundo plano. Así que cuando vi la oportunidad de tener algo que tú querías...
- ¿Para hacerme daño? - preguntó Sophie.- ¿Te metiste con Joe solo para hacerme daño?
- Al principio, sí - Se enncogió de hombros.- Pero luego las cosas se pusieron más serias y me quedé embarazada. Después, simplemente seguimos adelante, pero no te equivoques, Sophie, desde el principio, no fue por amor. Fue por ganar algo para mí. Algo que tú querías.
Sophie retrocedió mientras que sentía que todo su mundo se desmoronaba frente a ella.
- ¿Y Joe? - susurró Sophie, apenas capaz de articular las palabras que le diría.- ¿Sabía él lo que estabas haciendo?
Beatrice frunció el ceño, como si la pregunta la incomodará de repente.
- Joe no sabe nada. Él me eligió a mí, Sophie. Por lo que soy. No porque yo lo haya manipulado, pero eso no cambia el hecho de que él nunca te vio a ti de esa manera. Y eso... eso es algo que nunca podrás cambiar.
Sophie abrió los ojos bruscamente, de vuelta a la realidad, el sonido del columpio seguía escuchándose y sabía que su madre podría haberse dado cuenta. Sophie nunca había tenido la oportunidad de enmendar su relación con Beatrice, de enfrentar esos sentimientos sin rencor. Y ahora, ya era demasiado tarde. Aún así, no se arrepentía de haberse alejado, y mucho menos la había perdonado, no tenía que hacerlo. No podía dejar de pensar en cómo su vida había cambiado drásticamente desde que su madre le pidió que volviera. Aquella casa, ese mismo jardín, todo había cambiado sin querer y mucho más con su regreso, era increíble lo que había tenido que soportar sólo por su sobrina.
De repente escuchó como a lo lejos se abrían las puertas corredizas, notó que era Joe quién salía de la casa, no sabía en que momento habían apagado las luces y recogido la sala de juegos, pero parecía que todos ya estaban dormidos ahora. Joe siempre parecía saber cuándo alguien necesitaba compañía, aunque esta vez, parecía que él también necesitaba desahogarse.
Joe se acercó lentamente, sus pasos sonaban contra el pasto de la casa, Sophie decidió ignorarlo, pero él se quedó a unos metros de Sophie.
- ¿No puedes dormir? - Preguntó Joe, Sophie negó.- Yo tampoco.
Joe se sentó en el pasto a su lado, recargó su cabeza en la pierna de Sophie, ella lo miró confundida, pero no quería alejarse.
- Muchas cosas en un solo día.- Exclamó Sophie.- Ni siquiera quería volver.
- Sé lo difícil que puede ser, ¿por qué no simplemente enviaste una canasta de condolencias y ya?
Sophie negó, aún que Joe no la pudo ver.
- No sería justo para Rory.
Hubo un silencio después de sus palabras, sólo se escuchaban los suspiros pesados de ambos, los que estaban cargados de tanto dolor y sufrimiento que ninguno podía expresar. Hasta que Joe decidió hablar de nuevo.
- Yo iba a divorciarme de Beatrice.- confesó finalmente. A Sophie se le formó un nudo en su estómago, no sabía como reaccionar.
Por una parte se alegró, pero eso era retorcido, no podía sentirse feliz. Pero después de lo que ella había sufrido y sentido por Joe, era justo.
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Must Be Love | Joe Burrow.
FanfictionJoe se ha quedado viudo y siendo padre soltero desde que Beatrice falleció, dejándolo completamente solo con su hija Rose de tan sólo 3 años. Sofia, ha estado siempre a su lado desde que su hermana falleció, una promesa que no podía romper que lleva...